Jughead
Fui el primero en levantarme, un poco temprano realmente, 7:30 para ser exactos.
Hoy día íbamos a la casa de mis padres, no sentía absolutos nervios, quizás era porque estaba confiado en que les agradarían Betty y Adeline.
Me removí un poco y me di cuenta que estaba metido en el cuello de Betty, con razón olía tan bien.
Alce un poco mi mirada y vi a Betty, su lindo perfil siempre me contempla en las mañanas, su nariz siempre amanece rosa en peculiar.. se ve tan tierna, no la levantare, aún es muy temprano y era un almuerzo, no había apuros.
Guíe mi vista a Adeline aún lado de nosotros, estaba rodeada de almohadas, excepto el lado en el que nosotros estábamos. Ella también dormía plácidamente.
Sonreí con ternura.
Nos destape con mucho cuidado de no despertarlas y me levante con un poco de flojera aún.
Me iba a bañar.
Saque la ropa que me iba a poner, en realidad no era una cuestión elegante ni mucho menos. Solo una reunión familiar, con mi nueva novia e hija, claro.
Un jean de mezclilla negro y una camiseta blanca junto con unas convers de los dos colores. También saque una sudadera negra.
Me metí a bañar y a los pocos minutos ya estaba listo. Me vestí rápidamente y despeiné un poco el pelo, Betty decía que me veía muy bien con el cabello despeinado.
Le daba la razón, no quedaba nada mal.
Al salir del baño vi a Betty echada de lado con su celular.
Tenía un moño desordenado y se estaba cubriendo hasta la quijada con la sabana.
Reí un poco.
-Buenos días - la saludé atrayendo su atención -
Dejó su celular en mi mesita de noche y me sonrió cubriéndose aún más.
-Buenos días - murmuró con la voz perezosa y una sonrisa que no se notaba gracias a la sabana, solo la logre distinguir gracias a sus ojos, cada vez que sonríe sus ojos se achinan un poco, se ve demasiado adorable -
Me acerqué a ella y me metí entre las sábanas, metiéndome justo en el hueco entre ella y Adeline.
Cabe a aclarar que ella seguía echada de lado, por lo tanto yo estaba de igual forma acariciando su cintura con una sonrisa.
La abracé haciendo que nuestras piernas se entrelazan solas, y mi mejilla quede en el hueco de sus clavículas y pecho.
-Me tengo que ir a bañar - murmuró con un bufido, mientras acariciaba mi cabello mojado -
-Mmm.. ahorita? - reproché como un niño pequeño -
Ella río.
-Si, ahorita - refuto nuevamente -
-Bien.. - volqué los ojos divertido y me separé de su cuello para alzar mi rostro y besar sus labios -
Sus labios eran tan sabrosos, sabían a fresas y chocolate, la mejor combinación del mundo. Aún que sabía que ella era alérgica a las fresas.
Su cuello olía igual, pero un poco más a té con abstracto de vainilla, simultáneamente.
Sus ojos lucían hermosos, jamás me había enamorados de los resplandecientes ojos de alguien así. Eran una acuarela hermosa, verdes gema con una pizca de celeste en el fondo de su iris.
ESTÁS LEYENDO
Dos rubias y una fraternidad/Bughead
Teen FictionBetty una adolescente que quedó embarazada a los 16 años y a los 17 años tuvo a su bebé, una niña, hermosa, era rubia con ojos verdes, era idéntica a su mamá y nadie lo podría negar. Cuando sus hermanos se fueron a una fraternidad , Betty empezó a...