—Baimon, ¿hasta cuándo planeas seguir trabajando a medio tiempo? Este año es bastante exigente, tienes que hacer una investigación y también prácticas —preguntó North mientras ambos estaban en el coche. El joven estaba llevando al pequeño conejito a su trabajo después de las clases.
La persona aludida apretó los labios sin querer, pero rápidamente los relajó para no parecer sospechoso.
—Si la carga de estudio se vuelve pesada, renunciaré. No te preocupes, todavía puedo manejarlo.
—Está bien, pero no te sobreesfuerces —dijo North mientras acariciaba la cabeza del pequeño, haciendo que su corazón latiera con fuerza, luchando por contener una sonrisa.
—¿Y a qué hora terminas hoy? Puedo ir a recogerte.
—No, no, puedo volver solo.
—¿No quieres que te recoja?
Baimon negó con la mano de inmediato.
—¡No es eso! Es solo que es tarde y está lejos de tu condominio. No quiero que tengas que conducir tanto.
—Entonces, ¿cómo vuelves a casa normalmente?
—Un amigo me lleva. Su residencia está cerca, así que me deja en mi residencia.
—Un amigo... —De repente, la imagen de aquel chico de la facultad de derecho apareció en su mente, y una oleada de irritación comenzó a llenar su pecho. Sin embargo, North la reprimió y le sonrió al chico que estaba a su lado.
—Está bien, como quieras.
—¿No estás enojado conmigo?
—¿Por qué debería estarlo?
—Antes estabas enojado conmigo... Tengo miedo de que te enojes otra vez —respondió Baimon en voz baja, realmente temeroso de que North se molestara, por lo que recibió un suave pellizco en la mejilla.
—Solo me sentí mal porque no me dijiste a dónde ibas. Me preocupaba mucho por ti, quería verte todos los días, pasar mucho tiempo contigo. Ah, supongo que fui un poco egoísta. Lo siento. Las personas necesitan su propio espacio de vez en cuando. No se puede estar todo el tiempo con la persona que te gusta, ¿verdad?
—¡Hmpf, North!
—Ya llegamos. Pero ya que estamos aquí, ¿puedo ir a cenar al restaurante? ¿El empleado encantador me dará permiso?
—¿Cómo podría detenerte? Tú serías el cliente —dijo Baimon, desviando la mirada hacia otro lado, mientras sus mejillas se sonrojaban. Esta escena provocó aún más ternura en el chico mayor, quien no pudo resistir pellizcarle la mejilla una vez más.
—Entonces, iré a cenar.
—De acuerdo.
Tan pronto como bajaron del coche, North tomó la mano de Baimon y lo condujo al centro comercial. Baimon quería soltar su mano, pero North no se lo permitió, sujetándola firmemente hasta que casi se fusionaron en una sola.
—¿Dónde está el restaurante? Guíame.
—Está por allá —señaló hacia la izquierda.
—Pero, North... ¿podrías soltarme la mano?
—No, quiero llevarte de la mano hasta el destino.
Baimon apretó los labios, su corazón ya estaba completamente derretido en ese momento. ¿Por qué las palabras de North siempre lo hacían pensar en cosas más profundas? Ese "destino" no parecía referirse solo al restaurante japonés, sino a algo más.
Al final, el pequeño conejito solo pudo dejarse llevar hasta que casi llegaron al restaurante, donde North finalmente lo soltó. Baimon fingió ser solo un cliente, caminó hasta una mesa para dos y levantó la mano para pedir el menú al camarero. Y sí, los empleados de esta noche eran Day, P'Tawan, y P'Por.
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Más allá del amor, Mon [#เหนือคำว่ารักหม่อน ]
Sonstiges- Baimon- Por lo que ocurrió aquella noche, todo ha llegado tan lejos. - North - Atraparé al conejo y no lo dejaré escapar.