Transcurridos varios minutos de miradas con cierto significado, Scarlett decidió levantarse de mi regazo, ante todo, dejando un corto beso en mis labios para despedirse. Salió de mi despacho como si nada hubiera sucedido, y todo gracias a Marla, que justamente acababa de entrar junto a Kai para discutir a cerca de unos asuntos personales con la manada.
-Le hemos traído el par de pistas que encontramos a lo largo del camino hacia el castillo- el tono de Marla parecía más amable que de costumbre.
-Los demás lobos de su manada han sido tratados y muy pronto podrán seguir con sus vidas cotidianas.
-Gracias.
-Disculpe, pero tiene... - seguí la mirada de Marla que se dirigía a mi cuello, identificando qué podría haber ahí.
Seguramente los resultados de sus uñas al ser incrustadas como colmillos, o quizá solo una rojez debido a la presión, pero sin duda, se trataba de su marca en mi piel.
-Todo está yendo como la seda, ¿cierto?- la voz de Kai se endureció al ver cómo cubrí mi cuello con la mano.
-Necesito vuestra ayuda- les solicité sin contestar a la pregunta de él -Necesito encontrar una cura, un medicamento, lo que sea... - mis nervios empezaron a retornar -. Scarlett corre peligro, y no tenemos tiempo.
-¿A qué viene esto?
Marla se cruzó de brazos, y por mucho que no pudiese entender sus muecas, supe que estaba preocupada y a la vez extrañada.
-Los genes de su padre están influyendo en su conducta, y por eso, mañana mismo realizaré una evaluación desde una distancia prudente.
-¿Quiere que hagamos lo mismo?
Me encontraba preocupado. Realmente me importaba, aunque se sentía tan cruel dejarla sola...
-Marla, encárgate de comunicar al resto de la manada que realizaré una reunión en una hora, y Kai, a partir de mañana, quiero que vayas por tu cuenta a la granja -lo miré con firmeza, y sus ojos emitieron un breve destello -. Encárgate de traer a su padre, no me importa que se resista, usa tu fuerza si es necesario.
Tras una abrupta pausa, estreché el tabique de mi nariz, y antes de incorporarme, solté un suspiro para calmar la desesperación que estaba a punto de inundar mi cuerpo.
-Realizaremos pruebas intensivas en la antigua habitación de Scarlett, y una vez en cuarentena, ella no tendrá permitido subir al tercer piso.
(En la mañana siguiente)
(Marla)
-Así que... ¿vamos a tener que acosarla desde las sombras hasta que lo considere?- le pregunté sorprendida permaneciendo escondida su lado sin dejar de observar la gran puerta de la entrada.
-Solo trata de fijarte en su comportamiento- gruñó malhumorado sin pestañear.
-A veces pienso que estáis en una cacería constante... - iba a explicar mis palabras, pero de repente, al verlo como se acababa de transformar repentinamente, supe que el día, tan solo había empezado.
Aún escondidos, seguí a Connor alrededor de la invisible frontera que separaba la manada del bosque, y con un poco de paciencia y astucia, logramos seguir cada uno de sus movimientos.
Fue acercándose a algunos miembros de la manada para aparentemente preguntar, y gracias a la reunión realizada ayer mismo, estábamos seguros que todo iba a ir como la propia seda. Organizamos un plan en el que algunos de los integrantes debían mostrar una actitud positiva y de escucha activa, mientras que el resto, se esforzarían por ser ruines o distantes con ella en el caso de tener la oportunidad de entablar alguna conversación sin tener que ser nosotros los que empecemos con esta.
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Atrapada por el Alfa
Hombres LoboNo todos los monstruos son horrendos y escalofriantes, algunos se disfrazan de corderos, mientras que otros revelan su verdadero ser. Scarlett se adentra en un mundo lleno de depredadores, sedientos de sangre, cegados por la idea de querer erradicar...