– Katra Castle –
En mis planes no estaba recostarme en una esquina a llorar todo el día, tal vez sea dramática, pero hay mejores formas de no pensar en ella.
Puedo seguir mi día normal, pero con una constante y molesta sensación de vacío y preocupación en el pecho.
Así que estaba intentando meterme mucho en el lienzo.
Aunque esta última semana me había sumergido en un bloqueo desesperante, en el instante en que tocaba el lienzo o libreta, terminaba en un garabato inentendible que mostraba la rabia que me daba este momento de mi vida.
Intente enfocarme en otra cosa como aprender a tocar algún instrumento, salir en bici o viciarme con algún videojuego, realmente no podía enfocarme en nada más, el bloqueo que tenía me estaba molestando así que hoy me estaba empeñando en que algo interesante saliera de mi imaginación para así poder plasmarlo en trazos.
Y no solo era urgente para mi salud mental, si no para la exposición, tenia que terminar al menos dos cuadros, que en el mejor de los panoramas eran cuatro o cinco. No podía hacer ni uno, lo mas cercano a una obra de arte fue la cara que encontré formada en el cereal del desayuno.
Hace una semana estaba segura de que tenía todo hecho, trece obras perfectamente organizadas, elegidas cuidadosamente por mi y alabadas por la persona que amaba, la misma que me había conseguido esta oportunidad.
Y la iba a tomar pese a las circunstancias ¿Quién en su sano juicio pierde esta oportunidad? Nadie.
Engañada pero no tonta.
Ahora había sacado cinco cuadros y reemplazarlos por otro, fíjate que no quiero tener cuadros basados en la llamada "traicionera" por Alycia.
Después de tener un montón de inspiración y poder pintar y dibujar muy fácilmente, me frustraba el no poder hacerlo ahora, tener las ganas y que después se vayan.
Peor si sabias que era algo urgente
¿Me roba el corazón la reverenda estúpida y también el talento o que mierda?
Mi pelo estaba recogido en un intento de tomate y mis piernas habían pasado por diferentes posiciones en la silla. Juraba que a este punto había mas pintura en mi ropa que en el lienzo frente a mí, Atlas descansaba sobre el sillón durmiendo, seguramente teniendo un sueño sobre correr en un campo por sus patitas moviéndose. En unos minutos tendría terapia, mi ropa parecía un pintura abstracta y mi estado de animo se asemejaba al demonio de Tasmania, así que le pedí si podía tener la sesión por llamada, la verdad esta ultima semana no había salido mucho y no ocupaba el teléfono para nada mas que leer y llorar por relaciones que no son reales, evitando como una campeona las historias que terminaban mal.
Había comenzado a aislarme lo cual me preocupaba y a este punto tenia miedo de que en esta sesión se diera cuenta que estaba teniendo un reinicio en el avance con mi vida.
Después de suspirar y dejar a un lado mis materiales, me conecte a la llamada. Seguí pintando cuando la imagen iba apareciendo, me hablaría de lo mismo que siempre y terminaría hablando sobre cualquier estupidez que en realidad no es relevante.
—Señorita Castle, es un gusto verla enfoco su vista detrás mío fijándose seguramente en el gran desastre que era la habitación — ¿Me permite saber que esta pintando? Pensé que se estaba tomando un descanso ya que termino las obras para la exposición.
—Bueno, tuve que sacar algunos cuadros y esto haciendo otros —presione ambas manos contra el taburete — todo a ultimo minuto, me estoy hundiendo en estrés, no puedo terminar nada de lo que empiezo, estoy en mi peor bloqueo. — mordí la punta del pincel.
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Quédate conmigo
RomanceThania Knightley es jefa de una de las empresas familiares, con una vida complicada y una familia aún peor, se enamora de Katra quien trabaja en una cafetería, artista, quien lleva una vida más o menos estable. Y las diferencias entre ellas no les a...