𝘽𝙐𝙒𝙔𝙂𝙄𝘽 | ᵐᵃʳᵏʰʸᵘᶜᵏ

𝙨𝙞𝙭𝙩𝙚𝙚𝙣☁

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— su cara pegada en la almohada, lágrimas secas rodeando sus ojos, sus pestañas sobre sus pómulos, estaban cerrados a pesar de que no estaba durmiendo, sintió dos golpes en la puerta de su habitación, su madre.

—      donghyuck-ah, levántate, es bastante tarde     — su madre le gritó sin abrir la puerta, donghyuck no tenía ánimos para siquiera abrir esa puerta. sólo cerró más fuerte sus hinchados ojos y hundió más su cara en la almohada, ¿por qué esto se sentía como una ruptura? ¿así se sentían los corazones rotos? haechan se sentía vacío. —     haechan...     — su madre volvió a llamar después de un rato sin respuesta —     donghyuck, voy a entrar     — avisó mientras avanzaba, vio el panorama su pequeño y único hijo estaba acostado aún, se veía deplorable, como si estuviera enfermo. —     ¿qué pasa, sol?     — era tiempo de ser cariñosa.

—    no quiero ir hoy a la escuela, mamá     — sus ojos tristes, sin aquella llama ni esa característica fresca personalidad.

—     ¿por qué?     — se sentó a su lado mientras le acariciaba el cabello.

—     me peleé con minhyung y no creo que sea solucionable esta vez, no quiero verlo hoy, le hice daño     — solo se limitó a acomodarse en la cama con pesar.

—     ¿por mina?      — su madre sonrió aunque por la posición él no podía verlo. —     es tu primer corazón roto, sol, y lo siento tanto     — su madre acarició su desnudo hombro.

—     ¿cómo lo sabes?      — donghyuck preguntó asustado.

—     desde que ese jovencito de doce años pisó esta casa yo sabía que te gustaba, hyuckkie, la forma en la que lo mirabas y como corrías a él cada vez que él lo necesitaba      — comentó —     y no creas que no fuiste obvio con el desagrado a su novia, creí que era tu peor enemiga y la habías visto una vez     — se rió, haciendo reír a haechan —    eres mi hijo, sol, naciste de mi vientre, nadie te conoce más que yo     — le besó la frente y salió de la habitación.

sus ojos albergaban orejas, oscuras, moradas, representando el insomnio pasado, sus pasos aletargados, lentos por el pasillo de la escuela no tenía ánimos como para si quiera poner una mejor expresión, estaba devastado, jamás pensó que aquella presencia, la de su mejor amigo, le haría tanta falta.

—     hyung, te ves terrible     — sungchan le habló no se había dado cuenta cuando había llegado a su lado, le articuló una mueca, lo más parecido que podía ser a una sonrisa.

—      ya lo sé, me siento terrible y mamá me obligó a venir     — se encogió de hombros, jung lo arrastró hasta el sanitario más cercano.