0.9

1.9K 181 15
                                    

Ovidio.

—Pinche plebe castroso— le dije a Alfredo quien tenía más de media hora preguntándome sobre por qué había estado con Evita tanto tiempo.

—Entiendeme verga, es mi hermana— el me miró con el entrecejo fruncido. —¿Te gusta?—

—No me gusta—

Ajá.

Solo te encanta—

—Si... Que diga no— le respondí nervioso a Iván y el soltó la carcajada.

—Si te gusta no pasa nada, digo solo puede que te cortemos la verga pero ya sabes, lo normal- me dijo Iván mientras comía sabritas con salsa.

-¿Donde las conseguiste?- Alfredo rápido les pregunto.

Eva.

Subí el volumen de la música , trabe la puerta del baño con seguro mientras que terminaba de darme el pase que tanto había anhelado.  Lo de Vicente me había afectado mas de lo que quisiera, el que me removieran del cargo de Miss México por que mi reputación se había comprometido debido a la farándula, pero sin duda, la falta que me hacia el, mi more, mi hermano y alma gemela, todo el dolor, el rencor la culpa de que el se haya ido sin darle un abrazo me hacia sentir chiquita en el mundo.

Abrí lentamente los ojos, note que la tina ya estaba llena de agua, mire mi camisa blanca, para luego ver mis calcetines, sin importarme mucho el que se mojara y se arruinara, me metí al agua hundiendo por completo mi cuerpo, mínimo una vez a la semana hacia esto.

Escuchaba las risas de mis hermanos a lo lejos, ellos eran lo que mas quería.

-¡Evita, vente chula!- Ovidio me grito por defuera del cuarto.

trate de no hacer ningún ruido.

-Esta dormida, yo creo- dijo Alfredo, o Iván.

Escuche pasos alejándose, mi vista se enfoco por un momento en la foto mía y de Édgar.

Mi vista se nublo debido a la lagrimas que empezaban a acumularse de una manera inexplicable.

Luego mire a la puerta, lo que mas me gustaba de la coca, sin duda era que gracias a los efectos alucinógenos podía verlo, incluso hasta sentir platicar con el.

-¿Pero que haces mi prietita?- me dijo edgar vestido de blanco mienras se acercaba a mi, una sonrisa se formo en mi rostro.

-Estoy haciendo un acuerdo, un acuerdo de yo y tu- el me miro confundido.

-Acuerdo de que- me pregunto mientras que yo sentia como acariciaba mi cabello.

se sentia tan real.

-Si yo pudiera, hacer este acuerdo con Dios le pediria que cambiará nuestros lugares—

Cuando menos lo pensé comencé a llorar cada vez con más intensidad.

—Tienes que estar Evita, tu corazoncito tiene que estar bien—

Yo lo mire antes de hablar.

—cuando miró tu foto, digo que no me afecta, pero cuando veo a mis hermanos y no te veo allí, simplemente me derrumbó, me digo a mi misma que no me importa mucho, que tengo que salir adelante pero en realidad siento que moriré hasta que yo pueda sentir tu toqué —

—Solo el amor puede doler así — me dijo mientras yo no paraba de llorar.

—En este momento te puedo decir que no me importa si no te vuelvo a ver, si te vuelves a alejar, pero cada vez que estás aquí, estoy rogandote por qué te quedes, cuando te acercas solo tiemblo—solloce mientras miraba como se alejaba poco a poco de mi—Y cada vez, cada vez es como un cuchillo que atraviesa mi alma ¡¡Por favor no te vayas Edgar!! No me dejes solita de nuevo— le grite pero el solo me dió una última mirada

—Entonces vamos hermanita—

Iván.

Estábamos comiendo, según la especialidad de Ovidio.

—Si les gustó mi sopa verdad — pregunto haciendo cara de rata atropeyada.

—Pues la verdad n...—

—Si! Esta muy rica esta sopa Maruchan con limón y salsa— Alfredo rápido me metió un pellizcon el culero, cuando vimos que ovidio fue a la conocía de nuevo le metí un zape—pendejo, ya sabes que llora si le decimos que no y mi apa a los que chingan son a nosotros—

—A pos si veda— dije ya como si nada.

Tenía un chingo de rato que la Eva no bajaba, y ya me estaba preocupando.

—Oye wey— me habló Alfredo y Ovidio  en chinga volteo hacia mí —Mira—

Era un comunicado oficial dónde anunciaban la revocación de la Corona de Eva, por posibles nexos con el narcotráfico gracias al aparecer en una de las páginas de Farándula.

—Ay pobrecita, si se notaba que le gustaba mucho eso— dijo el Nini mientras comía galletas.—Por cierto, Iván falta un kilo, ¿lo tomaron ustedes?

Dijo y todos nos quedamos serios viendo a Alfredo.

—¿Lo tomaste wey?— le pregunto ovidio tomando de su coca— el y yo los contamos hace como una hora y estaba la tonelada completa.—

Puta madre que no sea lo que estoy pensando.

Al parecer Alfredo y yo tuvimos la misma idea.

Sin pensarlo corrimos a la habitación de Eva, con Ovidio y Néstor detrás de nosotros.

—¡No corran en la casa Jesús!— mi apa le gritó a Alfredo pero poco nos importó.

Llegamos y tiramos la puerta, la música se escucha algo recio, Ovidio, Néstor y Alfredo comenzaron a buscar, mi apa rápido fijo la vista en una bolsa.

—Hijuela chingada — dijo mientras la aventaba y salía el paquete.—¡Eva! Salga rápido mija — mi apa ya tenía su entrecejo fruncido.

Sin pensarlo Ovidio tiro la puerta de baño.

—¡Eva! Despierta chula, ¡No me hagas esto mija!— ovidio se metió a la tina, manchando su camisa Azul de un rojo Carmesí.

Y solo la quite de sus brazos para salir corriendo, mientras veía a Alfredo entrar en un especie de shok y a Ovidio quien venía corriendo detrás de mí.

Cielo mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora