C19: Hogar

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La cita había comenzado y Sakura coincida con el conocido humor del azabache, no buscaba ir a un sitio lleno de gente, quería algo que los dejara relajarse después de ambos haber tenido sus obligaciones con la aldea. Sin embargo, lo que tenían entre manos les hizo pasar por la calle de mercado de la aldea, Sasuke caminaba detrás de Sakura, mantenía una distancia considerable lo que le permitió ver cómo era conocida por la mayoría de personas además de querida: señores de todas edades, mujeres e infantes la saludaban, en especial los últimos.

Pararon cuando estuvieron en la florería de la madre de Ino, para la suerte de la pareja ella no estaba para atenderles de lo contrario la pelirrosa hubiera tenido que compartir la pena con Sasuke y enfrentar un interrogatorio de lo que estaban haciendo.

No iban a comprar nada allí, o eso habían acordado, era el punto medio para encontrarse después de hacer las compras de la pequeña lista que había organizado Sakura para su cita. Cuando ella se alejó, Sasuke sonrió al sostener en sus manos el pequeño papel que le habían cedido:

♡Nuestra cita espontánea♡

♡Una bebida que alcance para los dos (Sasuke♥)

♡Onigiris y algo más (Sakura✿)

♡Ensalada (✧Sakura y Sasuke✧)

Demasiado dulce, como Sakura, tenía su esencia en la lista que únicamente llevaba él.

Además, era curioso y ciertamente divertido que había puesto "ensalada" simplemente por llenar la lista, ambos ya la habían hecho antes de salir de la casa de la pelirrosa que actualmente compartían por lo que no era algo por comprar. Para sus adentros el Uchiha rió, seguramente solo era para poner sus nombres juntos, a él también le gustaba, pero sólo Sakura era quien se atrevería a hacerlo como estaba plasmado.

Después de comprar agua y un poco de té, Sasuke era el único que estaba frente a la tienda de flores, al ver que el cerezo no regresaba entró y compró dos crisantemos, uno amarillo y uno blanco.

—Te llevas longevidad y felicidad, muchacho —le dijo quien atendía ese día refiriéndose al significado de las flores.

Como es de esperar, Sasuke solo asintió y salió de ahí. Se dedicó a guardar y esconder con delicadeza las flores en la misma bolsa de tela que llevaba los líquidos, era el "algo más" que se había encomendado.

Vio a Sakura caminando hacia su dirección, decidió acercarse a ella en lugar de esperar a que llegara al punto de su encuentro. Una mujer le ganó, se acercó primero a ella sin estar consciente de que Sasuke se acercaba por detrás.

—¡Sakura-chan! Que linda estás, no te había visto, hasta el cabello larguísimo tienes— Sasuke rodó los ojos, Sakura lo observó y soltó una risita que la mujer interpretó que era por su recién halago, pero no, el azabache estaba esperando y deseaba que la señora no fuera de las que se alarga.

—¡Mira que aún así estás esperando por el chico que nunca está en la aldea! ¿Ya van a hacer algo o no? Jamás les veo juntos, deberías experimentar aún si él es guapo hay... —antes de que siguiera, Sakura caminó hacia Sasuke al igual que este se acercaba sin esperar que la recién encontrada terminara de platicar.

—¿Estás lista?—preguntó Sasuke ignorando a quien estaba ya en medio de ellos. Sakura asintió con entusiasmo y se despidió de la boquiabierta de su conocida de la aldea.

Acercándose a las afueras de los límites de la aldea, subieron una colina y se plantaron ahí. Sakura sacó pequeñas servilletas que extendió para poner encima los bocadillos del día, cuando las desplegó completamente vio que en el borde de ambas estaba el símbolo de los Uchiha bordado. Se quedó helada, había tomado ambas sin fijarse y puesto que no estaba mucho en la casa, pero tampoco esperaba que Sasuke lo estuviera al grado de poner ciertas cosas ahí no lo pudo prever.
Con Naruto habló un par de veces y este le confesó no saber nada de cómo su mejor amigo lidiaba con el tema de su familia.
¿Qué hacía? ¿Actuaba con normalidad y lo ignoraba o pedía perdón? No estaba lista para mirar los ojos que estaban a un lado de ella, apretó los puños.
Pensó en las veces que eran pequeños y jóvenes, cuando Sasuke comenzaba a ser cortante con ella por no comprender la perdida que tenía, la mirada obscura que lo poseía... ¿Y si lo había hecho enojar como esas veces en el pasado?

—Las traje a casa por algo— dijo Sasuke poniendo los pequeños vasos en cada una, en el de Sakura sirvió agua y en el de él té.

La pelirrosa se relajó, se fueron todos esos fantasmas del pasado a los que tanto temía, pero comprendió y recordó con las palabras recién escuchadas que la situación así como los comportamientos de Sasuke, eran responsabilidad de él y ya los había arreglado cuando marchó. Confiaba en él y en el apoyo que ella le había dado, las culpas ya tenían cabida.

Sakura lo miró y asintió, le quiso besar, pero la timidez le ganó. Se rió ante lo que pensó, pero aún así lo hizo.

Se acercó lentamente a Sasuke, él no sabía qué esperar aunque no importaba mucho ya que cualquier cosa se la permitiría. Solo se quedó atento, dejando llevar sus ojos en el verde resplandeciente de los orbes de Sakura. Ella se ruborizó ante ello, pero siguió firme, se quedó a unos centímetros considerables de él, estiró su mano y le dió un rápido e inseguro "poke".

Sasuke se sorprendió, normalmente los de Itachi le dejaban una marca roja en la frente y una sensación extraña. Lo valoraba, por supuesto, pero el hecho de sentirlo de Sakura fue algo completamente distinto, fue tierno, cálido y delicado. Sintió una clase distinta de amor.
Comenzó a reír y la pelirrosa no pudo evitar tener toda la cara roja acompañada de un pequeño puchero.

Tomó su pequeña bolsa de tela y se apresuró, no iba a permitir ser la única con la vergüenza encima. Puso enfrente del rostro del azabache acaban de dejar de reír el pequeño cuadro de madera clara.

Sasuke la miró confundido.
“¿Un bebé?” se preguntó, un tanto asustado, pero descartó la idea de inmediato y se llamó tonto por pensarlo.

Era un portaretratos muy pequeño, él había creído que era para poner la foto de algo muy pequeño en el.

—¡Que tierno te ves, Uchiha!— se burló Sakura haciendo referencia a la nota que él había rayado en su casa.

Sasuke frunció el gesto, ciertamente divertido por las acciones del cerezo.

—¡No hagas que no sabes a qué me refiero!— exclamó divertida por la reacción de su pareja; —Fue... Lindo, entonces pienso que ahora que no puedo mandarte esa carta, la pondré en la casa, en la habitación, para que ambos la podamos ver cuándo no estemos.

—No nos dejas opción— dijo Sasuke, tomando ligeramente un mechón de cabello rosado que caía en la cara de Sakura y lo acomodó.

Después de su comida, Sasuke le pidió a Sakura caminar, ella no sabía a dónde se dirigían, no había estado por esas partes de la aldea. Eran alrededores amplios, no parecía haber nada por ahí; ni gente, ni comercio, ni instituciones.
Paró en seco cuando admiró los pilares que adoraban dos grandes árboles.
Sasuke llevaba delantera, en todo el camino ninguno había podido ver la expresión del otro y se habían mantenido en silencio, pero ahora era necesario cambiar la dinámica.

Sasuke también se detuvo, tomó aire e inhaló suavemente, se volvió y camino a Sakura. Le dió la bolsa de tela que ella se puso en el hombro y con su mano libre le tomó de la mano. Retomaron su camino y ambos se adentraban al lugar donde descansaba el clan Uchiha.

—Puedes sacar lo que hay en la bolsa— le indicó Sasuke con un tono suave. Sakura se encontró con las dos flores que había comprado ya hace un rato Sasuke.
Lo miró, apretó su mano y le sonrió. Era un silencioso gracias.

Por su amistad con Ino, sabía que la flor amarilla representaba alegría y la blanca era un tributo para las personas fallecidas, pero también representaba longevidad. Comprendió a medias el mensaje, creía que el venir a ver a los Uchiha era en gran parte por el ciclo que cerraba y aceptaba quién estaba a su lado, pero los significados que venían de la mano no los podía creer, no quería alzarse la pensar que ella, que ambos, representaban para él un nuevo inicio.

Sasuke se quedó callado frente a dos tumbas, cerró los ojos y se quedó así por unos minutos. Sakura hizo lo mismo, en sus adentros le agradecía a los padres del azabache por haberlo traído al mundo y criado, de Itachi aún no sabía demasiado, pero percibía que había sido una pieza fundamental para él por lo que también abrazaba su recuerdo y pensaba de ese hermano mayor como alguien muy amable, por algo Sasuke era una persona honesta y cordial.

Al salir, en los pilares que cargaban con el símbolo Uchiha tuvieron de adorno las dos pequeñas flores dejadas por cada uno.
Con las sencillas y pequeñas ofrendas a sus pies, Sakura abrazó a Sasuke, él recargó completamente su cabeza en ella. Una parte del cabello rosa quedó húmeda por las breves lágrimas del último Uchiha.
—Gracias, por todo, Sakura.

✧ Travesía ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora