Capitulo 10

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24 de Junio de 1984.

(6 años después)

- ¡Ow! -Gruñe Alberto.

Lleva su mano a la nuca donde una pequeña piedra hizo contacto, se voltea hacia atrás y en aquel muelle de piedra estaban un grupo de niños, tanto mayores de entre 10 a 15 años hasta pequeños no menos de 4; Los infantes se reían.

- ¡Joto! – Gritaban unos

- ¡Marica! -Reclamaron otros.

Alberto solo frunce el ceño e intenta ignorarlos regresando a su trabajo en atracar la lancha de su padre en el muelle.

- ¡Uy, parece que no le dieron anoche! -Se burla uno de los adolescentes.

-Es increíble las cosas que le enseñan los padres a sus hijos. -Murmura Massimo indignado.

-Ni me lo digas, cada día esos humanos regresan a su forma primitiva a mi parecer. -Gruñe Alberto antes de que otra piedra haga contacto en su costado. - ¡Hey!

Nuevamente las burlas aumentan, sin embargo, se escucha una apuerta abrirse de golpe seguido de un grito femenino.

- ¡Oigan, largo de aquí antes de que los golpeé. 

Giulia sale corriendo con un pedazo de madera en mano, consiguiendo ahuyentar a la pandilla de infantes, Luca la sigue unos pasos más atrás.

-Parece que alguien ya nació siendo un simio. -Se burla el ojiverde mientras baja de la lancha.

-Mira quien habla, dinosaurio marino. -Responde la pelirroja dándole un golpe en la nuca a su hermano adoptivo a modo de juego.

Luca oculta su risa detrás de su mano.

- ¿Y los chicos? -dice Alberto ahora dirigiéndose a Luca.

-Supongo que deben seguir en su lugar favorito-dice el castaño a la vez que se encogía de hombros. – No los veo desde la mañana.

A lo que Alberto asiente comprendiendo la situación. Desde que ellos decidieron arreglar Isola del Mare varios años atrás, sus hijos habían comenzado a pasar sus ratos libres en ese sitio desde entonces.

Dando una mirada a la isla, Alberto sonríe.

-Al menos me alegra saber que se divierten sin ningún problema. – dijo Alberto con la mirada perdida en el mar.

Lo cierto era que, ambos padres comprendían por qué sus hijos decidieron aislarse, las cosas en Portorosso no parecían calmarse, e Isola del Mare se había convertido en su refugio, se iban desde la mañana apenas terminaban de desayunar y no regresaban hasta casi al anochecer.

- ¿Crees que deba ir a buscarlos? – dice Luca.

Antes de que su pareja responda Giulia interviene.

-Los chicos ya tienen once años, casi son adolescentes, no creo que quieran ser molestados. Además, saben cuidarse solos.

Luca asiente, de seguro sus niños se están divirtiendo.

Luca asiente, de seguro sus niños se están divirtiendo

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Luca "Una nueva familia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora