Capítulo 13

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Los personajes que aparezcan en esta historia no son de mi propiedad, créditos a sus respectivos creadores.

“Angustia”

—Gracias, señor… espero volver a verlo algún día, aunque lo veo poco probable —colocó ambas manos frente aquella silueta, juntándolas en el proceso, al parpadear esta ya no se encontraba ahí y todo rastro de él desapareció llevándose consigo aquel ambiente que trajo con él.

—¿Qué es esto? —balbuceó y se agachó para recoger aquellos frutos que ese hombre dejo caer, cuando las palmas de sus manos pudieron tocar por segunda vez aquel fruto logró sentir con más detalle la textura de este, el exterior raspaba y podría incluso llegar a provocar irritación si se llegara a consumir con demasiada frecuencia, no importándole absolutamente nada, recogió entre sus brazos el resto de frutos y se marchó de ahí perdiéndose entre la oscuridad para nunca más ser visto por alguien sin que este pereciera, así fue como de entre la oscuridad nació aquel ente que es considerado como la mayor aberración de la humanidad… su nombre no es otro que Jack, “el destripador”.

Los pasos hacían eco y resonaban por el extenso sendero de ese lugar, el andar de aquel hombre se mostraba imponente a opinión de cualquier persona que le mirase, pero sobre todo de aquellas damas que detrás suyo y un tanto alejadas miraban su silueta, así siguieron hasta llegar a una lujosa sala donde perfectamente se podía observar la flora y fauna en los alrededores, ventajas que tenía ese recinto por estar construido sobre una colina, además de que ese territorio era exclusivo de la diosa de la belleza.

Los delgados hilos de su azabache cabellera se mecieron cuando la brisa del frío aire le golpeó y estando ahí sin hacer nada más que mirando el despejado cielo dio un suspiro ante la mirada de las mujeres que le hacían compañía en esa noche, le resultaba extraño que hubiera tres féminas más aparte de Afrodita, sin embargo ellas se encontraba ahí al igual que él sin mover ni un solo musculo y solo con la mirada de aquellas bellas damas posadas en su persona.

Sin previo aviso, retiró aquel accesorio que no dejaba apreciar sus facciones y cuando aquel objeto tocó el sillón en donde se hallaba posado bajo lentamente su cabeza apuntando hacia las mujeres que le acompañaban, sin prisa alguna y con la curiosidad al máximo hacia él por parte de ellas aquel hombre fue abriendo sus parpados  dejando observar aquel bello carmesí que logró cautivarles en un instante, pero al mismo tiempo les infundió temor cuando divisaron como este brilló por un pequeño lapso de segundos que para aquellas que no le habían visto de esta manera.

Impresión fue lo que se marcó en el rostro de las hermanas valkirias pues no se imaginaron que debajo de aquel objeto se ocultaran tan bellas facciones, mucho menos aquel carmesí que transmitía más de un sentimiento, la diosa de la belleza sonrió y se acercó al hombre que ya le había tomando en un par de ocasiones por no decir muchas y se sentó aún lado suyo colocando su mano sobre la de él e inclinándose ligeramente hasta recargarse sobre el hombro de aquel sicario.

La impresión pareció desvanecerse cuando la otra rubia reina de los mares se colocó de pie y camino hasta llegar junto a aquel hombre que con la mirada entrecerrada analizaba cual sería el siguiente movimiento de la diosa, de un empujón alejó a la otra rubia que cayó acostada en lado opuesto del sicario, sin pedir permiso Kai se colocó encima del saiyajin mirándole completamente a los ojos y sin avisar junto sus labios con los de ese hombre que correspondía el gesto de la dama ante el disgusto de Afrodita que se puso en pie e igualmente realizó la misma acción que la reina de los mares.

No soy nadie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora