Senpai || Iwaizumi Hajime

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(T/n) abrió la puerta de su habitación mientras llevaba una bandeja con un bol de galletas de arroz y algunos vasos de zumo de naranja y melocotón. Sus compañeros se encontraban sentados al suelo alrededor de una mesa redonda, la cual estaba repleta de papeles y libros de ciertas asignaturas.

— Mira que avisarme que irías a mi casa a última hora .— se quejó la fémina a la vez que fulminaba con la mirada a su amigo Yuko, quien sonreía socarronamente.

— Nunca están tus padres en casa, así que eras la mejor opción.

— Ja, ja .— rio falsamente.

— Ito-chan tenía razón, tu casa es muy amplia .— comentó el castaño.

— Ajá .— se acercó a ellos para poner la comida en medio de la mesa y se sentó entre su compañera y el del pelo puntiagudo —. A la próxima, avisad antes.

Dicho eso, el pequeño grupo se puso a trabajar, tenían nuevas tareas de los último días y era mejor empezar inmediatamente para poder tener tiempo y prepararse con los tests.
Iwaizumi estaba completando algunos ejercicios de matemáticas y se le ocurrió desviar su mirada del papel hacia la decoración de la habitación de su superior. No le extrañaba que tuviera pósters de diferentes jugadores famosos de Volleyball colgados en la pared, pero no se esperaba que habría también de grupos ingleses antiguos, como por ejemplo ABBA o The Beatles. Nunca se paró a pensar que le gustaba ese tipo de música.

También tenía diez o quince cómics en una de sus estanterías con figuras de personajes de videojuegos y le hizo gracia al percatarse dos pares de libros escritos por filósofos. Se dio cuenta que realmente no la conocía de nada y, por eso, entrar dentro de su cuarto pudo descubrir una parte de sus gustos lo cual podía describir más o menos su personalidad.

Siguió analizando disimuladamente hasta parar a ver el perfil del rostro de la propietaria desde el rabillo del ojo, podía ver lo concentrada que estaba haciendo sus deberes de lo que parecía ser... ¿Historia?

Eso le hizo recordar lo cercanos que estaban en ese momento, sonrojándose en el mismo momento y en pocos minutos volvió su mirada a los números que estaban escritos en la hoja.
Tan convencido que estaba de que no volvería a verla y que solo era un amor inocente de la infancia y ahora se encuentra otra vez con esas malditas sensaciones, retomando los sentimientos que se habían vuelto más intensos.

Acabó suspirando con pesadez.

— Necesito ir al baño .— comentó Hajime de repente.

— Al salir tienes que ir a la derecha y a la tercera puerta lo encontrarás .— le informó ella, elevando la cabeza para verlo, pues se había levantado mientras que la peli(t/c) le estaba informando.

— Gracias, no tardo.

Salió y cerró la puerta y recordó las indicaciones no complicadas de (T/n), lo cual pudo llegar sin problema alguno.