Volkov había tenido muchas ideas a lo largo de su vida, algunas mejores que otras, pero esta sin duda se llevaba el primer puesto a la peor. Cuanto más pensaba en ella peor le parecía, a la vez que, contradictoriamente, la parecía el plan perfecto. No sabía si estaba entrando en una especie de demencia extraña, pero fuera cual fuera la razón, el plan ya estaba en marcha.
Contaba con la ayuda de Blake y Jota, las únicas personas en esos momentos en las que podía confiar algo tan importante como lo que iba a hacer. Blake había insistido en involucrar a otros agentes, pero Volkov lo había prohibido rotundamente, tres personas serían suficientes, o al menos eso esperaba.
Volkov continuó trabajando como siempre, cumplía con todas sus horas y seguía haciendo la misma rutina de siempre. Cuando volvió a casa un martes cualquiera, se dirigió a la habitación de Horacio, en concreto a su cuarto de baño. Rebuscó en los cajones y estantes, hasta que encontró varias cajas de tinte, encontrando uno para teñir el cabello de negro. Fue lo único que tomó, y dejó el baño intacto de nuevo. Lo metió en una bolsa de deporte, donde había guardado algunas prendas de ropa y algo de efectivo, que durante la semana había ido retirando en intervalos separados y cantidades reducidas. Dormir se hacía una tarea complicada cada vez más, pero intentaba descansar lo más que podía.
Casi dos semanas pasaron, se encontraba junto a Blake en la cafetería de la sede en su pausa para el almuerzo. Había algunos agentes más por allí, por lo que ambos iniciaron su plan de forma casual.
-Oye, Volkov ¿Tienes planes para el fin de semana?- Preguntó Blake, seguidamente dio un sorbo a su café.
-Estaba pensando en ir a hacer algo de senderismo el sábado.
La conversación siguió casual, aunque estaban seguros que el resto habría podido captar algo, esperaban que así lo hicieran. La primera parte y sencilla del plan había sido llevada con éxito, aunque aquello no era muy difícil. A partir de ahí, daba paso a lo importante.
Aquel sábado, el coche de Volkov estaba estacionado al pie de la montaña. Pero el ruso no volvió a por él. Aquella tarde, Volkov estaba en una habitación de motel junto a Blake, preparando lo último para llevar a cabo la idea.
Estaba frente al espejo del baño, maldiciendo en ruso intentando colocar el tiente de forma correcta. Blake estaba en el salón, hablando con Jota por mensaje. La conversación trataba de parecer lo más casual posible, de manera que en ningún momento se diera a entender lo que se traían entre manos.
Cuando el tinte hizo efecto, Blake ayudó a Volkov con el nuevo peinado. Rapó la parte inferior, dejando algo parecido a un degradado, y peinó el resto de su cabello a un lado.
-Odio muchísimo esto, no te haces una idea.- Comentó Volkov, para acto seguido insultar en ruso.
-Ya lo sé, pero esto es lo que hay, no es momento de ser quisquilloso.- Le rebatió Blake.
Tras esto, el ruso se colocó ropa que el pelinegro le había dejado, se miró al espejo y se encontró irreconocible, lo que era bueno para lo que quería, pero no soportaba verse de aquella manera, le parecía ridículo.
-No estás tan mal, te rejuvenece.- Intentó animar el contrario.
-Estoy ridículo, no me creo que de todas las cosas haya decidido hacerte caso escogiendo la apariencia.
-Al final te acostumbrarás.- La notificación de su teléfono llamó su atención, la revisó y volvió su atención al ruso.- Jota dice que ya ha dado el aviso, debemos darnos prisa ¿Lo llevas todo?
Volkov repasó la bolsa deportiva. La ropa, el dinero, y la identificación y documentos que Jota había preparado y Blake le había entregado ese mismo día. Estaba todo preparado, ya no podía dar marcha atrás. Ambos salieron de la habitación, y se subieron al coche de Blake, quien puso rumbo al aeropuerto.
-¿Estás seguro de esto? No hay vuelta atrás si lo haces...
-Estoy seguro, es la única forma de buscarlo sin que el FBI me tenga el ojo puesto.- No, de hecho no estaba nada seguro, pero en el fondo, una parte de él anhelaba la oportunidad que se le estaba brindando, la libertad que podría conseguir. Era cierto que lo que iba a hacer no era precisamente legal, pero el comisario recto y firme había desaparecido hacía mucho, estaba dispuesto a intentar cualquier cosa.
Cuando llegaron al aeropuerto, Blake y Volkov quedaron unos segundos en silencio.
-Supongo entonces que esta es una despedida definitiva.- Comentó Blake, tratando de esconder la emoción en su voz.
-Eso parece...
-Cuídate mucho, Volkov, y si encuentras a Horacio, dile que...que lo quiero mucho... Espero que podáis ser felices.
Volkov extendió sus brazos y Blake enseguida aceptó la invitación. Se abrazaron por unos momentos, sabiendo que sería la última vez que se verían.
-Lo haré, Blake, lo haré. Cuídate mucho tú también, y dale las gracias a Jota por todo de mi parte.
Tras esto, Volkov bajó del coche y se dirigió al aeropuerto de Los Santos, dejando todo atrás para no volver.
Blake recibió otro mensaje, en el que avisaba que la policía ya se había puesto en marcha. Si todo iba como lo planeado, Viktor Volkov constaría como desaparecido y en un tiempo, como muerto. Blake se alejó del aeropuerto, esperando que todo saliera bien.
Viktor Volkov fue declarado desaparecido al cabo de unas horas, a su vez, Boris Sokolov pisaba por primera vez la ciudad de Atlanta.
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When you're gone - Volkacio
Fiksi PenggemarUna separación nunca es fácil, menos aún cuando ninguna de las dos partes lo desea. Horacio se marchó junto a Charlotte, huyendo del mal que los acechaba en esa ciudad maldita. Mientras, Volkov sigue allí, consumido cada vez más por la soledad. Pero...