»Touchdown ✔️ [ Lizkook ]

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Tomé lo que sobraba de la botella de soju y la dí por terminada. Resople al ver todas las botellas vacías que estaban en la mesa.

—Señora, traiga más Soju, por favor — mi lengua se sentía extrañente dormida, cosa que sólo me dió risa.

—Lo siento, pero ya casi estamos por cerrar, además, ha tomado demasiado — dijo, mostrándose apenada. Chasquee la lengua.

—Ah, como sea...me voy a la mierda — saqué el dinero y lo puse en la mesa. —G-Gracias — murmuré.

Tomé mi bolso, lo mantuve agarrado en mi mano, mientras salía del local a pasos tambaleantes. Eché mi cabello hacia atrás y chupé mi labio inferior. Aún no quería ir a casa, pero no era seguro que anduviera como una vagabunda en las calles tan tarde.

Mi teléfono empezó a sonar, haciéndome detenerme y abrir mi bolso para sacarlo.

—¿Qué pasa mi cabeza de coco? — contesté, pegándome el teléfono en mi oreja.

—Joder Lisa, ¿Estás ebria?

—¡Nah, para nada! Yah, ¿Quieres venir a tomar algo conmigo? Estoy muy solita — hice un pequeño puchero con mi labio inferior, sintiéndome ajena a aquella acción. Era extraño, estaba conciente en mi cabeza, pero mis acciones, palabras y movimientos no eran algo que yo estuviera controlando en este momento.

—Maldición, sí estás ebria. Pásame la dirección de dónde estás, iré inmediatamente.

Despegue el teléfono de mi oreja y lo miré, mientras hacia un puchero.

—Tsk, este imbécil.

Colgué y le mandé el mensaje de mi ubicación. Guardé mi teléfono, continúe caminando, mientras mis pies se arrastraban en la acera y soltaba suspiros a cada rato. Cuando mis piernas estuvieron lo suficientemente cansadas para continuar caminando, encontré una banca, dónde tomé asiento y me quedé ahí sentada. Mirando al suelo.

Pensé en todo lo que había hablado con mis padres, en lo que mamá dijo que sentía, en lo que ambos me confesaron, me sentía muy ajena a mi, se suponía que yo era alguien comprensiva, que en cualquier situación sabía llevar las cosas, no huía. Pero en esta situación, lo hice, como dicen, siempre hay una primera vez y quizás, está sea esa ocasión.

Mamá preguntó sobre la idea y decisión de irme a Estado Unidos, claramente le dije que quería ir a una academia de danza, papá estuvo de acuerdo, incluso mencionó que me iba a apoyar en lo que yo quisiera y en las decisiones que tomará. Mamá dijo que debía de pensarlo dos veces, porque una vez que me vaya allá, quizás no regresé.

Unos pasos apresurados me sacan de mis pensamientos y de casi estarme durmiendo. Levanté la cabeza, miré una figura alta, con pantalón negro, una chaqueta del mismo color y una camiseta blanca, la persona toma más imágen para mis pobres ojos miopes.

Jungkook respira pesado, llega corriendo hasta mí, se agacha, recarga las palmas de sus manos en sus rodillas y trata de conseguir aire.

—Joder...t-te estuve, b-buscando a la redonda — mi mirada no se separa de su cabeza, haciendo que al levantarse, mi mirada se posé en su rostro. —Olvidé decirte que no te movieras de dónde estabas, chica lista — sonreí y él igual.

Entonces, la respuesta de irme o no, llegó a mi cabeza tan sólo con ver a Jungkook preocupado por mí, dieron respuesta cuando supe que quizás haya corrido desde el apartamento hasta acá o que quizás, apresuró tanto al taxista que lo termino echándolo de su taxi y tuvo que correr.

—...tomar algo? — ni siquiera había prestado atención a lo que había estado diciendo con tanto esmero.

Me levanté rápidamente, me acerqué a él, tomé sus mejillas y junté mis labios con los suyos. Él se tenso un momento, quizás lo tomé por sorpresa, quizás no sé lo esperaba. Pero a los segundos, él siguió el beso, correspondiendo con tanto anhelo y tranquilidad. Posó su manos en mi cadera y me atrajó hacia él, haciendo que yo pasará mis manos por detrás de su cuello y las entrelazó ahí.

Cuando nuestros labios pidieron un descansó, me separé de él, sólo un poco, dejando nuestras frentes juntas.

—¿Qué significa eso? — preguntó casi en un susurro.

—Que eres muy lento — reí y él igual. —Vayamos a casa.

Él asintió, pero cuando iba a dar el primer pasó para empezar a caminar, fuí alzada por él, uno de sus brazos sostuvo mi espalda casi baja y el otro brazo, sostuvo desde la parte trasera de mis rodillas. Casi inmediatamente me colgué de su cuello, evitando caerme.

Él me miró y sonrió.

—Vayamos a casa.

—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

¿Qué tal? ¿Qué piensan que va a suceder? ¡Los amo, besos! 💋💋💋💋💋💋💋💋💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖