Un nuevo día llega al puerto de Portorosso, el viento soplaba pero esta vez no transmitía el frío a pesar de estar en noviembre, pues el sol brillaba lo suficiente como para mantener el clima casi como si fuese verano.
En la casa de los Marcovaldos, Massimo y su hija Giulia tomaban el desayuno tranquilamente, la música sonaba suavemente desde el gramófono, proporcionando un ambiente de abundante paz al hogar.
- ¿Creés que este bien? -Pregunta de repente la pelirroja.
Massimo alza una ceja en duda.
- ¿Quien?
-El huevo ... Hace poco dijeron que el pequeño no se movía para nada, y desde estonces e visto a Alberto preocupado, cansado e incluso estresado. -Giulia toma su taza de café en manos, sopla un poco su bebida antes de continuar. – En cuanto a Luca, no lo he visto poner un pie fuera de su casa.
"Así que eso la tenía preocupada a su hija" Piensa el pescador, pero la pelirroja tiene razón, las últimas semanas su hijo adoptivo se ve algo... diferente.
Aunque el moreno lo trate de ocultar, su lenguaje corporal inquieto le delata que está preocupado, ¿Y quién no?, nunca se sabe lo que sucede al embrión durante su desarrollo y menos dentro de un huevo, sin mencionar que los gestos faciales del moreno se le muestra luchar con un cierto instinto.
Pero Massimo no es tonto, sabe perfectamente que el instinto de Alberto en estar con su pareja y protegerlo tanto a él como al huevo, después de todo, era parte de la naturaleza de los monstruos marinos.
Antes de que el del bigote dijera algo, la puerta se abre de golpe ganándose la atención de ambos familiares, en el marco de la puerta se encontraba el mismísimo Alberto con sus manos apoyadas en la puerta abierta de par en par mientras jadeaba como si hubiese corrido un maratón.
El dúo se levanta de la mesa, temiendo lo peor.
Sin embargo la preocupación se esfuma de inmediato al observar el rostro del moreno, una sonrisa tan grande que incluso se le podía notar los colmillos que no desaparecía en su forma humana, ese tipo de sonrisas solo significaba una cosa:
Son más que buenas noticias.
Antes de que uno de los dos cuestione, Alberto exclama:
- ¡Soy papá!
Esas dos simples palabras dejan atónito a Giulia y a Massimo, intentan decir algo, pero nuevamente el ojiverde se les adelanta.
-El huevo... Eclosionó ayer. -Su sonrisa crece un poco más. - Luca y yo no alcanzamos a venir por que estábamos descansando, algo extraño pues era un huevo, pero fue suficiente para mantenernos despiertos toda la noche gracias a la preocupacion y nuestro estupido instinto,¡pero finalmente el huevo se abrió!.
-Eso significa que... ¿Soy abuelo? -Murmura Massimo.
Alberto asiente rápidamente, Giulia suelta un grito agudo antes de abalanzarse a su hermano adoptivo, ambos se dan un fuerte abrazo, Massimo tampoco se queda atrás y le da unas palmadas en la ancha espalda del ahora padre primerizo.
La risa de los tres resuena en toda la casa, sin duda era un momento de celebrar.
Giulia finalmente rompe el abrazo y mira al moreno.
- ¿Y qué es, Niño o Niña? – Dice impaciente.
-Varones. - Responde el ojiverde de inmediato.
Padre e hija se miran confundidos, ¿Acaso acaba de hablar en plural?; Por suerte, Alberto nota esto y decide explicar con una sonrisa.
-Acaban de nacer un lindo y saludable par de gemelos.
Jadean de sorpresa.
- ¡Santo Pecorino! ¡Es la mejor noticia de todas, Alberto! ¡Mis primeros sobrinos son gemelos! – Carcajea la fémina.
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Luca "Una nueva familia"
Fiksi Penggemar*~ Preparate para una historia distinta a cualquier otra. ~* "Texto sacado de la sirenita 2" Cuando un huevo aparece en la vida de nuestra pareja de monstruos marinos, nunca se imaginaron la fe...