*~ Preparate para una historia distinta a cualquier otra. ~*
"Texto sacado de la sirenita 2"
Cuando un huevo aparece en la vida de nuestra pareja de monstruos marinos, nunca se imaginaron la fe...
El primer día de paternidad ha comenzado para la pareja Marcovaldo Paguro, su mañana inició con sus críos llorando exigiendo su alimento, por lo que los esposos actuaron de inmediato.
Luca se adentra a la tina para tomar a sus hijos en brazos, los mece lentamente con esperanzas de calmarlos al menos solo un poco, Alberto por su parte se encargaba de ir a pescar algunas sardinas, incluso trayendo más de la cuenta por si las dudas.
Después de lo que Luca siente que pasó una eternidad, se escuchan los pasos apresurados de su esposo subir las escaleras y rápidamente aparece en el marco de la puerta, en sus manos sostenía un cuenco lleno de puré de sardina y una pequeña cuchara de madera.
El olor del pescado alerta a las pequeñas crías, quienes comienzan a retorcerse en los brazos del castaño y por instinto abren sus pequeñas boquitas mientras frotan sus mejillas en el pecho de Luca, Alberto se ríe mientras se acerca a la bañera.
-Pequeños hambrientos, ¿No?
-Ya aliméntalos antes que me coman a mí. -Regaña con una sonrisa Luca.
El ojiverde se sienta frente a su esposo mientras se acomoda entre las piernas verde azulado, una vez hecho esto sostiene la cuchara en mano y toma un poco de la papilla, para finalmente depositarlo dentro de la boquita de Jade.
Luca observa como alimenta simultáneamente a ambos infantes, una cucharada a Floyd, otra cucharada a Jade y así sucesivamente, mira como en cuanto la cuchara se aleja de sus labios tragan el puré sin masticar para instantáneamente abrir de nuevo sus bocas, una acción que le recuerda a un polluelo.
En eso una alerta se enciende en su mente, mirando a su esposo le pregunta:
- ¿Le quitaste las espinas?
Alberto asiente.
-Cada una, incluso lo limpié dos veces; Recuerda que trabajo con peces, ¿Lo olvidas, Luca? -Se ríe.
El castaño ríe avergonzado.
-Lo lamento, solo... me preocupé, ¿Crees que lo sobreprotector venga de familia?
El ojiverde solo se encoge de hombros mientras suelta una risa.
Alberto continúa alimentando al par de críos, incluso volviendo a llenar el cuenco una vez más, lo que sorprende a Luca, pues se preguntaba ¿Cuánta hambre debe tener un pequeño monstruo marino?, se hizo una nota mental, preguntárselo a Daniela.
Después de un largo rato de alimentarlos, finalmente ambos gemelos tienen sus pequeños estómagos llenos y ahora sueltan pequeños chillidos felices.
-Son tan lindos. -Murmura Luca.
-Si... -Susurra el ojiverde.
La pareja se acurruca dentro de la bañera, Luca sostiene a sus hijos de forma vertical para luego acostarlos sobre su pecho, manteniendo solo sus cabecitas fuera del agua, los críos se acurrucan y dejan que los latidos suaves del corazón de su "Madre" los arrulle.
El castaño sonríe y apoya su espalda en el tonificado pecho de su esposo, quien había cambiado de lugar, ahora se encontraba recostado detrás de su marido, sus brazos rodeaban la cintura de su pareja y sus manos se posaron sobre las de Luca.
El dúo simplemente disfruto la compañía del otro en un tranquilo silencio, aunque tampoco falto los tiernos besos que Alberto le daba a Luca.
Sus primeros momentos de paternidad los disfrutaron como nunca.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.