Cap 18 • Más que una mordida P.2

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Todo a nuestro alrededor seguía teñido de rojo, con ello, la luna llena dejaba ver un gran resplandor por todo el bosque, entre los árboles, el cuerpo de Seth, mis propias manos que lucían ensangrentadas... estaba volviéndome paranoica por todo el estrés que albergaba, tanto en el cuerpo como psicológicamente. Durante la carrera a lomos de Seth, fui rasguñada por algunas ramas y algún que otro arbusto, sin embargo, no le di mucha importancia, pues lo único que quería, era alejarme un poco de él hasta que todo pudiese volver a la situación.

Poco más tarde, disminuyó el ritmo, y al detenernos, bajé del lomo para descansar en una grandiosa cueva lóbrega y algo espeluznante, Una vez dentro, Seth se tumbó a mi lado y tomó su forma humana para poder hablar, o al menos, poder justificar que estaba sucediendo esa misma noche.

Me fasciné al ver la heterocromia de sus ojos, el izquierdo verdoso y el otro de un color ámbar, que tan preciosa era su mirada...

-Todo tiene una explicación ahora mismo- dijo a toda prisa, dando un vistazo a mitobillo.

Seguía sin poder creer que hiciera semejante cosa cuando creía que todo estaba yendo como la seda.

-Puede que no lo entiendas mucho pero estamos en tiempos de apareamiento.

No pude describir como debía reaccionar a su aclaración. Quería entenderlo, pero faltaban datos.

-¿Y que tiene que ver con morder a una persona inocente de la nada?- quizá le hablé de manera indebida por el estrés, así que me disculpe antes de que prosiguiera.

-Dependiendo del carácter, los híbridos hacemos una u otra cosa en esta época.

Quise arrebatarle de una vez las palabras de su garganta al no poder esperar para recibir una respuesta concisa mientras mi tobillo ardía sin compasión.

-En el caso de que sea uno sumiso como la mayoría de nosotros, no habrá ninguna consecuencia a la hora de tener relaciones en estas noches.

-Por lo tanto, ¿él es dominante?- no es que no lo hubiese pensado antes pero...

-El carácter de los Alfas suele ser dominante por naturaleza, algunos más que otros, como su caso.

Casi todo empezaba a tomar forma, menos el hecho de ser mordida, ¿qué tenía que ver ser dominante con morder de la nada?

Tomé aire una vez más y reposé mi espalda en la gélida roca de mis espaldas, necesitaba algo de tranquilidad, ordenar mis ideas y pensamientos... todo en general.

-El caso es... que puede que...- hizo una breve pausa sin dejar de mirarme-, es probable que tenga algo de apego hacia ti.

-¿Qué?- reí de forma sarcástica.

Mi corazón se aceleró sin razón alguna de nuevo, y justo cuando no debería.

-En el caso de morder cuando estamos en época de apareamiento es porque no podemos contener nuestras emociones.

Ahora puede que si entendiese del todo la razón por la que lo hizo, quizá sin conocimiento propio, y no debí gritarle en un principio, aunque si hubiera sabido esto anteriormente, habría tomado precauciones.

-Supongo que no sabría como sobrellevar esas emociones- rascó su cabello rubio sin dejar de lucir pensativo-, normalmente se encerraba en su cuarto hasta que pasasen estos días, por precaución.

-¿Puede que tenga algo que ver el lugar al que ha ido esta mañana?

Antes de que Seth abriese la boca, nos volteamos para observar el cielo, que ahora se oscurecía lentamente, y con ello, empezaba a lloviznar poco a poco.

-Sí que tiene que ver...

Lo dijo por lo bajo, pero por más que la lluvia entorpeciera su voz, lo escuché a la perfección.

-Todos sabéis donde fue menos yo, no lo entiendo- cuanto me enervaba.

-En pocas palabras, cada año los Alfas se reúnen en una especie de subasta de híbridas para poder autocomplacerse en estos días.

-¿Entonces no ha vuelto con nadie?- no respondió, pues bajó su mirada a sus manos-, ¿Por qué, Seth?

La cueva quedó totalmente en silencio, ni una sola mosca se escuchaba, tan solo mi respiración y el sonido de la lluvia que poco a poco iba entrando por la dirección de esta al caer.

-Es probable que no necesite una.

Miré su rostro para apreciar cualquier otra emoción que no fuese esa media sonrisa dolorida, aunque no pude, ya que parecía que estaba ocultando mucho más detrás de esa mueca.

-No te molestes con él, piensa que podrías haber muerto en menos de dos segundos con un solo mordisco- se encogió de hombros clavando sus ojos en los míos.

-Si es como dices, no debería molestarme, pero si es como dices, tampoco puedo quedarme de brazos cruzados y agradecerle que siga viva- intenté justificarme-, podría haber avisado, o vosotros, que lo conocéis mejor que yo.

-Al ser humana, esperábamos que pasase de ti como si nada.

Es cierto que desde un principio dijo que odiaba a los humanos como yo, literalmente, odiaba todo de mí.

-¿Dijo algo importante cuando empezasteis a charlar?

Su mirada se iluminó, era como si supiera más allá de mis palabras.

-Solo dijo lo mucho que nos odiaba- a los humanos-, el pudor que daba, algo similar a que apestaba a carne humana...

¡Cuanto detestaba que dijese eso!

-Bingo- me sorprendió el par de palmadas que dio al decirlo.

-¿Bingo?

-Hemos dado en el clavo, otra de las razones por las que puede haber sido un poco capullo- entre palabra y palabra, Seth se acercaba a mí.

Tomó mis manos y luego echó una ligera mirada a mi tobillo.

-Scarlett, son tus hormonas y ese aroma que desprendes, esa es la razón.

Se volvió eufórico de un momento a otro, tanto que no supe que decir.

-Dijo que apestaba...

-Eso solo fueron palabras vacías-rió torcidamente cubriéndose el rostro con ambas manos.

-¿Entonces no es que huela mal?

Seth negó rápidamente.

-Solo distinto a nosotros, y algo más agradable.

Era cierto que tanto Kai como Marla y Azael tenían un aroma similar, la frescura del bosque y las flores de alrededor, seguramente lo mismo que Seth por poco que pueda percibirlo debido a la lluvia.

-¿Qué debería hacer?- pregunté confusa.

Sin duda había sonsacado más información de la que me imaginaba, y muy valiosa.

Cuando quise que Seth respondiera a mi pregunta de nuevo, no respondió, en vez de eso, tomó su forma animal y se acercó a la cavidad más exterior de la cueva para olisquear el aire. No sabía muy bien a que venía eso, aunque supuse que tendría sus razones.

-¿Seth?

Su cola se tensó y con ello, retrocedió varios pasos sin dejar de mirar fuera, algo había fuera que no quería que se acercase.

-Scarlett, no te muevas- ordenó volviendo a su forma humana-, pase lo que pase, no saldrás lastimada más, solo confía en mis palabras- pidió con otra pequeña sonrisa.

Y esas fueron las últimas palabras del híbrido poco antes de marcharse corriendo por la misma dirección que habíamos venido un par de minutos antes.

Confié plenamente en sus ordenes de quedarme quieta en la cueva y no salir, en cambio, iba a ser lastimada o no, que peligro inminente estaba a punto de ocurrir para que se marchase tan alterado.

Atrapada por el AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora