然 𓏲 ⁜ ( 𝓑𝐀𝐃 𝓑𝐋𝐎𝐎𝐃 ) ༞ ⍣ 𓄼∴
⇰ ❝ Now we got problems, And I don't think we can solve them. You made a really deep cut And baby now we got bad blood. Band-aids don't fix bullet holes
You say sorry just for show, You...
Joanna odiaba todo y a todos. Y al contrario de otras ocaciones sintió pereza cuando la vistieron, le molestaba que las doncellas no pudiesen efectuar su tarea más rápido ni delicadamente, pues cada tanto sentía que la pellizcaban o pasaban a traer, irritándola. Cuando por fin terminaron de vestirla, después de lo que pareció una eternidad para Joanna, les ordenó que la dejaran sola. Un vestido de cuero negro y lana blanca se ceñía a su cuerpo, con rizos dorados que brillaban al sol como una corona.
De solo pensar en Robb Stark tocando a su puerta para escoltarla al festín quería echarse en las cobijas y no salir de allí, ahora estando sola se preguntaba porque Robb Stark no pensaría nada de su posible matrimonio, acaso le daba igual o le era tan insignificante como para tener una opinión al respecto. Al pensarlo enfurecía nuevamente.
Unos firmes toques que pedían entrar a la habitación pusieron fin a su debate interno. Dejó la copa de zumo de limón en el tocador y sabiendo de quien se trataba indicó que pasara. El primogénito de los Stark entró, tenía el rostro tímido y como avergonzado, Joanna lo observaba. Ella le miró seriamente con los encendidos orbes verdes, evitando profundizar en sus suaves ojos azules.
—Su alteza, he venido a escoltarle al festín— Robb terminó por decir, desenfadado y permaneciendo junto a la puerta, inclinándose levemente.
—Lo suponía— respondió indiferente.
Joanna tomó el brazo que Robb le ofrecía con un agarre débil. Robb no entendía la causa de su molestia, sin embargo, sentía la necesidad de enmendarlo y no parecer grosero a los ojos de tan bonita dama.
—Perdóneme si le he causado algún disgusto— dijo sinceramente.
—No hay nada que perdonarle—se volvió a él con una sonrisa genuina que iluminó su semblante. —Al mediodía estuve en el patio de armas, entretuvo mucho a mi hermano, lo pasamos bien...
En aquel instante Robb la veía con más claridad, su dulce esencia femenina, y ya no la crecida arrogancia Lannister, sino la inocencia y sensibilidad de su alma, el tono delicado de sus palabras; y de pronto recordaba lo que Theon había dicho que decían los hombres y le ofendía que pensaran aquello de un ser tan puro.
—Dígale a su hermano que cuando desee podemos practicar— la interrumpió, enérgico.
—Le gustaría mucho, pero debo advertirle que es muy bueno.
