Culpa (Editado)

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⚠Aviso⚠

Este capitulo contiene escenas de abuso infantil y maltrato explicitas, lean bajo su propio consentimiento.

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La pantalla se iluminó, revelando a un niño rubio de apenas 6 años corriendo por las sombrías calles de la Aldea de la Hoja. Su agitada respiración reflejaba el frío aire nocturno que inundaba sus pulmones.

—¿Por qué corre? — preguntó Kushina preocupada.

—Ya lo veras

Dobló en una esquina, adentrándose en un callejón que pronto descubrió que no tenía salida.
Una expresión de horror distorsionó los rasgos del niño, quien decidió darse la vuelta y salir de inmediato. Pero al intentarlo, se encontró cara a cara con el hombre que lo había estado persiguiendo desde hacía seis calles. El hombre parecía cansado, aunque no tanto como el niño.

—¡Maldita sea! ¡Me hiciste correr mucho, mocoso! — gruñó el hombre mientras se acercaba amenazante hacia el pequeño, quien empezó a temblar de puro terror.

El hombre se abalanzó sobre agarrando su cuello mientras lo levantaba por el aire y apretaba hasta dejarlo sin aire.

Los ecos del horror resonaron en la sala, resonando con fuertes preguntas. Kushina, sobresaltada, clavó su mirada con una mezcla de odio y temor en la pantalla. El ente, presenciando las reacciones tumultuosas en la habitación, se sumió en un silencio pesado.

El cuerpo del niño se agitó violentamente mientras intentaba zafarse del agarre de aquel extraño hombre. El dolor agudo se tornaba insoportable y la sensación asfixiante empeoraba con cada segundo. Su visión se nublaba con destellos blancos debido a la falta de aire, lo que amenazaba con sumirlo en el mareo y la inconsciencia.

Con quejidos ahogados, el niño intentaba desesperadamente arañar a su captor, lo que provocó la ira del hombre. Este acercó su rostro, ordenándole con firmeza que se quedara quieto, apretando con más fuerza aún. El penetrante olor a alcohol barato invadió sus sentidos, empeorando su situación al desencadenar náuseas que lo hacían retorcerse y ahogarse aún más.

Pese a todo, el niño no cedía, continuaba retorciéndose y forcejeando, intentando golpear al hombre. La furia del hombre creció, golpeándolo contra la pared y lanzándole insultos.

Las madres en la sala se aferraban a sus rostros, ya fuera cubriendo sus ojos o presionando sus bocas, sintiendo una insoportable angustia ante la escena. Kushina, aparentemente desorientada, clavaba su mirada en la pantalla, su rostro reflejando una mezcla de confusión y miedo, mientras sus manos se formaban puños tensos. Minato, en un estallido de frustración, dejó escapar un gruñido mientras su mandíbula se tensaba con firmeza.

—Maldito demonio, ¿quién te crees para atacarme? Deberías agradecer seguir con vida —el hombre vio las lágrimas del niño brotar y su ira se intensificó.
—¿Lloras? Sí, llora. Llora como lo hice yo al perder a mi esposa. 
—¿Tú deberías pagar por eso, verdad? Deberías sentir el mismo dolor que ella sintió al morir — el hombre aflojó de repente su agarre en el cuello del niño, permitiéndole inhalar y exhalar, sintiendo el aire llenar sus pulmones, cesando su contorsión por un instante.

—Desgraciado — murmuró Tsunade, sintiendo cómo la ira se extendía por todo su cuerpo.

Kushina, conmocionada, se volteó hacia Sarutobi, su rostro reflejando horror y desconcierto ante las palabras que había pronunciado aquel hombre en la pantalla. 

Esperó que lo soltara, pero se sorprendió al sentir cómo el hombre enterraba su nariz en su clavícula, una zona descubierta durante un breve momento de inconsciencia.
Continuó así hasta que, de repente, lo mordió, provocando que el niño gritara de dolor y se retorciera nuevamente.

Reaccionando a la Verdad (NARUTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora