*~ Preparate para una historia distinta a cualquier otra. ~*
"Texto sacado de la sirenita 2"
Cuando un huevo aparece en la vida de nuestra pareja de monstruos marinos, nunca se imaginaron la fe...
El joven adulto se encontraba en la casa de los Marcovaldo, se había ofrecido para ayudar a preparar el almuerzo en lo que Massimo, Alberto y Giulia regresaban de sus trabajos, el hogar estaba lleno de risas, pues los pequeños gemelos Jade y Floyd corrían y gritaban felices mientras jugaban a¨quién atrapa a Machiavelly¨ mientras el felino solo huía despavorido.
Su persecución termina en el patio, donde finalmente el gato se trepa a la pared de piedras quedando fuera del alcance de los infantes, ambos críos suspiran decepcionados y más Floyd, este último estrujaba a Machiavelly siempre que podía.
En eso escuchan algo afuera.
- ¡Por aquí! -Grita un niño.
- ¡No, yo estoy libre! -Grita otro.
Los pelis turquesas se miran con curiosidad antes de asomarse por la puerta, allí en la plaza se encontraba un grupo de infantes humanos jugando futbol, se veía muy divertido, por lo que tomaron una decisión con tan solo mirarse y asentir con sus cabezas, rápidamente se adentran a la casa, allí vieron a su ¨Madre¨ echar los macarrones en agua caliente mientras tarareaba una canción alegre.
-Papá. -Llaman al mismo tiempo.
Dan ligeros tirones al pantalón corto del adulto tratando de llamar su atención, obviamente teniendo resultado, Luca baja la mirada para luego observar a ambos costados mientras se aleja de la estufa, sus crías tenían miradas suplicantes por lo que como cualquier "Madre" sonríe y pregunta:
- ¿Qué pasa? ¿Por qué tan emocionados?
-Hay unos niños jugando afuera. -Dice Floyd con un tono de voz perezoso, una característica que obtuvo al momento de hablar.
- ¿Podemos ir? -Finaliza Jade.
El castaño frunce levemente el ceño, es consciente que sus hijos no tienen amigos por lo que no le sorprende su emoción al querer convivir con los demás niños del pueblo, pero un instinto le dice que no son de fiar.
Ignorando aquel sentimiento creyendo que tal vez solo está exagerando, se arrodilla para quedar a la altura de los infantes para luego acaricia sus cabecitas.
-Claro, vallan, pero ya conocen las reglas.
-No alejarnos de Smuca, lo sabemos. -Dicen los gemelos en coro.
Luca sonríe y les deposita un pequeño beso en las frentes de sus niños, ganándose una risita de ambos, luego se endereza para regresar a su trabajo en la estufa. Los gemelos no pierden tiempo y salen emocionados de la casa.
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Jade y Floyd se reúne con el grupo de niños humanos, observan emocionados como se pasan el balón entre ellos, en eso, uno de ellos patea la pelota de forma erronea haciendo que rodase hasta llegar a los pies descalzos de los pelis turquesas, Jade lo toma en sus manitas y exclama con una gran sonrisa.
