𝐁𝐨𝐬𝐬 (𝐘𝐮𝐧𝐠𝐢) || CORRIGIENDO

𝗙𝗢𝗨𝗥

— Jamás en la vida te volveré a subestimar mi querido Hongjoong.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Ese chico que trajiste están... caliente... lindo... muy deseable - Mingi sonrió al recordar a su lindo y nuevo asistente.

— Mingi, lo digo en serio es mejor que te mantengas al margen con Yunho. El no es como cualquier otro chico de los que te follas y luego botas.

— Eso lo se perfectamente...

— Song Mingi, hablo en serio Yunho solo vino aquí por trabajo y por qué lo necesita. ¿Acaso viste que Yunho babeando por ti?

— Bueno... No...

— Ves, Yunho no es cualquier chico. Él solo está centrado en su trabajo.

— Eso lo veremos.

— Mingi el definitivamente no caerá ante a ti y tiene un gran motivo por el cual no quiere pareja alguna.

— ¿Quién dijo que quiero que seamos pareja? Sólo quiero un acoston con él, Hong.

— Ese es otro punto. Él menos aceptará salir contigo por un simple acoston. Cómo ya te dije él tiene un gran motivo por el cual no acepta salir con nadie.

— ¿Si? ¿Cuál?— preguntó curioso.

— Bueno... eso no me...— Hongjoong se quedó en silencio al escuchar unos gritos fuera del pasillo de la oficina de Mingi— ¿Quien diablos está gritando?

La puerta de la oficina se abrió de golpe dejando ver auna esterica chica. Por el lado Mingi solo rodó los ojos al notar de quién se trataba.

— ¿Qué mierda haces aquí?— Mingi le pregunto a la chica.

— ¡Señor!— era el guardia de seguridad— traté de detenerla pero no podía ejercer fuerza con ella.

— Entiendo, puedes salir— el guardia hizo una reverencia y salió.

— Bueno yo también me voy, hablamos luego Min— Hongjoong salió casi corriendo de ahí.

Por el lado de Yunho, luego de haberse colocado en su área de trabajo, mismo que se encontraba en la oficina de el Señor Song. Era un escritorio negro de un tamaño suficientemente espacioso y un computador. Una vez se instaló el trabajo comenzó solo tenía que checar currículums de personas que quería entrar a esta editorial. Y eran montañas y montañas de currículum. Yunho sentía la pesada mirada de su jefe, pero no le tomó importancia.

Una vez dio la hora del almuerzo decidió ir a la cafetería de la misma empresa, la cual era igual de impresionante que el mismo edificio. Se formó para poder comprar sus alimentos y trató de buscar una mesa disponible puesto que a esta hora la mayoría de los empleados decidían salir a comer. Encontró una mesa donde sólo se encontraba una chica y tímidamente decidió acercarse.

— Hola... disculpa ¿Puedo sentarme?- la chica lo miro y al instante sonrió.

— Claro, toma asiento.

— Gracias...— Yunho tomó lugar frente a la chica.

— ¿Eres nuevo?

— Sí, apenas inicié hoy...

— Oh... Es un gusto, me llamo Yubin - la chica se presentó amablemente.

— Jeong Yunho— dijo bajito con una tímida sonrisa.

— Que tierno... y alto eres, ¿Cuántos años tienes?

— Veintitrés...

— Yo tengo veinticuatro.

— Es mayor por un año...

— Sí, bien, ahora que ya nos presentamos, a comer.

Ambos empezaron a comer sus respectivos almuerzos, y Yunho aprovechó para mandarle un mensaje a su cuñado preguntando cómo se encontraba su bebé y él. A lo que le respondió con una nota de voz.

— "Papi, te extraño mucho"— la dulce voz de su bebé se escuchó y el rápidamente contesto con otra nota de voz.

— "También te extraño, mi vida."— sonrió feliz al haber escuchado la dulce vocecita de su pequeño. Cuando regresó a la realidad sintió la mirada curiosa de Yubin.

—¿Tienes un hijo?— Yunho la miró por unos segundos. Si bien, no le avergonzaba el hecho de que supiesen que era padre, realmente se había topado con personas realmente malas, que lo juzgaban con la mirada al saber que era padre y por ser un chico especial que a su vez fue abandonado por su pareja.

— Si... Tengo un hijo.

— ¡Oh, dios mío!— la mujer chilló, y le sonrió dulcemente— de seguro es igual de lindo y tierno que tú— el rubio se permitió respirar tranquilamente al recibir una reacción positiva.

Yunho disfruto de la compañía de Yubin, la chica era muy amable y linda así que podría decir que se hicieron amigos rápidamente.

— Bueno, me voy llendo Yuyu, tengo que ir a ocupar mi puesto en la recepción.

— Sí, nos vemos luego Bin— ambos se sonrieron y despidieron.

— ¡Claro, nos vemos luego Yunho!

Yunho tomó el elevador ya que la oficina del señor Song se encontraba hasta el último piso del edificio. Una vez llegó al piso correspondiente caminó hasta la oficina del señor Song paró en seco cuando escucho unos gritos dentro de esta.

— ¿¡Por qué diablos prohibiste mi entrada!?— era la voz de una chica...muy alterada.

— Por esto— la voz de su jefe se escuchaba aburrida, fastidiada— entras a mi editorial como si fueras la dueña, haces escándalos y me haces escenitas de celos.

— Mingi— la voz de la mujer cambio notoriamente— te extraño mucho.

— Yo no y por favor vete. Estás en mis horas de trabajo y me fastidia que me interrumpan en horas laborales.

— Pero Mingi, vamos a divertinos— la voz de la mujer sonó provocadora— como en los viejos tiempos...

Yunho, decidió tocar la puerta ya cansado de esperar que el drama dentro de la oficina de su jefe acabara. Escuchó un "pase" y así lo hizo. Encontrándose con la cara de fastidio de su jefe y una linda chica con joyería  que se veía muy costosa y un vestido rojo de marca que no dejaba mucho a la imaginación.

— ¿Quién es este?— la mujer miró a Yunho de pies a cabeza.

— Y-Yo...— trató de responderle a la chica, pero tartamudeo al ver su intimidante mirada.

— Yunho— la voz demandante de su jefe sonó.— no tienes por qué darle explicaciones.— Yunho observó como el semblante de la mujer cambio a uno mirándole con rabia.

— ¿¡Este es uno de tus putas!?— la mujer gritó alterada y Yunho abrió sus ojos con sorpresa.

— ¿Perdón?— fue lo único que logró salir de su boca.

— ¡Lisa!— la voz del señor Song sonó por las cuatro paredes.— no tienes por qué faltarle el respeto. Él es solo mi asistente y será mejor que te largues si no quieres que te saque de aqui a patadas.— la mujer soltó un grito de enfado y salió de ahí no sin antes darle una mirada indescifrable a Yunho,

Genial.

Sólo lleva la mitad del día en su trabajo y ya lo tacharon de puta.

Vaya suerte.