9. "Blake"

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Michael después del instituto vino a ver como seguía Blake y de paso preguntarme a mi cómo estaba y ahora estábamos en una pelea en que debía ir a descansar.

— Vamos, Ares. Tienes que descansar — me insistió.

—Te lo repito, Michael. No me voy a mover de su lado—mantuve mi posición.

—Por favor, cuando él despierte estarás agotadísima — continuó.

— Para eso estarás tú, yo iré a descansar y tú lo cuidaras.

— Resulta lo mismo —refunfuño.

—No, porque en ese momento yo sabré que él ya está consciente.

— Que testaruda eres —negó cubriéndose los ojos.

— Gracias, me halagas — ironice.

—No cambiaras de decisión, ¿verdad? —negué puntualizando mi decisión —. Bien, pero lo que llegues a necesitar me avisas. Iré con la Manada a ver que encontraron.

— Lo que sea que encuentren, me avisas — el lobo asintió en el momento que se puso de pie para irse apareció Will. Michael lo saludo pero se despidió rápido.

— ¿Cómo te sientes? — me preguntó después de terminar de hablar con Michael.

—Bien —respondí.

—¿Tu mano? —apunto la mano donde antes había una venda.

— Bien —repetí. En la mañana Elizabeth la revisó y la piel ya no estaba quemada más bien estaba lisa y en perfecto estado por lo que ya no necesité que vuelva a curarla.

—  ¿Cómo estuvo el día aquí encerrada? — preguntó otra vez.

—Bien.

— ¿Acaso todo lo que te pregunte me vas a responder así?

— No tengo nada que decir —me encogí de hombros.

— Al menos responde con algo que no sea “bien”.

—Me resto a responder tus preguntas sin agregados. Agradece que te respondo.

— Que lindo humor que tienes —comentó rodando los ojos.

— ¿Te molesta? — le respondí molesta.

—  Claro que no, pero si te molesta que esté aquí solo dime.

— ¿Por qué estaría molesta de que estés aquí? —me giré por completo hacía él.

— Yo que voy a saber, sólo te pregunté cómo estabas y comenzaste a ladrarme.

— ¿Ladrarte? Está bien, Will. Hoy fui a dar un paseo por todo Coldville, hice muchos amigos, conocí a un chico con el que puedo llegar a formar una relación, también me presentó a sus padres y ahora estamos pensando en comprar un perro. Por favor, no me fastidies.

—Bien, me largo — se levantó de la silla y salió de la habitación.

—Bien — le grité.

Entiéndanme, tengo a mi hermano que no despierta, no he dormido bien y cada vez que intento cerrar los ojos se me viene el recuerdo de ese lobo atacándome y esta gente que no se cansan de decirme que debo ir a descansar.

Yo entiendo que quieran ayudar y que tal vez me veo fatal pero ellos deben entender que no voy a moverme de aquí hasta no ver que el demonio abra sus ojos y me pueda cantar el abecedario sin trabarse.

—Lo lamento — dijo Will al volver a entrar en la habitación. Suspire.

— Yo debería disculparme. Ustedes están haciendo mucho por mi y al menos debería ser amable.

Guerra de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora