Dos rubias y una fraternidad/Bughead

Parte 61

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-Yo te dire que hacer - amplio una sonrisa -

Me alzó un poco cuando desabrocho y bajo la cremallera de su pantalón.

Haciendo que sude de deseo.

No hizo más que eso, no bajo su pantalón y menos sus bóxers.

-Q-Que? - intenté bajar su pantalón creyendo que él tenía dificultad para hacerlo, pero tomó mi muñeca reteniéndome -

-No - se opuso seriamente, soltando mi mano a lado de mis muslo -

Llevo su mano a mi braga de nuevo y con ayuda de mi empuje logró sacarla por mis tobillos.

La guardo en su bolsillo y luego bajo sus pantalones hasta por encima de sus rodillas.

No pude evitar bajar mi vista a su gran erección, la cual sobresalía de la tela, gemí de anticipación.

El engancho su vista en mi blusa, era una negra holgada y media transparente.

Desabotonó botón por botón, su lentitud me mataba, lo estaba haciendo apropósito? Al parecer si ya que tenía una estúpida sonrisa divertida en su rostro.

Apenas termino con la mía no pude evitar arrancar la suya con desesperación.

El frunció el ceño disgustado, se habían salido todos los botones de su camisa.

El me hizo sufrir, porque yo no se lo podía hacer a él?

-Eres una.. - lo corte antes de continuar -

-Tú siempre rompes mis bragas, me debías esta - lo reñí -

El asintió con una sonrisa torcida.

Termino de bajar sus pantalones con ayuda de sus pies y llevo sus manos a la parte de atrás de mi sujetador.

Sonrió con complicidad cuando liberó mis pechos de su obstáculo.

No dudo ni un segundo, los ataco como si se tratara de el aperitivo más antojado de un hotel de alta gama.

Mordía y tiraba de mis pezones con agilidad, plantaba besos alrededor y encima de ellos.

Yo no me podía limitar a jadear constantemente, su lengua me degustaba muy liberalmente, me fascinaba.

-Tus pechos son mi parte favorita de ti - aclamó absorbiendo uno con fuerza mientras el otro lo amasaba con su pulgar -

Yo gemí en respuesta.

No pude evitar volver a agitar mis caderas.

Me encantaba la fricción que me daba.

Mis manos viajaron por su abdomen, acariciando un poco los bíceps que se le formaban en si, su torso era tan fornido y duro, me encantaba.

Mis manos se atascaron en el elástico de sus bóxers y lo fueron bajando hasta la mitad de sus muslos.

Se atascaron ahí cuando mi mirada también lo hizo en su erección.

Él guió su propia mano a su miembro, acarició su longitud antes de ser parado por mi mano.

Me toca.

-No - lo imite seriamente, con mi mano en su muñeca -

La aparte de mi camino y reemplacé su mano tomando su falo con la mía.

El gruñó echando su cabeza para atrás.

-Nena... - aspiro con fuerza al mismo tiempo que cerraba sus ojos, apretando mi cintura -