CAPITULO 17 ESCAPE

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[...] Traeré
calamidad sobre
ellos y no habrá
escapatoria posible.
Aunque supliquen
misericordia no
escucharé sus
ruegos.
(Jeremías 2.2)

La lluvia de puños continúa azotando la puerta cortafuego. Sientes las vibraciones en las suelas de tus zapatillas. Claudia es una estatua angelical en tus brazos y Rambo ladra rabioso.

Tus ojos recorren cada rincón buscando una escapatoria. Gritos, ladridos, gemidos, vibraciones... <<piensa, piensa>>

<<Bajar por las escaleras es imposible -descartas en tu mente- salir por la ventana también...>>.

-¡Mierda! -gritas- ¡Bajar, tenemos que bajar!

Los rugidos de los reanimados aumentan mientras Rambo ladra, muerde y su saliva vuela por los aires.

<<Tranquilo -te dices- respira, respira. ¿Cuántas maneras hay para bajar? Las escaleras... y el ascensor. ¡El ascensor! ¿Funcionará? -te preguntas apretando a Claudia en tus brazos-. Es la única opción>>.

-Rambo, prepárate.

Te acercas a la puerta del apartamento. Gemidos moribundos entran por tus oídos y recorren cada nervio de tu cuerpo. Otro paso más. Claudia no pestañea. Mano sobre el picaporte. Rugidos. Tiras hacia abajo.

El ruido es ensordecedor pero todavía no han conseguido derribar la puerta cortafuego; su hedor a muerte, sin embargo, consume el aire del rellano.

Tocas el botón del ascensor con todos los dedos de tu mano. La luz se enciende. El motor mecánico vuelve a la vida y produce el sonido más bello que hayas oído jamás.

¡CRAC! las bisagras de la puerta absorben la fuerza de los golpes. Los gemidos se oyen más cerca. El ascensor no llega.

-¡Vamos!

Una mano se cuela por la abertura, otra... y otra. Rambo gruñe.

-¡Rambo, no!

La puerta del ascensor se abre en el mismo momento en que Rambo sale corriendo en la dirección contraria. Ladridos y rugidos explotan en el rellano mientras más manos serpentean hacia dentro.

¡CRAC!

-¡No te muevas, Claudia!

¡CRAC!

Tus músculos te propulsan con potencia en la dirección de Rambo. El perro se acerca cada vez más a la puerta, de donde ya sobresalen brazos enteros.

-¡Rambo!

La puerta se desploma. Cientos de rugidos, gruñidos y gemidos retumban en el rellano.

-¡Rambo!

El can levanta las orejas y mira en tu dirección con duda en sus ojos.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2022 ⏰

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