C10: Atadura

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Ella te va a destruir, escuché que me decía una voz calma y neutra. Inmediatamente abrí los ojos y me topé con la claridad de su piel, con su labios faltos de brillo y unos ojos hinchados. Susurró mi nombre a lo que le correspondí: —Sakura — exclamé casi en un susurro, pero fue suficiente al tener nuestros rostros tan cerca, pero algo la jaló —¡Sakura! —grité. Me levanté de golpe, alcancé a tomar su muñeca, la coloque cerca de mi regazo para después abrazarla y apretar sus cabellos rosados.
—¿Es esto lo que quieres? — me preguntó con una voz grave, ella jamás había usado ese tono conmigo. Parpadeé dos veces, iluso, el abrazo se terminó y sus ojos solo almacenaban un color verde sin brillo, abrí mis labios para preguntar algo, pero ella siguió: —¿Quieres tener a alguien simplemente para hacerla sufrir, para poner en riesgo su vida? Tú siempre serás visto como la amenaza que Konoha quiere controlar, ¿y yo también tengo que cargar con eso?

Me quedé callado, miré a mi alrededor, no podía ser verdad, pero las paredes hechas de roca eran exactamente iguales a las del recinto a donde llegamos; miré mi mano y la apreté, también mis movimientos eran normales. Cuando miré al frente, Sakura ya no estaba.

Solo lograrás que ella desaparezca haciendo lo que haces, ¿su lazo no es más bien una atadura? Lo único que puedes hacer es repetir tu pasado; el odio que nace de perder a lo que amas. Nuevamente esa voz...

Sakura había abierto una pared, la seguí, pero parecía que caminábamos sin fin. Quería preguntarle si le hacía daño, si mi presencia en su vida le impedía crecer, si el amor que yo podía profesar por ella era suficiente para acallar todo mal que pudiera surgir de nuestra relación, ¿pero cómo podría? ¿Cómo podría darle más en qué pensar, darle algo más con lo que cargar?

Sólo tienes esa relación con ella para así tener algo para aferrarte a la aldea que dejaste.

Dejé de seguir a Sakura, ella ni siquiera se dio cuenta. Cerré los ojos y me repetí las palabras que alguien había puesto en mi mente, las que me habían dicho a lo largo de mi viaje y que jamás me detuve a pensar, simplemente corrí detrás de alguien con la esperanza de que eso me llevara a donde yo quería, pero con el tiempo también aprendí que su vida tiene un lugar; el cerezo tiene sus propias aspiraciones y demandas, pero eso no la aleja de lo que más quiere. Caminé por el negro espacio hasta llegar a una habitación iluminada, ahí estaba ella, esperando con los brazos abiertos y una sonrisa. Ahí estábamos ambos, reuniéndonos después de haber cumplido con nuestro camino.

Tomé la mano de quien estaba delante mío, primero con delicadeza, cerré los ojos y apreté su mano con una fuerza brutal. Abrí los ojos sin dejar que la cara de Sakura me desviara: —Amaterasu — dije mientras veía que todo se prendía con llamas negras.

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Naruto tenía entre sus brazos a Hinata, después de haber roto por la fuerza las paredes de roca que lo rodeaban llegó hasta donde Tsunade quien había sido abandonada por la presencia de las llamas negras en el lugar. La rubia, apenas saliendo de su trance, tomó a Hinata y le imprimió el suficiente chakra para que ella también despertara, después removió las rocas que les impedían pasar y corrieron por el único y largo pasillo. Cuando Hinata había recuperado sus fuerzas, usó su byakugan para buscar a Sasuke, pero se encontraba a una distancia considerable de ellos.

Tsunade les comenzó a explicar que las personas a las que se enfrentaban tenían por ventaja invocar un canto que aturdía los sentidos, pero eran varias personas quienes lo efectuaban para así lograr la completa irritación del cuerpo lo que dificultaba el flujo del chakra. Además, seguramente alguien se encargaba de generar las alucinaciones mediante alguna especie de contacto rápido por lo que ahora se encontraban en desventaja, eran solo tres personas juntas y el grupo al que se enfrentaban se movía estratégicamente. Tendrían que retirarse, aún si no conseguían sacar a la pelirrosa del lugar.

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Sasuke había sido capaz de percibir con su sharingan los pequeños rastros que Sakura había dejado, el pelinegro sonrió, era él el único que sabía cómo percibir la fragancia que había dejado el cerezo puesto a que un ninja censor le hubiera costado mucho trabajo encontrar un chakra tan esparcido. Detuvo su marcha cuando distinguió con su ojo escarlata una silueta extraña que se movía apresuradamente alrededor de algo, pero se movió rápidamente para esquivar un par de agujas que rozaron el rabillo de su ojo.

Entró al gran cuarto y encontró a Sakura recargada en el piso, con múltiples rasguños alrededor de su cuerpo. Ella levantó la mano y le señaló el suelo, el pelinegro estalló en rabia. En una cuestión de segundos, Sakura golpeó el suelo, fraccionándolo y generando un leve movimiento telúrico lo que hizo que de entre las paredes saliera su captor el cual brincó hacia donde se encontraba la pelirrosa, la sostuvo del brazo, pero inmediatamente Sasuke cambió de lugares con él, la cargó y se teletransportó.

Por el esfuerzo que imprimió Sakura a su cuerpo tan cansado, se desmayó, la mano del azabache sostuvo su cabeza contra su pecho, era realmente difícil cargarla, pero valía la pena intentar sostenerla cual princesa. Hinata había captado cada movimiento por lo que ella, Tsunade y Naruto ya se encontraban fuera del lugar, listos para partir con todo el grupo de regreso a Konoha una vez que Sasuke saliera con Sakura.


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¡Hola! Espero hasta ahora esté siendo interesante la historia (◠ᴥ◕ʋ). No te olvides de votar:) también de comentar qué te parece 💖.
Este capítulo fue corto, pero espero haya sido emocionante y claro. ( ꈍᴗꈍ)

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