Capítulo X

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POV EMILIA

La alarma de mi teléfono sonó a las 7am. Era lunes, merda debíamos volver otra vez a la rutina.
El domingo simplemente me quedé todo el día en el dormitorio, solo salí  para ir a buscar el almuerzo, tampoco quise estar en el comedor.
Necesitaba procesar todo lo que había sucedido la noche del sábado. Los recuerdos me bombardeaban sin parar, además, al día siguiente de la fiesta había amanecido con un dolor de cabeza impresionante, lo cual hacía que todo se tornara más complicado.

Mis tres compañeras de cuarto no estaban cuando llegué de la fiesta, ni aparecieron hasta cerca de la tardecita, cuando el horario del toque de queda se aproximaba.

Fue un milagro, de veras. Lo único que me faltaba era tenerlas cuchicheando detrás de mis espaldas, haciendo ruidos molestos, o viendo la televisión a todo volumen.

Pues entonces aproveché para relajarme.
Me daba mucha rabia tener que estar en esta situación. En verdad me gustaba Andi. Tengo que admitirlo, la intuición no miente. Supe desde ese instante en que me obligó a hacerle un llamado de atención, que nuestro contacto no iba a morir allí, donde si lo hacía, ella pasaría a ser no más que una estudiante del instituto para mí. Pero presentí que no olvidaría su rostro, ni su nombre, ni su voz. Lo sabía. Lo que no sabía, era por qué. Pero luego lo comprendí todo. La chica era coqueta, tenía personalidad, un carácter de... Meu deos, que carácter tenía! Y no solo eso, su timidez oculta le daba el toque particular. ¿Cómo no iba a gustarme?
Ella quería simular que no tenía sentimientos, pero yo podía darme cuenta de todo el esfuerzo que gastaba en aparentar aquel papel de ruda. Creo que también me veo en la obligación de admitir que esa faceta de ella me divertía mucho, me intrigaba tanto... Solo deseo poder conocerla un poco más, si es que me lo permite.

A veces me ocurre que siento que trata de evitarme. No se si le caí mal o qué problema tiene, pues con lo de la inscripción me tomó por sorpresa. Pero en parte entiendo. Tengo mi afán por tener las cosas en perfectas condiciones, organizadas y a tiempo; puedo hacer que la gente llegue a exasperarse al tener que tratar conmigo.
Sin embargo todo se volvió realmente confuso con la fiesta. ¿Desgracia o destino? Pues no lo sé. Puede que un poco de ambas. Por un lado, me gusta creer que las cosas pasan por una razón y que la manera en que tenían que pasar tampoco son casualidades.

Si tuviera que escoger un poder, elegiría el de detener el tiempo para poder utilizarlo cada vez que estoy con Andi. Cómo me hubiera gustado poder hacerlo esa noche en el cuartito. En la oscuridad ambas podíamos ser nosotras mismas, sin presiones ni invasiones por parte de los demás. Nuestras ambiciones podrían haber sido saciadas...
Estaba tan cerca de ella, que pude sentir como todos mis vellos se elebaban de punta.
La adrenalina era demasiada, casi intolerable... pero me dejaría caer a su merced.

Por otro lado... Mi futuro trabajo pende de un hilo. ¿Y qué certeza tenía yo de que Andi podría llegar a estar interesada en mí como para sacrificarlo?

Es mi tercer y último año de carrera, y pasé mucha mierda durante toda mi vida escolar. Ni hablar en el primario. Luego en la secundaria comencé a crear mi propio yo que en realidad no era más que un deseo engañoso. Sin embargo mi vida cambió con mi beca para estudiar aquí. Realmente pude visualizarme en un futuro mejor siendo una gran artista. Pero para los grandes sueños debemos trabajar duro. Yo estoy aquí para ganar, y si para ello debo hacer cosas que en realidad no son de mi agrado, pues las acepto igual porque a la larga me conducirán a una vida mejor. Mi madre podrá ver lo verdaderamente talentosa que es su hija.

Ahora el estúpido de Sebas me puso una piedra muy desagradable en el camino. Me toca directamente en el ego el hecho de tener que perdonar una infidelidad que, técnicamente, no lo es porque ya no estamos juntos. Parecía una puta broma de reality show.

Querías que todos lo supieran, no? | ENDIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora