4. "Conocerse"

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— Con ustedes quiero hablar —salió de mi boca al entrar a la casa después del trabajo, y ver al lobo y al demonio comiendo en la cocina —. ¿A dónde fuiste? — le pregunté molesta a Blake.

— Respóndele — dijo Michael llevándose un pedazo de tarta a la boca viendo divertido la escena.

— Eh… llevé a Michael al instituto. — respondió dudoso y le dirigió una mirada fastidiada al lobo

—¿Todavía vas al instituto? —le pregunté ahora al lobo.

— ¿Tan viejo me ves?— bromeó con la boca llena.

—De todos modos, hoy en la mañana le pregunté a Víctor a dónde fueron y él me respondió que no sabía. Expliquen eso — les exigí a los dos.

—No tengo idea — respondió el lobo con simpleza. Presione con la mirada pero solo se encogió de hombros. Quizá al tío Víctor se le pasó contarme ese detalle y yo malinterpreté todo.

—Te compré algo, ya vuelvo — interrumpió Blake que antes de poder decirle algo salió corriendo hacia las escaleras.

—¿Qué sabes del chico rubio, el tal Will? —aproveche que Blake se fue para preguntarle a Michael. No quiero que mi hermano empiece a celarme por tener curiosidad sobre un chico.

— William Ivanovich, hermano de Evan y James Ivanovich e hijo menor del señor Alexander y la señora Elizabeth Ivanovich. —respondió mientras despedazaba a su tarta de chocolate.

—Ok y ¿algo más aparte de eso? — insistí.

—Es un buen chico, trabaja con mi mamá. — el chico seguía engullendo su postre.

— ¿Sabes cómo llegó a ser un vampiro?

—Supongo que alguien lo mordió — bromeó.

— Habló en serio.

—Yo también — comenzó a reír pero notó que yo no lo hice entonces dejó de hacerlo —, no, no lo se. Son bastante reservados y nosotros respetamos eso. ¿por qué tanta curiosidad con él? — entrecerró los ojos casi terminando de comer.

— Me invitó a dar un paseo con él. —le respondí nerviosa

— Ah, nada de que preocuparse, seguro le gustas o tiene curiosidad por conocer más de ti ¿quién sabe? — se encogió de hombros restándole importancia.

—¿Gustarle? ¿yo? Apenas nos vimos dos veces — era ridículo eso, no puede gustarte una persona con la apenas viste unos días y con quién solo cruzaste una que otra palabra.

— Tiempo suficiente, ¿tú te viste en el espejo? Eres hermosa, nunca vi ojos azules como los tuyos — remarcó. Como si fuera que lo estaba diciendo resultara más que obvio —. Si no fuera porque somos parientes yo también estaría colgado de ti. — finalizó antes de que Blake bajara las escaleras y llegara hasta mi.

— Aquí está. Para ti. — dijo el demonio entregándome una caja blanca rectangular.

—¿Qué tenia de malo el teléfono anterior? — dije abriendo la caja encontrando un teléfono nuevo impecable.

— Dile — volvió a molestarlo el lobo.

— ¿Están escondiéndome algo? — le pregunté a los dos al notar su actitud bastante rara.

— No escondemos nada — dijo Blake sin más —. Estaba muy dañado. Este es mejor. — apuntó con el dedo el móvil en mis manos.

— Ok, gracias. Un regalo innecesario pero gracias. — le agradecí dándole un beso en la mejilla.

Guerra de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora