13. "La cita"

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El sol había caído y la oscuridad inundó cada parte de Coldville, las nubes en el cielo no dejaban ver ninguna estrella. La brisa fría hacía mover las copas de los árboles.

Dentro de unos minutos pasaría Natalia a buscarme e iríamos juntas al cine, me puse un Jean al talle, unas botas negras hasta los tobillos, una camisa suelta y una chaqueta de cuero. Mi maquillaje era sencillo, algo de sombra en los ojos, un labial de color rosa pálido, algo de rubor y delineador. Me miré en el espejo y estaba conforme con el resultado.

Cuando llegué de entrenar con Will por supuesto tuve que inventar una excusa de por qué estaba mojada de pies a cabeza, mentí diciendo que Will y yo nos habíamos perdido y tomamos el camino equivocado, no miré por donde caminaba que terminé nadando con algunos peces, por suerte se lo creyeron.

Después de salir de la ducha había hablado con Olivia sobre el chico que apareció en la mañana cubierto de sangre, ella dijo que ese joven fue hospitalizado y qué no se explicaban cómo llegó hasta la librería puesto que había perdida mucha sangre.

De nuevo, los Miller dijeron que se harían cargo del asunto y que la Manada estaba investigando pero la tarea se hacía difícil porque los que estaban haciendo todo esto, no dejaron ninguna clase de rastro que nos sirva para poder rastrear.

Mi teléfono sonó sobre la mesita de luz y fui para leer de quién era el mensaje.

Natalia

Estoy afuera de tu casa.

Rápidamente tome mi bolso y me dirigí fuera de la habitación.

Ares

Ya salgo

Envíe el mensaje al terminar de bajar las escaleras, me despedí de mis tíos que estaban en la cocina y de los muchachos que estaban en el living jugando videojuegos, todos me desearon una buena noche y que disfrutara.

Salí fuera de la casa y me encontré con el auto rojo de Natalia frente a mi, camine y al llegar al coche, la puerta de copiloto se abrió. Entré y la pelirroja arrancó el motor.

Giro el volante para dirigirnos al centro de la ciudad. Miré a la pelirroja y ella parecía estar concentrada en el camino.

—Lamento si fui grosera contigo las veces que nos vimos— soltó de repente.

—Creo que no empezamos muy bien — añadí riendo nerviosa.

—Admito que la primera vez que te vi pensé que eras otra de esas chicas que sólo hablaba con Will por Evan — agregó dándome miradas rápidas para volver la vista al frente.

—Ok, Evan es muy atractivo pero Will también lo es — fruncí el ceño.

—Todos los Ivanovich son apuestos pero los patrones no cambian, aquí en Coldville los intocables son Will y James, Evan es el que siempre anda de cacería — comento.

— No sabía que los etiquetaron así.

—James siempre que viene a la ciudad anda pegado a su teléfono, la mayoría supone que tiene alguna novia en Chicago, Evan siempre está disponible para todas, el bastardo no le hace asco a nada — añadió esto último casi riendo.

— ¿Y Will? — pregunté con interés.

—Nunca lo vimos con una mujer, sólo tiene ojos para sus libros pero desde que llegaste no se despegó de ti — me sonrió subiendo y bajando las cejas.

—¿Crees que le gusto? — el vampiro es muy apuesto pero no podría imaginar que yo le gustara.

— Es obvio, escuché por ahí que después del trabajo salen siempre juntos, que se dan muchas sonrisitas cómplices en la librería además que te vi el otro día en su casa.

Guerra de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora