Capítulo 1:Cafetería dueña de mis gay panics

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– Katra Castle –

Quema, quema, quema.

Salí de la universidad con la esperanza de ser alguien importante, claro, la mala fama de estudiar bellas artes es que seguramente vivirás bajo un puente, pero había que tener fe.

Definitivamente no me imagine que mis días se resumirían en trabajar en una cafetería de lunes a miércoles.

Sin quitar los jueves y viernes, que trabajaba en un bar.

No me arrepiento, no creo que sea una mala vida, pero hace 5 segundos me cayó té en el delantal y quema mucho.

—Ve y cámbiate Katra, hay que dar buena imagen. — Dijo Ashton, quien se encargaba de la caja.

Él era el encargado de la cafetería ya que sus padres son dueños del local y tomó el puesto cuando cumplió los 20. Tenía el puesto del cajero porque según el no es bueno tratando con gente, como no si es un sarcástico de primera.

Yo trabajaba aquí desde hace más o menos un año y mi tiempo gracias a los dos trabajos que mantenía era bastante poco, por eso mi circulo se redujo rápidamente a mis compañeros de trabajo, que eran tanto Ashton Clark como Alycia Bennet, ella consiguió el trabajo hace 2 años por recomendación del encargado.

Ashton era un chico de piel muy blanca, ojos azules y pelo negro, bastante reservado, le encantaba mantener conversaciones serias sobre puntos polémicos, yendo desde política hasta chismes de famosos. La mayoría de esas conversaciones las mantenía conmigo y por suerte nunca nos enojábamos.

Alycia era una chica bastante alta de un 1.75, de tez negra y un pelo fabuloso, que se negaba a cortar a pesar de que a veces le fuera una molestia en su trabajo. Era muy extrovertida y estoy segura adoptó a Ashton como su introvertido favorito.

Cuando llegué a trabajar aquí ambos me hicieron sentir cómoda y se volvieron rápidamente en una parte importante de mi vida. Aunque Alycia me amenazo unas tres veces al conocerla... nada grave.

Al menos salí con todos mis dientes.

Mi vida no era horrible, o eso quería hacerme creer la mayor parte del tiempo. Empleaba mi profesión mis días libres, después del trabajo vendía mis cuadros y pequeñas esculturas del negocio de mis padres. Pero no era lo que quería hacer, a pesar de mis esfuerzos aun no ganaba la oportunidad para mostrar profesionalmente mi trabajo, y sí que lo había intentado. Sabía que podía lograrlo, pero tal vez mis obras no eran lo suficientemente especiales para que sean vistas.

Tal vez no era mi lugar el estar entre los grandes.

Con un delantal limpio salí de los vestidores y me dirigí al pelinegro.

—¿Algo que hacer? — Me coloqué a su lado y termine de atarme el delantal atrás de la espalda.

Asintió en respuesta.

—La chica de la segunda mesa acaba de entrar, ve a atenderla. —me lanzó la libreta de forma despreocupada y se dirigió rápidamente al baño. — Ya vuelvo, no mueras sin mí.

Ja, no mueras ¿Por qué moriría? Como si lo necesitara, yo no necesito a nadie.

Caminé lo más derecho que pude a pesar de no estar poniendo los ojos al frente y tenerlos clavados en la libreta. — Hola, bienvenida a Clarks ¿Qué desea servirse? — dije para luego fijar mi vista en la clienta.

Oh mierda.

Bueno... ASHTON MAYDAY, SOS, SOCORRO.

—Buenas tardes, me recomendaron este local y he tenido mucho trabajo así que se me antojo un café. — dijo mirando el celular para después fijar sus ojos en mí.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora