5. "Tierra"

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Ahora mismo estaba con Will en el mismo sitio que estuvimos ayer. Luego del trabajo vinimos aquí, los sábados la librería sólo abría medio día. Le mandé un mensaje de texto a Blake diciéndole que algunos compañeros de trabajo me invitaron a conocer la ciudad y de paso me quedaba a almorzar en la casa de uno de ellos. Estaba mal que le mintiera, nunca lo hice pero si para hacer justicia tenía que mentirle, entonces lo haría. Blake me respondió de regreso con una mensaje corto diciendo que tuviera cuidado y que no llegara muy tarde a la casa.

Volviendo hasta este instante, me dolía absolutamente todo. Estaba tirada en el suelo tratando de volver a respirar con normalidad, trataba de tranquilizar mi pulso que estaba bastante salido de control.

Cuando llegué con Will pensé que íbamos a empezar con un entrenamiento tranquilo pero fue todo lo contrario. Me hizo correr entre los árboles, luego saltar sobre ellos y hay que admitir que en varias ocasiones me caí, cuando pensaba que lo estaba logrando perdía el equilibrio y caía al suelo. Will no dejaba de insistirme en que podía lograrlo sólo debía concentrarme. También, hizo que esquivara varios tronco que más de una vez lograron golpearme.

Al principio creí que estaba aprovechando el momento para burlarse de mi, sin embargo, me regañaba y de vuelta me volvía a obligar a ponerme de pie para seguir entrenando. Ahora tendida en el suelo tratando de hacer que el oxígeno ingrese a mi sistema y sobando la parte de mi cuerpo que fue golpeada por uno de los troncos que Will me lanzó y que se suponía debía esquivarlo.

—¿Estás bien? —me preguntó preocupado el vampiro.

— Si mañana me salen hematomas, te juro que te demando —bromeé viéndolo acusatoriamente.

— De acuerdo —dijo riendo. Con su ayuda logre ponerme en pie y al soltarlo perdí el equilibrio pero no llegué a tocar el suelo porque Will me apretó contra él evitando que eso pase. Ese gesto hizo que algo en mi interior se sacudiera —. Creo que debes tomar un descanso — me hizo saber y yo asentí agradecida. Nos condujo hasta el tronco en el que estuvimos sentados el día de ayer.

—No siento las piernas — le dije dejándome caer sobre el tronco rendida.

—Sólo será por un momento, después volverás a sentirlas — dijo pasándome una botella de agua —. ¿Te puedo preguntar algo?

—Claro, dime — respondí bebiendo el líquido.

— ¿Dónde están tus padres? — preguntó luego de haberlo pensado unos instantes.

—Muertos — respondí sin cuidado a lo que el vampiro giró su cabeza en mi dirección a una velocidad que podría ser mortal para un humano.

—Explícame eso que parece resultarte muy normal.

—Murieron cuando yo nací. Mi mamá no pudo superar el parto y falleció al darme a luz y en cuanto a mi padre, pues, se quitó la vida cuando yo tenía tres meses — explique poniéndole la tapa a la botella.

— ¿Cómo te sientes con eso? — preguntó con interés sin dejar de verme.

—Bueno, al principio me negaba a creerlo, luego lo acepté no muy segura pero terminé por entenderlo. — me encogí de hombros.

—Pero, ¿qué sientes? — volvió a insistir.

—Hay días en los que siento enojo, no sé hacia quién, si es enojo con la vida o Dios porque me alejó de mis padres. Otros días puedo decirte que impotencia porque no crecí junto a ellos y también dolor porque sé que nunca los voy a conocer. No tengo ninguna figura paterna que me diga o me sirva para saber que se siente tener padres.

—A pesar de no conocerlos, ¿sientes alguna especie de cariño hacía ellos?

—Will, no puedes querer a alguien que no conoces. No conozco a mis padres, por lo tanto no desarrollé ningún afecto hacia ellos, tengo la foto de mi mamá estando embarazada de mi — cerré los ojos recordando que seguro esa foto ya no existe porque con la explosión de la casa debió haberse quemado.

Guerra de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora