Cielo mío.

0.8

Iván.

— Eva— dije llamandola— Vamos a estar afuera por si quieres venir—.

—Si vienes, te traes una mascarilla de fresa— grito Serafín mientras que Ovidio asentía.

—¿Ya les puso mascarillas?— pregunto Alfredo y ellos asintieron.

Un puchero se formó en el rostro de Alfredo. Venía un drama.

—¡Nos remplazo!— dijo "llorando".

—Te remplazo a ti— dije, pues a mí también me puso mascarillas ayer, pero  ese era un secreto de estado entre nosotros.

—Nos remplazo a los dos— de verdad estaba llorando.

—pinches dramáticos, a mí ni me invita y no lloro— dijo Vicente limpiandose las lágrimas.

—No mames— Ovidio de levantó rápido haciendo que todos nos pusieramos en alerta.

—Verga— dijimos Alfredo y yo conteniendo la risa.

Mi viejo venía con una mascarilla de aguacate, seguido por Evita, quien traía una bocina y la misma mascarilla que mi apa.

—Que guapo, viejo— dijo Alfredo riendo.

—se callan o se los corto— nos susurro a mi y a Alf, haciendo que Eva hablara.

—¿Ya se lo quito papá?— era la primera vez que le decía así frente a nosotros.

Mi pa nisiquiera pudo hablar. Solo asintió.

Eva le quitó la mascarilla y quién sabe que madres le echo para "Hidratar la piel", ella hizo lo mismo en su cara.

No sé en qué momento Eva saco una bolsa, dónde traía maquillaje, y como si nada comenzó a pintarse.

—Eres muy bonita Eva— dijo Vicente.—Te pareces mucho a tu mamá.

Eva quedó helada.

—Mi mamá es Alejandrina— dijo ella queriendo dar por terminado el tema. Todos nos quedamos en silencio.

—¿Para que es eso?— pregunté tratando de relajar el ambiente.

—Es para rizar las pestañas—

No dijo más para cuando intenté rizarselas a Alfredo, quien sin renegar se dejó.

—¡Pinche pendejo!— me grito enojado—me arrancaste como tres...No mames, No mames se me ve bien perro mi ojo, haber el otro—

Eva soltó la carcajada.

Así duramos rato platicando con ella.

—Oye Alfredito— le dijo Eva haciendo que Alfredo  volteara con el demasiado rápido.

—¿Que paso mija?—

—¿Me compras un Raizer?— pregunto sonriendo.

Eva era la mujer más independiente que había conocido, Alfredo y yo siempre tratamos de "enseñarle" eso.