Identidad

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—Kurama estoy cansado, paremos un rato, por favor —la voz del rubio resonó en el espacio rodeado de árboles con un tono quejumbroso.

“Deja de ser tan delicado, y sigue concentrando mi chakra” la bestia le respondió con molestia mientras enviaba oleadas de su chakra al cuerpo del rubio.

—¡Noo! —grito— ya no quiero, tengo hambre y estoy cansado así que tomemos un descanso —hablo aun quejándose

“Ya te dije que no” gruño 

—No quiero entrenar más —el rubio se dejó caer al suelo, y comenzó a patear sus piernas mientras se quejaba.

El biju se preguntó cómo pasó de ser una de las bestias más poderosas y temidas a ser reducido al maestro de un mocoso caprichoso.

“Bien tomate un descanso” soltó con un suspiro.

—¡Si!, gracias kurama eres el mejor —chillo felizmente aun en el suelo levantando ambos puños en el aire en señal de victoria.

Naruto se mantuvo acostado en el suelo mientras cerraba los ojos un momento recuperándose lentamente de haber permanecido horas parado sobre una pierna meditando mientras reunía el chakra del zorro, sintiéndose ya calmado se levanto y tomo un bolso abandonado a unos metros de donde estaba acostado, sacando de este un sello.

Indujo chakra sobre el papel para poder abrirlo, 
Del sello sacó dos onigiris que había empacado cuando pasó por Kumogakure.

—Desearía que fuera ramen —murmuró mordiendo el esponjoso arroz 

Tanto la mente del rubio como el exterior de esta permaneció en silencio siendo solo escuchado el sonido de Naruto comiendo.

—Kurama —interrumpió el silencio aun masticando el arroz.

“¿Qué pasa?” La voz de la bestia resonó en su mente parecía causar un eco cada que se escuchaba la grave voz.

—No, nada —se retractó moviendo la cabeza de lado a lado para sí mismo, y volviendo a comer.

—Kurama —volvió a llamar a la bestia después de unos segundos de silencio, esta vez era más notable su nerviosismo mientras jugaba con el Nori que envolvía el arroz.

“¿Qué?” su tono sonó algo brusco esta vez.

—Nada. 

Silencio.

“Kurama.”

“¿Qué?!” la molestia era más que clara en la voz del bijū.

—No, na—fue interrumpido por el gruñido en su interior.

“Si no me dices que te pasa, tendrás que correr por todo el bosque con pesas hasta el anochecer” amenazó rápidamente con molestia.

—No, no, todo menos eso —se quejo mientras juntaba las palmas rogando piedad a la bestia en su interior 

“¡Entonces habla idiota!” le gritó desde su mente haciendo vibrar el cuerpo del adolescente por el gruñido que había soltadola bestia.

—Está bien, está bien, cálmate— respondió apaciguando a la bestia— Tu sabes como eran tus jinchuriki…— hizo una pausa bajando la cabeza.

—…ahí abajo —su voz salió baja y sus mejillas se tiñeron de un lindo tono rosa.

“¿A qué te refieres?" pregunto sin entender.

Reaccionando a la Verdad (NARUTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora