然 𓏲 ⁜ ( 𝓑𝐀𝐃 𝓑𝐋𝐎𝐎𝐃 ) ༞ ⍣ 𓄼∴
⇰ ❝ Now we got problems, And I don't think we can solve them. You made a really deep cut And baby now we got bad blood. Band-aids don't fix bullet holes
You say sorry just for show, You...
Los días siguientes Joanna se sintió más sola que nunca en su vida, pues su única compañía que era Robb estaba tan ocupado en los asuntos del castillo y demás que no parecía tener más tiempo para ella que en las noche, esos eran los únicos momentos en los que disfrutaba su vida de casada. Pero no era suficiente, necesitaba hacer algo más para mantenerse ocupada y no perder la cordura. Fue así como comenzó a ocuparse de Rickon, el hermano menor de Robb de apenas seis días del nombre, Lady Catelyn prácticamente le había abandonado para dedicarse completamente a Bran, aunque no había mucho que pudiese hacer respecto a su estado, el niño seguía encamado y sin algún indicio de que se recuperaría pronto.
La madre de su esposo no le agradaba, y sabía bien que el sentimiento era mutuo. Por lo que evitaba ir a visitar al niño. Ya de por si era incómodo cuando lo hacía, simplemente se dedicaba a leer en silencio o tejer algo, nunca hablaban, pues las veces que lo había hecho Catelyn le respondía seca y vagamente. Y ella no estaba acostumbrada a esos malos tratos. En una ocasión se quejó con Robb y él fue a hablar con su madre, pero no tuvo éxito, ella le había gritado con los ojos llenos de rabia.
Eran momentos agradables cuando recibía cartas, la mayoría de su madre, y ocasionalmente de su tía Kitty y su tío Tyrion. Las de su madre eran de carácter social, le informaba lo que pasaba de manera general y con su familia, como aquella que tenía la extensión de una novela, dedicada a quejarse del comportamiento de los Stark, más específicamente de Arya Stark, que en sus palabras había ordenado a su bestia morder al pobre Joffrey, pero Joanna estaba consciente de que su madre indudablemente exageraba las situaciones, aún así, envió una carta a su mellizo preguntando sobre su estado. Las de su tía Kitty eran agradables, le contaba que había de nuevo con sus hermanos, de sus días en la corte y lo que no podía faltar, de su tío Jaime. Las cartas de su tío Tyrion eran como libros, llenos de información y muy interesantes, en ellas le relataba cuánto veía en el Muro y el comportamiento de los hombres en lo inhóspito.
Y así transcurrieron ocho largos días desde la partida de su familia.
Estaba tejiendo frente a la chimenea cuando escuchó a todos los perros ladrar en sintonía, había aprendido a diferenciarlo del aullido de los lobos. Todas las noches los huargos soltaban aullidos lastimeros frente a la ventana del cuarto de Bran.
—¡Fuego!— gritaron los hombres.
Y Joanna vislumbró la luz rojiza y parpadeante saliendo de la torre de la biblioteca al otro lado del patio, las llamaradas brotaban de las ventanas. Y pensó en Robb, pero se tranquilizó cuando lo escuchó gritar a los guardias.
