Capítulo 10

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A la mañana siguiente se despertó muy temprano, volteo a su lado para ver a Sebastián aun profundamente dormido y se levantó cuidadosamente para no despertarlo, se puso algo para cubrirse y decidido explorar la casa 

Después de caminar unos minutos, llego a lo que parecía la cocina, era obvio que era muy temprano porque no se había encontrado a nadie ni en los pasillos ni en la cocina. 
Con la cocina sola ella aprovecho para buscar un aperitivo, busco en las alacenas y por fin después de lo que pareció una eternidad, encontró un botecito con galletas ella intentaba tomarlas de la alta alacena cuando un grito hizo que casi cayera 

—     ¿Qué haces aquí? ¿Quién eres y quien te dejo entrar ladrona? 
—     ¿Disculpe? 
—     ¿Tú eres quien ha estado robando comida? 
—     Yo… no yo… 
—     Niña que son esos gritos vas a despertar a los señores 
—     Al fin atrape a quien ha estado robando comida- una mujer mayor entra y cuando ve a Angela su piel se pálida 
—     Niña tonta- dijo golpeado con una cuchara que tenía a la mano a Caroline- hace una reverencia-mil disculpas su alteza real ella no la conocía, anoche llegaron tan tarde que muy pocos de nosotros los vieron, niña pide disculpas a su alteza 

La joven rápidamente hace una reverencia y dice: 
—     Mil disculpas yo no… sabia yo… 
—     Tranquila no te preocupes entiendo ahora ¿puedo tomar unas galletas? 
—     Por supuesto todo aquí es suyo su alteza, niña prepárale un café o té a su alteza 
—     ¿Qué prefiere? 
—     No es necesario yo puedo hacerlo ¿dónde tienen las hojas de té? 
—     Cómo cree que se va a servir usted misma su alteza nosotras lo podemos hacer en un minuto 

—     Por favor no es necesario, y podrían no llamarme su alteza real me llamo Angela 
—     Si su alteza se entera que nosotras la llamamos de tu nos reprenderá 
—     ¿Enserio? No creí que fuera así de prejuicioso 
—     No nos referimos al príncipe Sebastián si no a su padre, incluso yo recuerdo que cuando él era más pequeño me dijo exactamente lo que usted acaba de decir llámame por mi nombre, cuando su padre lo escucho lo reprendió y desde entonces bueno tuvo que aceptarlo. 
—     No se preocupe se acostumbrará con el tiempo 
—     Últimamente me dicen mucho eso “te acostumbraras a esto” 
—     Tiene suerte su alteza es un hombre bueno y amable 
—     Si también eso me dijo mama 
—     Aquí tiene su te su alteza 
—     Gracias- dijo tomando la taza y unas galletas 

—     ¿Quisiera algo más? 
—     ¿Sabes qué hora es? 
—     Las seis y cuarto 
—     A qué hora empieza a ver movimiento 
—     Nueno su ateza cuando los señores no se encuentran empezamos tarde a las 7 de la mañana y ahora que esta se convertirá en su residencia de su alteza Sebastián y usted, bueno nuestra rutina iniciará a las 4 o 5 por más tarde 
—     ¿Por qué? 
—     Bueno tenemos que tener el desayuno listo para cuando ustedes se despierten, tener la casa limpia la cual como pudo ver es enorme y estar libre para cuando ustedes necesiten algo 
Angela siguió preguntando cosas sobre que se hace y que no mientras Grace y Carolina preparaban el desayuno, aunque cuando ellas se distraían Angela ayudaba a picar fruta o movía a la comida 

—     Su alteza deje ahí- dijo quitándole la cuchara- esta es una las cosas que no debe hacer 
—     Entonces continuando con la conversación su padre era medico  
—     Si, pero se retiró hace un par de años porque considero que tenía una fortuna considerable y quería convivir con nosotras antes de que nos casarnos 
—     ¿Cuántos hermanos tiene? 
—     Cinco hermanas Margaret, Madeline, Ruth, Rose y Anna 
—     Y de ellas cuántas están casadas 
—     Solo Margaret mi hermana mayor 
—     ¿Cree que extrañe su casa? 
—     La extraño desde el momento en que pise la entrada por última vez 
—     ¿Qué es lo que más va a extrañar de su casa? 

—     Muchas cosas extrañare ver a papa leer el diario todas las mañanas y que cuando mama me regaña el solo le dice no le digas eso a mí ángel y mama le diga ustedes dos son iguales, extrañare a mi hermana Madelin y su cabello con pintura, Ana y Ruth y sus vestidos llenos de lodo, extrañare que Margaret nos visitaba al menos una vez a la semana porque vive relativamente cerca, a rose intentando cantar y hacerlo mal, a mama quejándose de que nunca la ayudamos y que cuando lo intentamos nos hecha de la cocina porque no sabemos hacerlo, extrañare las galletas de Beatriz y a mi caballo rizos y cabalgarlo en las tardes antes de la hora de la cena
 
Grace estaba a punto de hablar cuando es interrumpida por la agitada voz de un hombre 
—     ¿Qué te pasa Anthony? 
—     Su alteza se despertó y está buscando a su esposa y la estamos buscando, pero la mitad nosotros no la conoce y estamos como locos tratando de saber dónde se podría haber metido 
Grace y corolina solo miraron a Angela 
—     Bueno creo que esa es mi señal, gracias por el té, las galletas y la charla ¿Disculpe donde se encuentra su alteza? 
—     hace una reverencia— Su alteza real me dijo que la espera en el comedor 
—     ¿Podría llevarme? 
—     Claro su alteza real

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora