Capitulo 8

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- ¿Quieren ir a dónde? -Dice sorprendido el ojiverde.

Los peli turquesa les habían contado a sus padres sobre visitar Isola del mare durante la hora de la comida, algo que sorprendió a ambos adultos, pero en especial a Alberto.

- ¿No quieren visitar a sus abuelos? -Sugiere Luca antes de dar un bocado a su ensalada.

-Es aburrido cuidar peces cabra todo el día. -Se queja Floyd.

-Eso es verdad. – Afirma el castaño en sus pensamientos, recuerda pasar parte de su infancia arreando a esos inquietos peces. Ahora arrea a dos inquietos niños.

-Bueno... no veo el problema. -Habla Alberto.

Los gemelos y Luca lo miran asombrados.

- ¡¿De verdad?! – Exclaman asombrados los gemelos al unísono.

El ojiverde asiente con la cabeza, en cambio Luca no parecía muy convencido.

- A todo esto. -Comienza el castaño. - ¿Por qué quieren ir a Isola del mare?

-Es porque allá estará nuestra felicidad. -Dice Floyd.

Los adultos se intercambian miradas, vuelven a observar a los infantes y luego Luca vuelve a hablar.

- ¿No son felices con nosotros?

- Claro que sí. -Ahora habla Jade. – Pero Floyd y yo queremos un lugar en el que podamos hacer lo que sea, cada dia jugaremos sin que nadie nos juzgue, sin que nadie nos diga que hacer...

-Solo ustedes dos... libres. – Alberto termina la oración en un susurro.

Luca abre los ojos sorprendido, los adultos reconocen esas palabras, tal vez no fueron exactas, pero sin duda era el sueño de hallar la felicidad en algún lugar del mundo.

Y la felicidad de sus niños estaba en Isola del mare.

- ¡Llévame gravedad! – Grita Alberto mientras saltaba al acantilado, poco después se escucha el chapoteo

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- ¡Llévame gravedad! – Grita Alberto mientras saltaba al acantilado, poco después se escucha el chapoteo.

Los gemelos se asoman desde el risco en el que se encontraban, para un adulto la altura no era tan intimidante, pero para los pequeños de cinco años...

Era una carta de muerte.

Luca nota que los cuerpecitos de los infantes tiemblan, por lo que se acerca lentamente para luego sentarse en cuclillas para estar a la altura de sus hijos.

-No deberían escuchar a Bruno. -Habla suavemente el castaño.

- ¿Bruno? -Se confunden los infantes.

El adulto asiente.

-Es aquella voz en su cabecita que les causa el miedo, necesitan callarlo.

- ¿Cómo lo hacemos? -Pregunta Floyd.

- Dile, ¡Silencio Bruno!

Los gemelos se miran entre sí, luego Jade decide dar el primer paso.

- Silencio Bruno. -Susurra.

Luca "Una nueva familia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora