Capítulo 3 | Nuevas admiradoras

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Los personajes que aparezcan en esta historia no son de mi propiedad, créditos a sus respectivos creadores.

Un intenso grito hizo traerles devuelta a la realidad, porque el grito de aquellos seres de los que se querían deshacer fue tanto que la mayoría de ellos demostraron su molestia, pero ¿qué podían hacer?, la respuesta está más que clara, nada.

Habría que aguantar los gestos que le regalaba la humanidad en clara burla hacia aquellos que les crearon, retomaron nuevamente la calma y la confianza con la que asistieron al Ragnarok, evento que no duro nada porque el hijo de Odín no fue lo suficientemente competente para enfrentarse a lo que ellos veían como un simple humano ignorando todo lo que el guardián del fin había relato acerca de su persona.

Se sintió demasiado observado, no por las personas que se encontraban en las gradas sino más bien por otras entidades que pusieron su atención en él.

Por la fuerza que mostro en el pequeño tiempo que duro su batalla, no sabían cuál era el verdadero alcance de toda su fuerza.

A cierta deidad no le importaba esto puesto que no había entes más poderosos que ella, su pensamiento no estaba del todo equivocado porque en su universo no hay seres de este tipo, pero más allá de los territorios que gobierna sí que los hay, conociendo la mayoría de estos y teniéndoles un profundo respeto.

Tres bellas damas centraron su vista nuevamente en el ganador de dicho combate, aunque no le conociesen, de alguna u otra forma, les empezó a agradar la actitud tan soberbia que mostraba tan extraño hombre, actitud digno de un guerrero de su categoría.

Un sicario en su máximo esplendor o eso es la información que se le fue dada a la valkiria responsable de todo esto, Brunilda es su nombre.

La mayor de las trece valkirias, hermosa dama de cabellera azabache, luceros que muestran la pureza de la que está hecha y que en lo más recóndito de su ser existe en la espera de que un hombre digno de ella le arrebatase aquello único que ella y sus hermanas tenían en aquel mundo.

Se recompuso después ser testigo de la eliminación del vikingo del trueno solo para hacer su trabajo y anunciar el ganador de dicho encuentro.
Su cuerpo temblaba porque no encontraba la manera correcta de anunciar la eliminación del nórdico, Heimdal miro una última vez al vencedor antes de dar un respiro profundo.

- El encuentro entre el dios y el hombre a llegado a su fin, aquel que se alzó como el más fuerte en este combate es el asesino más temido del universo, con ustedes el gran Kakarotto quien demostró tener habilidades complemente desconocidas, el dios del trueno se sumó a una más de las víctimas de tan temido ser.

Los sombríos rostros sombríos de aquellos que formaban parte de su prestigiosa familia mostraban en el estado de ánimo en que se encontraban actualmente.

Fueron los últimos en salir de aquel trance en el que fueron puestos al ver como su hijo y hermano fue mandado al piso de la arena para que luego este fuera tomado del cuello.

Lo último que observaron de él fue su sombra cuando este fue envuelto en aquella extraña energía.

La vitalidad del vikingo del trueno fue arrebatada por un solo hombre quien pareció no importarle su adversario desde un principio, especulaciones que fueron verdaderas cuando en un instante él acabo con su vida como si de una simple criatura insignificante se tratase, algo que no estaba demasiado alejado de la realidad porque aquella deidad que se hacía llamar la máxima autoridad del universo no era la única que les mira de esa forma, unos simples insectos que estaban a su merced.

Camino con dirección a la salida estando dispuesto a salir del lugar, no sin antes avisar que el próximo combate se llevaría a cabo cuando aquellas deidades estuvieran listos para luchar.

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