Capitulo 12

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La casa de era enorme con al menos 20 habitaciones, sin contar baños, la cocina, los salones, la estancia, etc. 
Cuando salieron al jardín un carruaje los esperaba al igual que Adeline

—     Su alteza su sombrero y guates 
—     Gracias 
Ambos subieron al carruaje y cuando estaba a punto de salir Adelina grita: 
—     ¡Esperen! — alteza su sombrilla 
—     No es necesario gracias Adelina 
—     Yo lo tomare por si acaso 
El jardín era enorme apropiadamente 16 hectáreas. 
—     Crees que podríamos caminar 
—     ¡Deténgase! — le dice al jinete— ¿quieres caminar? ¿Segura? 
—     Si —dice mientras se baja —muchas gracias seguiremos caminando 
—     Gracias Artur mantente cerca por si acaso 
—     Si su alteza real 

Angela iba caminando y fue alcanzada rápidamente por Sebastián 
—     Si te cansas te puedo llevar cargando 
—     No será necesario, pero gracias 
—     Caminas muy rápido parece que está huyendo de mí. Entiendo que me odie, pero… 
—     ¿Cree que lo odio? No lo odio es solo que no lo entiendo 
—     ¿Que no entiende? 
—     Usted no parece un niño caprichoso 
—     No lo soy 
—     Entonces como llama a convencer por todos los medios que mi madre le diera mi mano en matrimonio a pesar de que ella no quería y yo tampoco 
—     Tú no eres un capricho no pienses eso, yo me enamore de ti ¿es tan difícil de creer? 
—     ¡Ni siquiera me conoce! 
—     Tengo una vida para conocerte 
—     suspira- Creo que no nos queda elección ¿no es así? 
—    Lamento que lo veas así. Que los días más felices de mi vida sean una tortura para ti, — Harvey se acercó corriendo hizo una reverencia y le dijo algo al oído —Ahora recordé que tengo unos documentos que debo revisar, discúlpame te dejare a Artur por si te cansas de caminar te veo más tarde — Sebastián dio media vuelta y camino de regreso a la casa seguido por Harvey

Angela solo suspira se sentía mal había sido muy dura con él, ella comenzó a caminar por el enorme jardín, pensaba en si debía ir tras de él, disculparse o fingir estar molesta. Pensaba y pensaba sobre el tema. Sabía que en parte tenía razón ella no quería estar ahí, prefería su casa de solo 5 cuartos y un jardín de tamaño mediano a esa enorme casa compartiendo la cama con un desconocido por más guapo y amable que este sea.
Cuando regreso a la casa casi era hora de la cena y decidió ocupar ese tiempo para escribirle a su hermana y a su madre. 

Querida Margaret

Espero que estés bien por favor comparte esta carta con Madeline quisiera que ambas me aconsejaran sobre un incidente con su alteza. Lo sé ni yo creí que lo arruinaría tan rápido. Bueno iré directo al grano, la situación es que reproche a su alteza mi infelicidad y mi inconformidad con el hecho de prácticamente haber sido obligada a desposarme con él. Pero el verdadero problema es que me siento mal por mi forma de expresarle mis sentimientos, lo que me hace sentir aún peor es que su alteza no ha sido más que amable. Incluso tenía un guarda ropa entero para mí a pesar de que nos casamos el día anterior. Aun que lo peor de todo lo anterior es que su respuesta fue que lo hizo porque está enamorado de mí y en vez de responder de forma brusca o hiriente cuando continúen con mis reclamos dijo que tenía algo que hacer y desde entonces no ha salido de su despacho. ¿Hice mal? Se que sí, pero necesito su opinión. Los extraños mucho a todos.

Pdta. No le cuenten a mama se volverá loca si sabe lo que hice. Y no quiero que me visite al menos no por ahora.

Un abrazo Angela
 

Mamá

Te escribo para preguntarte si enviaste la ropa que habíamos acordado, ya que aquí no hay ninguno de mis vestidos. ¿Podrías enviarme todo lo que puedas? Te lo agradecería.

Por favor dile a papa que le envió un beso y a las chicas que les envió un abrazo

Iba a firmar como tu hija, pero dado a que gracias a tu empeño mi nombre a cambiado, creo que bebería hacer uso de el

Atte. Su alteza real, Angela, princesa de Inglaterra y duquesa de york

 
Cuando ella termino se dirigió al comedor. Y fue recibida por los empleados que esperaban servir 

  — ¿Quiere que le sirva su alteza real? 
—     ¿Mi esposo no me acompañara? 
—     El mensajero trajo unas cartas de su majestad y suponemos que los revisara hasta tarde. ¿Quiere esperarlo? 
—     No, cenare ¿podrías servirme? 
—     Por supuesto su alteza 
—     Por cierto, podría decirme ¿dónde está Adeline? 
—     Está en la habitación de lado toque esta campanita — dice señalando una a su lado y ella vendrá 
—     Toca la campanita dos veces — gracias 

A los pocos segundos entra Adeline 
—     Si su alteza 
—     Podrías darle esto al mensajero es una carta para mi madre y otra para mi hermana Margaret. Por favor que deje ambas cartas en casa de mi hermana ella le dará la suya a mi madre 
—     Claro que si su alteza, ¿desea algo más? 
—     ¿Ya cenaste? 
—    Si su alteza real gracias 
Angela ceno en silencio y sola esa noche 

Cuando termino de cenar subió a su habitación y se acostó. Decidido esperar a Sebastián ya que sentía que debía disculparse, pero pasaron varias horas y él no llegaba así que decidió ir a su estudio. 

Cuando estuvo enfrente de esa enorme puerta las luces se veían encendidas por debajo de la puerta, pensó en tocar, pero no quería interrumpirlo tal vez estaba ocupado pero tal vez la está evitando, tal vez solo era su lugar su padre también tenía uno.

Ella caminaba de un lado a otro pensando que hacer. Muchos pensamientos pasaban por su cabeza. También pensó que pesaba demasiado. Sus pensamientos fueron interrumpidos por unas voces que salían del estudio y se percató que de ahí salían tres hombres que ellos no conocían. El primero era un hombre mayor con anteojos vestido de traje, el segundo era solo unos cuantos años menores que el ultimo él era evidente que era un sacerdote por su vestimenta, el ultimo era un hombre joven más o menos de la misma edad de Sebastián vestido de soldado y por último detrás de ellos salió Sebastián.

Ellos detuvieron la conversación al percatarse de su presencia. 

—    Su alteza real- dijo asiendo reverencia el joven vestido de soldado y fue seguido por los otros dos hombres que también hicieron una reverencia. 
—    Cariño ¿qué haces despierta a esta hora? 
—    Lo siendo, quería hablar contigo, pero no sabía… que estabas acompañado y disculpen yo me retiro 
—     Espera cariño- la toma de la mano- caballero les presento a mi esposa, querida te presento a el señor Howard Murray es uno de los aristócratas más importantes del reino y un buen amigo de mi tío- el hombre tomo la mano de Angela y he hizo una reverencia 
—    Es un placer conocerla su alteza —   dijo el d hainon
—     Igualmente 
—     Él es el padre James Butler obispo 
—     Un placer su alteza — dijo haciendo reverencia 
—     Él es el capitán Collin Carter
—     Es un placer su alteza real- dijo tomando su mano y haciendo una reverencia 
—     Es un placer conocerlos caballeros, bueno disculpen mi presentación yo me retiro 

—     Espera querida de que querías hablar 
—     No te preocupes hablamos mañana 
—     No es necesario su alteza nosotros ya terminamos 
—     Así es su alteza, además los recién casados deberían pasar todo el tiempo posible juntos y solos – le extiende su mano a sebastian para despedirse y hace una reverencia- nosotros nos retiramos sus altezas que tenga buena noche- señor obispo, capitán hay que retirarnos 
—     Que tengan buenas noches-dijo dándole la mano a cada uno de los hombres 

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora