Mi Ángel

Capítulo 37

Ambos se encontraban hablando despues de hacer el amor 

— Recuerdas... cuando habiamos empezado a hacerlo...
— No podia quitarte las manos de ensima ¿que nos paso?
— Ahora eres el rey de ingleterra 
— Tenemos 24 y 27 y no hacemos el amor somos una vergüenza... asi como vamos a tener a nuestra princesa
— ¿Princesa?
— ¿O quieres tener otro niño?
— no, una niña seria lindo... No sabía que querías tener más hijos
— Yo fui hijo único y fue solitario no quiero que Tom sufra eso, aún que si tu no quieres...
— No, yo estoy decuerdo contigo ¿como la llamariamos?
— ¿Que te parece diana? asi se llamaba mi abuela 
— Me gusta, suena hermoso... 

Ella lo montó a horcajadas y se acercó a besarlo

A la mañana siguiente ellos no se levantaron temprano y no salieron de su habitación hasta pasado medio día, pero cuando terminaron de desayunar fueron al despacho donde sebastian tenia todos los asuntos de los que debia ocuparse

— Muy bien aqui esta todo... por donde quieres empezar?
— Que es lo más importante?
— Lo de los impuestos... después de la guerra estamos casi vacíos... durante este tiempo he intentado que nos recuperemos pero...
— ¿Y que hay de las cosechas?— dijo observando unos documentos
— Nos estamos recuperando... la guerra trajo con sigo tiempos difíciles
– Que paso con el consejero real?
— lo tengo ocupado en otros asuntos
— ¿Porque?
— Es muy... mayor y no estamos deacuerdo en ningún asunto, eso sin contar que sin importar cuánto le insinúe no entiende que ya se debe jubilar, el señor apenas si puede caminar, ya no ve nada y escucha menos... el ya debería estar en su casa descansando
— Porque no traes a Harvey y yo me en cargo del consejero
— ¿Que vas a hacer?
— Nada... solo le diré que ya es tiempo... de una forma dulce y educada, él ha sido un buen consejero y se merece una jubilación digna no crees
— Si... tienes razon- dijo dándole un beso en la nuca
— Anda siéntate... que te parece si nos dividimos los asuntos... tu te encargas del ejército, las cosechas y el presupuesto yo me encargo de la salud, de la iglesia, de los pobres y de la educación- dijo separando los documentos en dos pilas
— Entonces déjame también la seguridad y entre los dos nos encargaremos de las celebraciones
—Deberías hacer una junta de consejo así podemos ir con los representantes de cada sector a visitarlos
— ¿Te parece si la hago mañana a medio día?
— Me parece perfecto

Y continuaron revisando los documentos hasta la hora de la cena

Al día siguiente en la mañana Ángela se reunió con el anciano consejero Bernard Simon
— Su majestad — dijo el anciano haciendo una reverencia— me dijeron que quería verme
— Así es siéntese por favor— señaló la silla enfrente a la suya— ¿té?
— Si gracias su majestad— ella le sirvió y ambos dieron el primer sorbo— en que puedo ayudarle su majestad
— Bueno señor Simon, quería conocerlo, así que cuentenme como están sus hijos?
— Hijas su majestad, lamentablemente solo tuve 3 hijas, cuando mi esposa falleció al dar a luz a la 3ra, bueno...
— Lo lamento mucho
— Bueno de eso ya mucho tiempo...
— ¿Y... tiene nietos?
— Si... 6, mi hija Leila tiene 3, Florence tiene uno y la más pequeña Jane tiene 2
— ¿Y los ve mucho?
— No tanto como quisiera ellos viven en York que es de donde nosotros venimos
— Ya veo... y no le gustaría verlos?
— mi deber es servirle a la corona hasta el día de mi muerte majestad
— Señor Simon estaba pensando que tal vez podríamos arreglarlo...
— No entiendo su majestad
— verá... mi esposo es un rey muy joven y ansioso usted es un hombre con mucha experiencia pero ya no tiene la energía que tenía en sus 20s y sin afán de ofenderlo considero que usted no puede estar detrás de un niño, como lo es mi esposo, así que le tengo una propuesta
— La escucho su majestad
— Por que no... se convierte en el consejero de mi suegro el duque de York, así usted podrá estar con sus hijas, seguiría sirviendo a la corona y estará al servicio de una de las pocas personas a las que mi esposo, su rey, escucha
— ¿Me permite considerarlo?
— Por supuesto que si— el hombre hizo una reverencia y se retiró

Cuando se llegó la hora de la reunión están todos los miembros del consejo reunidos, se levantaron he hicieron reverencia cuando Sebastián y Ángela entraron

Sebastián dejó que Ángela se sentara en su silla en la cabeza de la mesa y él se mantuvo atras de ella— Pueden sentarse— Dijo Sebastián — Como ya deben de saber hemos tenido algunos problemas, nuestro primer año en el trono se ha visto afectado a los problemas post la guerra y tras el atentado que tuvimos hace días he decidido tomas medidas más drásticas, así que su reina y yo hemos decidido involucrarnos lo más posible en las cuestiones del reino
— Por lo que les pedimos su cooperación para esto, estamos planeado hacer visitas a algunas ciudades, a hospicios, orfanatos, escuelas— menciono Ángela
— Será un placer ayudarles sus majestades— dijo Collin haciendo una reverencia
— Necesito que designes algunos soldados para que vayan con Ángela a sus visitas
— Por supuesto
— Disculpa... perdón disculpe su majestad— interrumpió John — esta seguro que nuestra reina debería involucrarse en temas de hombres, no debería no se... dedicarse a organizar los bailes de la siguiente temporada
— John... querido... si tanto te preocupan los bailes te cedo completamente esa responsabilidad, diviértete
— Yo... mi reina... no quise decir eso... yo lo mencionaba por que los temas del reino son muy tediosos
— Ya escuchaste a tu reina, John reúnete con tu madre para que organicen la presentación de las debutantes, y háganlo bien es nuestra primera presentación
— Pero yo...
— John... ya hablé

John se levantó, hizo una reverencia y salió de la sala

— Bueno... ahora que ya tenemos una preocupación menos podemos continuar... a menos que alguno de ustedes piense igual que mi primo y considere que nuestra reina no puede involucrarse... no?— todo el mundo se quedó en silencio — perfecto continuemos