Capítulo 15: Mantener más cerca a tus enemigos

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–Thania Knightley –

Soy maravillosa para ignorar mis sentimientos, vida y emociones.

Pasa que odio que me los señalen, que me obliguen a expresarlos en palabras, en explicarme, arreglarlos. Y hoy después de llamar a Maison y terminar llorando nuevamente en el pasillo del hospital, fue un maravilloso detonante.

Odio la manera en que me miró y odio el que tuviera razón, ella estaba en problemas y tal vez sea mi culpa.

—Ella está en peligro y no quiero ni pensar en el culpable, porque siento que si lo converso se hará más real. — sus dedos estaban peinando mi cabello mientras yo descansaba la cabeza en su regazo. — Y ahora yo te vengo a molestar después de que seguramente no hayas dormido toda la noche por el bebe y Sarah que debe estar super cansada.

—Ambos sabemos que no es tu culpa enana. — suspiro. — Si me pides que te ayude lo haré.

—Yo debería estar buscándola por cielo mar y tierra, no llorando aquí mientras me dices que te ausentarías los primeros días de ser papá por mí.

—Nunca he hecho algo por ti, soy el niño de papá, tal vez es hora de hacerlo.

—Igualmente nunca te lo pediría.

Maison estuvo a punto de contestar, pero una voz aparte habló. — Cariño, debes ir.

Mire a Sarah como si lo que dijera estuviera fuera de lugar.

—¿No que estabas dormida?

Me ignoro y siguió viendo a mi hermano.

—Eres su hermano, los hermanos se apoyan y esto es un buen momento para usar tus influencias para algo mas que conseguirme una figura de acción. — su rostro se notaba cansado. — No estaré sola, para algo tenemos gente que cuida la casa y yo soy capaz de poder hacerlo sola.

Mi hermano le sonrió y se paró para besarle la frente.

Tomó sus llaves y abrió la puerta. — ¿Quieres hacerlo para el próximo año? Camina.

Salió por la puerta y yo me apresure de despedirme de Sarah, le di las gracias y le prometí que no se metería en líos.

Salimos del hospital con prisa y mientras yo conducía, mi hermano llamaba a un montón de personas las cuales o le cortaban o le decían que averiguarían lo que pudieran.

Después de un rato me indico una dirección y llegamos a la casa de uno de sus contactos, el lugar era elegante y denotaba antigüedad. Maison saco de la guantera una cajita aterciopelada con la inicial K en la superficie, dentro contenía una anillo de oro muy grueso con detalles negros.

Era el anillo familiar, mi padre nunca se lo quitaba y mi madre tampoco por petición de este, Maison casi nunca lo llevaba puesto ya que no solía usar anillos y tampoco le gustaba lo que representaba. A diferencia de mi que siempre lo llevaba en el bolsillo, bolso o en alguna cadena alrededor de mi cuello.

Casi nunca en la mano por la incomodidad que producía en los demás.

Prefería ignorar mi apellido y que la gente no siempre este enterada de si me hace enojar lo puedo mandar a matar y ni el presidente podría evitarlo. Que ganas de haber nacido en una familia normal y sin traumas.

Saque bajo la mirada de mi hermano la cadena bajo la camisa blanca, abriéndola y sacando el anillo para colocarlo en el dedo medio de mi mano derecha.

Ambos respiramos resignados al bajar del auto y entramos bajo la mirada del guardia recto frente a la entrada, cuando nos vio localizo el anillo en nuestras manos y nos dejó pasar mientras comunicaba nuestra entrada.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora