ﾟ᩿ ⪩ MORDIDITAS ⪨ 𓈒 ˚𝗠𝗜𝗡𝗟𝗜𝗫

-Séptima Mordida

El calor llega pocas horas después. Ambos acostados bajo las mantas y sábanas. Con el corazón tan tranquilo que es increíblemente raro.

—Ah... MinHo.—Felix siente algo. Siente que está húmedo y caliente. Sientes que su entrada se empieza a contraer y su cuerpo le llama a su alfa. Sobre todo se siente tranquilo. Sabe que no está solo, que no pasará el calor en busca de ayuda ni sumido en el llanto.

¿Así se debe sentir un celo con tu alfa? ¿Dónde está el sexo desenfrenado y la desesperación? Lo inunda la calma. No puede esperar por tener a MinHo sin embargo, lo desea.

—¿Llegó?.— Pregunta. Pero no sabe siquiera si es necesario preguntar. El olor está por todas partes. Dulce, fuerte. Siente el instinto de rodear a su Omega con su cuerpo. Siente el deseo y la necesidad cubrirlo. Pero ¿Por qué tampoco se siente desesperado?.—¿Cómo te sientes, Omega?.— Su alfa está alerta. Está alterado, sin duda, pero en el momento en que pone sus manos sobre el menudo cuerpo de su Omega se calma. Escucha a Felix chillar.

—Min... ¿Puedes tocarme, por favor?

—Ni siquiera necesitas preguntarlo, Omega bonito.— Felix está recostado en medio de la cama, MinHo estaba ahí hace un segundo, ahora se encuentra sentado admirando a su bello omega antes de empezar a recorrer su cuerpo.

A Felix solo lo cubre una camisa, pensar eso hace a MinHo jadear, tan solo verlo ahí, recostado, con la ropa suelta y la cabeza ladeada, labios rosas y mejillas sonrojadas por el calor, los ojos cerrados... Simplemente una imagen maravillosa. Contempla la imagen unos segundos, deseado guárdala para siempre.

Y al fin se acerca a tocarlo, Felix jadea. Su piel se siente caliente, MinHo besa su cuello, besos lentos y húmedos, lo hacen chillar, su corazón está tranquilo, incluso no se siente demasiado ansioso, pero las sensaciones de intensifican.

MinHo lo hace sentir... Todo. Cómo si cada conexión nerviosa se conectara y las sintiera todas.

Baja por las clavículas, desabrocha el tercer botón y besa ahí, donde el corazón late y sonríe al ver a MinHo arrugar las sábanas con las manos. Sí esto apenas comenzó...

—MinHonnie... Yo también. —Se calla de golpe cuando siente a MinHo succionar su pezón derecho, todo su cuerpo está caliente, ha estado con MinHo antes. ¿Siempre es una experiencia maravillosa? Sin duda, incomparable, tierna y perfecta.

Diferentes. El Omega es todo una adivinanza a la hora de hacer el amor. El alfa nunca sabe que esperar, a veces simplemente se siente con ganas de ser mimado, otras veces le gusta demostrar que los omegas también tienen el control.

Siempre hacen el amor con el corazón acelerado, con ganas interminables de sentirse, pero ahora el cuerpo de ambos se siente tranquilo, sienten un calor en el pecho, y aunque sus cuerpos estan excitados y ansioso, se sienten con todo el tiempo del mundo.

El alfa se despoja a el mismo de sus pantalones de pijama. Felix abre los ojos también, pues finalmente decidió que no puede perderse de ver a su alfa.

Se pierde ante la imagen frente a sus ojos. MinHo tiene una cintura pequeña y espalda fuerte. Y músculos por doquier. Se hace agua en su boca solo al recordar que ese alfa es suyo. Se levanta un poco y sus manos tiemblan por tocar a su alfa. MinHo se sube literalmente a horcajadas de él Omega. Y esta aprovecha inmediatamente para pasar sus manos por su espalda.

—¿Quieres seguir, amor?.— Se asegura el alfa, ni siquiera hace falta una respuesta hablada, pues el Omega ya se ha lanzado a sus labios en un beso desesperado, ambos cuerpos gritan por unirse. Y aunque han estado evitando poner atención a ambas erecciones, saben que no se está poniendo más sencillo de aguantar.

MinHo se posiciona dentro de las piernas abiertas de Felix y las toca mientras lo besa. Largas, delgadas suaves y sexys. Puede perderse viendo esas piernas cuando el coqueto Omega camina de aquí allá usando solo una camisa, sabe cómo calentarlo.
Las acaricia hasta finalmente llegar a su esponjoso trasero que aprieta y se siente te orgullosos cuando su Omega se separa de sus labios para jadear.

—Ah, MinHo. Me siento muy caliente, por favor, Min.—Le gustaría seguro jugueteando un poco, pero ambos sabían que tenían toda la noche para eso.—Ahg.— jadea una vez que siente por fin unos dedos tantear su húmeda entrada, entran y salen mientras siente besos en su cintura descender. La otra mano del alfa va a la erección del pequeño Omega, concentrandose en no desesperarse él mismo, para que Felix se sintiera bien.

Pero el Omega lo conoce, y en medio de jadeos y piernas temblorosas alcanza la erección del alfa y la acarica, arriba de abajo, y sonríe cuando lo oye gemir ligeramente.

—¿Estás listo?.— pregunta, y el más pequeño asiente entusiastamente.
El alfa toma un condón, finalmente del buró a un lado de su cama y lo coloca el mismo.

Deja un tierno beso en su boca y toma con su mano derecha la de su Omega.

—Te amo, Alfa.

—Yo también te amo, Omega precioso.—Y sonríen, porque es cierto. Se hunde lentamente en él, viendo a Felix morder sus labios y apretar su mano. Una vez completamente dentro se recarga para volver a dejar besos en su cuello, especialmente admirando el lugar en donde estará en algún momento la marca.

Se mueven lentamente y sin prisas, besándose y disfrutando el uno del otro. Las embestidas son profundas y lentas, los gemidos de Felix son ruidosos como siempre y su voz está cada vez más entrecortada.

—Min, más.

—Lo que pidas.—Le dice y acelera un poco el ritmo, siente las piernas del Omega moverse y temblar y sabe que casi llega cuando suelta un jadeo mas fuerte, él mismo se siente temblar.

Baja su mano entre sus cuerpos para dar atención a su Omega y seguir con el ritmo, lo ve temblar de placer, lo escucha y finalmente...

Se sienten. Y ni siquiera notaron cuando pasó.
El nudo de infla dentro del Omega y se siente llenarse. Y hay una mordida en el cuello.

Se paralizan cuando ven y sienten la poca sangre que emana de la herida pero él alfa sonríe exausto besando a su Omega. Y el Omega confundido acepta el beso sin dudar.

Ya se preocuparan una vez despierten.