C20: Conmigo

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Me costó mucho trabajo escribir este capítulo, no quería darle final a mi pareja favorita en este pequeño universo。:゚(;´∩';)゚:。. Pero espero lo hayan disfrutado tanto como yo, les agradezco el haber llegado hasta acá, me hace los días ver sus lecturas 💫💖. Me han hecho sentir segura de lo que es mi primer trabajo (◍•ᴗ•◍)

Quizá después me anime a hacer con más seguridad una mejor historia con la trama de los ninjas o cuando ambos tienen su viaje y hacen a la querida ensalada (。ノω\。), pero por ahora les recomiendo en la que estoy trabajando, obviamente ✨Sasusaku✨: la belleza de la imperfección.

Sin más, les dejó el capítulo 💕:

Ese día, Sakura había tenido el día libre y había sido citada por su misterioso azabache en una calle muy particular. Llegó a la dirección que le indicó el Uchiha, miró a los lados y no había nadie.
Era una calle tranquila al encontrarse lejos de los lugares importantes de Konoha, de hecho, era un lugar céntrico, podía llegar al hospital y al despacho del Hokage siguiendo la calle que estaba delante de ella, pero si caminaba hacia atrás, la entrada a la aldea le quedaba igual de cerca. Ubicación perfecta, ¿pero para qué?

Dirigió su mirada al cielo, dando la espalda a la casa frente a la que se encontraba. Era increíble cómo pasaba el tiempo y no podía evitar pensar que tanto ella como Sasuke tendrían lo que se podrían llamar vacaciones, pero era más bien la libertad de realizar sus quehaceres dejando en segundo plano la labor ninja.

Escuchó que se abría la puerta detrás de ella, sin pensarlo habló: —¡Lo siento mucho! Estaba en su entrada porque... — antes de que siguiera disculpándose, miró a Sasuke, él era quién salía de la fachada gris con azul obscuro.

Frunció sus cejas rosadas, ¿por qué estaba ahí? ¿Esto era una broma de Naruto para hacerla dudar de Sasuke o qué estaba pasando?
Puso sus manos en las caderas: —Es mejor que me expliques quién vive ahí antes de correrte de mi casa y destruir esta.

Sasuke imitó la cara arrugada de Sakura, quería reír, pero las suposiciones del cerezo se le hacían increíblemente extrañas.

—El único cerezo de Konoha — respondió sin más.

Los ojos jade tomaron un brillo increíble, corrió pasando de Sasuke para entrar a la casa.
Era amplia, claro, sin muebles. Se le hizo una pena no preservar un estilo tradicional, pero era parte de hacer una nueva vida, especialmente para su pareja.
Dió vueltas por la sala mientras Sasuke cerraba la puerta detrás suyo.

—¡No pensé que estuvieras buscando un lugar!— exclamó la pelirrosa, ahora admirando las ventanas.
—Bueno, tu casa no era exactamente para dos y ya era tiempo.

—¿Tiempo de qué?— volteó a verlo Sakura con una pequeña risa.
Sasuke se acercó a ella, la miraba agachando la cabeza para acortar la pequeña diferencia de sus alturas. La miró gentilmente creando un rubor en las mejillas de porcelana del cerezo.

Le tendió una pequeña prenda de un rosado fuerte, mismo tono que ella acostumbra a usar.
—¿De usar ropa nueva? — bromeó Sakura, pero realmente no se le ocurría otra cosa.

Sasuke negó con la cabeza, no tenía remedio, era algo importante que no podía dejar a la interpretación y quería entonarlo claramente.

—De una familia Uchiha.
Sakura desdobló completamente la prenda de ropa que la había dado y miró que atrás ya no estaba el símbolo Haruno, estaba el de los Uchiha.

Se abalanzó sobre el azabache, estaba increíblemente feliz de que por fin trajeran a la conversación el estatus de su relación, más aún de llevarlo lejos. No habían tenido oportunidad de vivir realmente juntos, solo compartían su espacio y fue por un período muy corto. Ahora definitivamente tenían un lugar al cual volver.

—Sasuke Uchiha — dijo alejándose un poco de él para mirarlo directamente a los ojos. Ojos que correspondían su felicidad.

—Sakura Uchiha — exclamó sin moverse un centímetro el azabache, pero su gesto cambió a una sonrisa cuando Sakura dejó ver una sonrisa muy muy amplia, no podía contener la felicidad y casi pegaba un grito de no estar tan cerca de los oídos de su pareja.

Ambos acordaron acomodar la casa lo más pronto posible, sin embargo, también sabían que no iba a ser posible mantenerla por sus trabajos y tendrían que ser lo más minimalistas posibles. Sakura pensó que iba a ser un desastre, bueno, el desastre de ambos ya que sabía que muchas cosas iban a perder su lugar conforme él se fuera de viaje y ella no tuviera tiempo ni de llegar.
Pero era un punto medio perfecto, era el rincón que los representaba e iba a resguardar. Era inevitable que fuera una casa dinámica; con cambios constantes e idas y venidas.

Sasuke la miró y la besó, ya no podía expresar de otra forma la emoción extra que tenía por verla tan feliz. Además, era un triunfo poder concretar el lazo familiar que esperaba próximamente ampliar.

Sakura se sonrojó cuando rompieron el beso, apretó los labios y le señaló el piso de arriba.
Sasuke sonrió y la levanto del piso con su brazo haciendo que ambos se recibieran con un cálido beso, tan cálido cómo lo que sentían que estaban consolidando.

Y sí, fueron a la habitación de arriba para disfrutarse en su nuevo hogar.

Un mes después, la casa ya contaba con los elementos necesarios: la cocina con los utensilios y electrodomésticos básicos; una sala de estar; la habitación con las prendas y demás pertenencias de la pareja. Realmente había una falta de decoración, pero no se podía evitar, no tenían ni el tiempo o ganas para invertir en ello aunque Sakura le había pedido a Sasuke que si se iba a misiones o viajes entonces considerara traer pequeñas piezas para ambos.
La única decoración que podían tener, era la carta enmarcada que había rayado Sasuke, pero él se negó a exponerla, era algo íntimo. Pensándolo bien, Sakura se dió cuenta que sería incómodo para él si Ino, Sai y Naruto se aliaban para molestarlo por ese lado suyo que casi nunca percibían al ver su preciado tesoro.

Sakura cerró la puerta de su casa y se dirigió a la entrada de la aldea. Sasuke había estado ausente, algunas noches aparecía y se tendía sigilosamente a un lado de su cerezo. Rara vez ella estaba despierta o se daba cuenta, pero aún así siempre sentía su presencia y terminaba abrazándolo, pegada a su pecho o él se pegaba a su espalda abrazando su cuerpo por detrás.
Sólo los días que llegaba un poco antes de la hora de dormir platicaban y eso se debía nuevamente a su trabajo, él nunca la quería despertar, sabía que sus horas de sueño eran contadas y muchas veces no las tenía completas por llegar tarde del hospital. Sakura cuando se encontraba despierta tampoco decía nada, era lo mismo con Sasuke; llegaba de expediciones y se iba temprano, no era buena idea quitarle el descanso.

Por el comportamiento reciente del azabache, Sakura se dirigió a la entrada de la aldea y ahí estaba él, partiendo, ya estaba unos metros lejos de la gran entrada de Konoha, pero paró cuando escuchó su nombre.

—¡Sasuke! — dijo apresuradamente Sakura, alcanzandolo, pero dejando que ambos tuvieran su distancia.
Sasuke no se volteó completamente, realmente no le gustaban las despedidas, no estaba habituado a ellas y aún menos con la rutina que habían generado en casa ambos. Ver a Sakura cuando partía era especialmente difícil, ni de joven se atrevía a encararla por los sentimientos que le traía, se querría quedar si la afrontaba.
—¿Va a ser un viaje largo?— preguntó ya consciente de la respuesta, por algo había ido allí, conocía el comportamiento de Sasuke, cuando él estaba en la aldea, pero no pasaba por casa era porque seguía atendiendo cuestiones con Kakashi o Naruto y su estancia no sería larga, ni tendría tiempo de desviarse. Eras actitudes que se habían dejado marcadas, además sabía lo extraño que era para ambos dejarse ya que lo que más querían era tiempo para ellos juntos.

Sasuke asintió y miró al frente, evitando cualquier contacto.

—¡Entonces llévame contigo esta vez!

Había dejado de verla en el momento indicado, pudo sonreír a sus anchas,  el que ambos estuvieran reviviendo la escena que les marcó desde pequeños era extremadamente cautivador.

—Haces demasiado ruido, Sakura — dijo haciendo sonreír a su cerezo.

Esperó hasta que ella estuviera a su lado y comenzaron a caminar, era maravilloso pensar, para ambos, que tendrían un viaje en equipo además de ser uno largo. Sería lo más espontáneo y emocionante porque tendrían todo el espacio así como el lugar del mundo para ellos solos.

✧ Travesía ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora