Capitulo 2

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5 de noviembre de 1973.

Al día siguiente, Alberto salió a trabajar como todas las mañanas, no sin antes despedirse de su esposo con un corto pero tierno beso en los labios en la puerta de su pequeño hogar, sacando una risa en ambos como si fuesen un par de adolescentes.

Luca por su parte se queda en casa.

Si fuese un día normal, el del cabello rizado visitaría a su amiga Giulia o se iría a dar una vuelta en la pequeña plaza mientras comía un poco de helado, incluso visitaría la biblioteca local el cual es cliente frecuente, pero si quería sentirse útil, visitaría a sus padres retomando su puesto de arrear peces.

Pero no podía distraerse, no en este momento tán especial, tenía que vigilar y proteger a su pequeña cría. La futura felicidad de la casa, por lo que una vez que perdió de vista a su marido, Luca cerró la puerta principal y se fue al baño.

Se sienta en el borde de la tina con un libro en manos, pero este no se trataba de astronomía, si no que se trataba de un cuento infantil, la forma perfecta para tener una pequeña interacción con su futuro hijo

 Y que mejor que contar la historia en voz alta.

Procuraba hacer diferentes voces para cada personaje, pensando que así el crio disfrutaria la lectura desde el interior del huevo, tan solo imaginarselo no evita soltar una pequeña risa.

-Lindo muñeco de pino, despierta. Dice el hada azul mientras que con su brillante varita toca a aquel títere, acto seguido, Pinocho se talla los ojos antes de mover sus manos en el aire. – Lee Luca de forma fluida. - ¡Me muevo! Exclama sorprendido la marioneta. ¡Y hablo! El hada azul...

Pero el monstruo marino se calla abruptamente. 

Un instinto se activa mandando señales fuerte, le gritaba que en pocos segundos algo le pasaría al huevo y debe estar alerta, sin pensarlo dos veces cierra el libro de golpe para luego mirar dentro de la tina, bajo el agua transparente notó que el embrión se movía con ligeras sacudidas y pequeños bultos sobresalían cada pocos segundos.

Jadea de sorpresa.

¡Esta por eclosionar!

¡Ya romperá el cascarón!

Una sonrisa crece en su rostro, el momento por el que él y Alberto habian esperado todo este tiempo, está sucediendo, sin perder el tienpo se levanta de golpe y corre por la casa.

- ¡Alberto, Alberto! – Exclama alegremente. 

Pero al llegar a la sala, se detiene en seco para luego darse un golpe mental sintiéndose un tonto.

¡¿Cómo pudo olvidar tan rápido que Alberto estaba en el trabajo?!

¡No vería a la cría nacer!

Regresa al baño corriendo, durante el camino arrojó su camisa a algún lugar de las escaleras junto con sus sandalias, quedando únicamente en su pantalón corto azul. Al llegar al cuarto, toma al embrión entre sus manos y se sumerge cuidadosamente en la bañera, rápidamente su forma marina se revela desde su abdomen hacia abajo, su larga cola sobresale de la tina.

-Hey, pequeño. – Habla de forma suave a pesar de que se muere de nervios por dentro. -Se que quieres conocernos, pero tu padre no tarda en...

No logra termina de hablar, una manita de escamas blanca con membranas surge del cascarón rompiéndose en el proceso, esto sobresalta al monstruo marino azul verdoso quien suelta un grito ahogado y se congela, momento después la manita se vuelve a sumergir en el orbe.

Las manos de Luca sienten el movimiento de la cría, quien se retuerce para liberarse de aquel espacio tan reducido.

El castaño respira de forma temblorosa, suplicando por dentro que su esposo regrese lo más pronto posible del trabajo.

Luca "Una nueva familia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora