Capítulo 8.

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Con alivio y ansias de llegar a casa a descansar, Taehyung salía del edificio del corporativo. Ya no había mucha gente, más bien casi nada. Así que sin más, caminaría a la parada de autobús.

Su plan fue arruinado cuando un auto color rojo, del que no se había percatado de su estadía, se acercó y le tocó el claxon para llamar su atención.

- Servicio, joven- con una sonrisa que hacía sus ojos más chiquitos, Jimin habló.

- Hola... Doctor Park, ¿Qué le trae por aquí?- preguntó un poco sorprendido e incómodo.

- Fui a recoger a la pequeña Tzuyu- bajó el vidrio de la parte trasera derecha del auto, dejando ver a una pequeña de cabellos castaños cercano al marrón, ojos grandes, mejillas gordas y rosadas, y unos labios delgados- te presento a mi hija.

Taehyung se derritió ante la tierna sonrisa y la mano que sacudía la pequeña en forma de saludo. Se acercó un poco más al auto, cuando Jimin volvió a hablar.

- Puedes platicar con ella, si aceptas que te lleve- Park quitó los seguros para niños, haciendo que un click sonara.

Kim asintió y entró al auto. El rubio solo sonrió y comenzó a avanzar el automóvil.

Un momento bastante relajante para aquellos que iban en el auto, pero doloroso y digno de furia para Kim Namjoon, que presenció cómo su asistente se iba.

*****

Un día más, y Taehyung lo sabía. Ahora no quería levantarse, desde hace mucho tiempo su cama no se había sentido tan cómoda como ahora. Sentía como sus sábanas y cobijas se pegaban a su cuerpo.

Además de que había tenido un sueño bastante raro, pero que le llenó de euforia; Daniel Radcliffe su sugar daddy. Pero no era su culpa, podía jurarlo. Sólo que anoche había visto un maratón de las películas de Harry Potter y se le quedó grabada la parte en que el protagonista se mete al estanque helado para rescatar la espada de Dumbledore, se ahoga y Ron entra al rescate. Bastante turbio.

Aveces se preguntaba qué pasaría si tuviera un sugar, lamentablemente sus exigentes gustos sólo podrían permitirse a hombres más grandes que él, pero por mucho unos cuarenta años, o como la edad de su jefe... Su jefe. Tocando el tema, ¿Cómo se vería su jefe como su sugar daddy?

Pronto un olor a quemado invadió sus fosas nasales. Reaccionó y vió que en la sartén, el par de huevos que cocinaba ya estaban quemados.

Rápidamente quitó el sartén de la estufa y lo dirigió a la tarja para mojarlo y dejarlo ahí. Todo por sus locos sueños, su desayuno ahora era incomible. Ni modo, sólo con el pan tostado que había tomado y el té de limón, salió de su casa.

Al estar en la entrada del edificio, un auto color negro y lujoso se estacionó en sus narices. El vidrio del lado del copiloto se bajó, dando vista a nada más y nada menos que a Kim Namjoon.

- No diga nada, sólo suba- dijo viendo al frente, con esa actitud inalcanzable que aveces le caracterizaba.

El menor subió. Rápidamente abandonaron el lugar y en el transcurso del silencioso trayecto, Taehyung sólo ponía su vista en la ventana, viendo la ciudad; una costumbre muy suya.

- Vamos a desayunar- el peli gris rompió el silencio, llamando la atención de su asistente- oh, perdón por no saludarlo. Buenos días...

- ¿Ocurre algo, señor?- preguntó Taehyung, frunciendo el ceño, poniendo su vista en el mayor.

- ¿Acaso no puedo invitarlo a desayunar?- respondió con una pregunta- ¿Qué le gusta desayunar?. No... Mejor, déjese sorprender, le va a gustar a donde lo voy a llevar.

Piel Canela. |NamTae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora