CAPITULO 7: MADRID SE VA AL INFIERNO

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"Die todten reiten
schnell"

-Los muertos
cabalgan deprisa-
<<Lenore>> (1773)

Arrodillado junto al cuerpo de Annie, tu mirada no se ha movido de su rostro ni tus manos de su cuerpo. Las lágrimas, sin embargo, ya se han secado.

El tiempo parece haberse congelado hasta que oyes el quejido de la sirena de una patrulla. Puedes oír el rugido de su motor, los neumáticos mordiendo el asfalto. Contemplas la ventana desde el suelo. Aguzas el oído y escuchas el chirrido de las ruedas deslizándose sin control... Cristal rompiéndose, metal retorciéndose.

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...
BUM.

Un sonido atronador retumba por toda la casa y una hilera de humo asciende el cielo tras la ventana.

Te acercas a la ventana y tus ojos se agigantan al contemplar el infierno debajo. Un incendio devora la fachada del edificio al otro lado de la calle. El humo tizna paredes y ventanas. Apenas puedes discernir lo que segundos antes era una patrulla de policía.

Un cuerpo ardiente sale corriendo del interior del vehículo. El olor a quemado traspasa la ventana y se cuela por tu nariz. Otro cuerpo en llamas sale expelido del coche. Un alarido se alza desde la esquina de la calle. Miras con ojos y oídos... No lo puedes creer. Abres la ventana... No es un grito, son unos cuantos.

Una figura gira en la esquina y corre calle abajo en la dirección del incendio. Unos diez infectados rugen hambrientos tras el. El desdichado continúa su carrera mortal y en cuestión de segundos está pasando por debajo de tu ventana.

El trance en el que estás sumido se ve interrumpido y continuas mirando.

El hombre corre por su vida moviendo los brazos de forma errática. Su altura le permite dar grandes zancadas pero sus movimientos son cada vez más lentos. Aun a través del cristal puedes oír los gritos de los zombis detrás.

El humo proveniente del incendio se torna cada vez más oscuro. El hombre comienza a adentrarse en la nube tóxica sin ninguna otra escapatoria... Una mujer -o el cadáver de esta- se abalanza sobre él. La criatura desaparece de tu campo visual. Solo puedes ver las piernas del hombre ahora sobresaliendo de la nube de humo; convulsionándose en claro gesto de agonía. El resto de zombies cae sobre sus piernas y desaparece de tu vista.

Sin embargo, uno de los infectados no se lanza sobre él sino que se queda observando la escena. Solo puedes ver su espalda. Tus ojos lo estudian y cuando el infectado comienza a girar, tu mirada sigue fija en él. Aún bajo el hechizo sus ojos blancos encuentran los tuyos. La criatura profiere un rugido y corre hacia tu portal.

Con manos nerviosas cierras ventana y cortinas. El salón se oscurece de inmediato y al encender las luces el cuerpo de Annie reaparece como el haz luminoso de un faro. Sus ojos se han quedado contemplando el vacío y su sangre brilla reflectando la luz artificial.

Tus piernas flanquean y te desplomas junto al cadáver una vez más. El algodón de tu ropa comienza a absorber la sangre en el suelo. Un escalofrío asalta tus nervios y te deja temblando en el suelo.

Fuera, el fuego ha encontrado el depósito de gasolina de la patrulla y la explosión lanza al vehículo por los aires. Las ventanas inferiores del edificio donde se había incrustado el automóvil estallan esparciendo partículas de vidrio por la acera. Las llamas se propagan, las viviendas sin ventana invitan al fuego a su interior y todo el bloque comienza a arder.

En tu portal un infectado estrella sus puños contra la puerta que comienza a mostrar pequeñas grietas como telarañas. Y, mientras el humo negro continúa ascendiendo y se obstina en esconder las nubes, tú sigues arrodillado sobre el cuerpo de Annie; con la mirada fija en su rostro y la mente ausente.




MADRID ZOMBIE FIN DEL EPISODIO I

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