Parte 60

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Betty

-Que querías decirme? - indagó -

-Y-yo... - seguía pensativa, tengo que decirle que vi a Mathias y a su novia no? Si, probablemente si.- Me encontré con la novia de Mathias, y Mathias - aclaré mi garganta mirándolo dudosa -

-Que hiciste? - me miro preocupado -

-Hable con ella.. tenía un pequeña bebe en sus brazos - sonreí con dulzura -

-De que hablaron? - frunció el ceño confundido -

-Dijo que Mathias la había manipulado para decir otra cosa en el juicio, nosotras le dijimos que subiese toda la verdad, el no iba a saberlo hasta que vaya a la cárcel igual - el asintió entendiendo.-

-Me parece bien, con eso ya tendríamos el caso ganado! - celebró dándome un fuerte abrazo, con una amplia sonrisa -

Yo reí ante su emoción y correspondí su abrazo, sin muchas ganas en realidad, parece que él lo noto.

-Que.. pasa? No estás feliz? - me pregunto algo decepcionado -

-No no, claro que si.. solo que, e-esa chica.. estaba muy asustada.. nos tenía miedo a Cheryl y a mi, tenía moretones en las muñecas y no me imagino el resto de su cuerpo, se vía temblando y Mathias se la llevo muy molesto.. no me imagino si lo que para mi una noche fue un infierno, para ella vivir tanto tiempo allá sido...- murmuré intentado no llorar, se veía tan mal, hubiese deseado llevármela en esos momentos en realidad -

-Hey.. faltan dos meses para que esto acabe.. solo dos meses, si? Eres la persona más buena que existe en este mundo - me atrajo en un abrazo el cual me hizo suspirar y recargar mi quijada en su hombro -

Reí suavemente cuando sentí suaves besos colarse en mi cuello y por detrás de mi oreja.

-Juggie.. no podemos, Adeline- intenté detenerlo pero me interrumpió -

-Esta dormida, vamos.. se que me deseas - me sonrió divertido -

Yo lo mire mal.

-La levantaremos Jug.. - desvié la mirada negando levemente -

-No si vamos al auto... - me miro con una sonrisa ladina, sus ojos ya disparaban lujuria, lo cual me prendió completamente -

-Claro.. - murmuré ciegamente -

Tomó mi mano y me guió hacia la puerta principal de la casa.

Tomó las llaves de su auto y las de la fraternidad.

Salimos y nos dirigimos a su carro, que por cierto era muy modesto, me dijo que había sido un regalo de sus padres, era una camioneta negra, un Mustang bastante moderno y cómodo.

Abrió la puerta de copiloto y se sentó en el sitio, movió el asiento hacia atrás inclinando un poco el asiento, para más espacio.

Entre al auto sentándome encima de él y cerré la puerta a mi costado antes de sentir sus besos nuevamente en mi cuello.

Suspire ante aquello, no se que tenían sus besos, eran como una inyección hipnotizante.

Posó sus dos manos en mi trasero, apretándome más contra su evidente erección.

No pude evitar agitar mis caderas contra ello.

Necesitaba toda la fricción posible.  

Abandono sus manos de donde estaban y las presionó sobre mi cintura para frenarme, aspire de frustración, él se rio.

-No me dejas concentrarme si haces crecer más mi bulto nena - gruñó divertido -

Yo lo mire jadeante, sinceramente no se me venían palabras al cerebro.

Dos rubias y una fraternidad/Bughead Donde viven las historias. Descúbrelo ahora