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" - Iwaizumi, mis días de gloria se han ido.
- No .- frunció el ceño, sintiendo todas las emociones negativas mientras apretaba sus manos, dejando poco a poco sus nudillos en blanco -. No puedes estar hablando en serio.
- Créeme, Iwaiz...
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(T/n) recibió el balón e hizo una mueca al sentir el fuerte impacto en sus antebrazos. Se reincorporó para analizarlos, los cuales estaban totalmente rojos por la numerosas veces que practicaron Iwaizumi y ella.
El joven la observó por unos segundos —. ¿Te encuentras bien, (T/a)-senpai? .— preguntó al ver que estaba parada en el medio de la cancha.
— Emm... Sí, tranquilo .— alzó la cabeza para verlo —. ¿Podemos dar un pequeño descanso?
— Oh, claro .— ambos se acercaron al banco donde ahí se encontraban sus botellas de agua. La mayor tomó la toalla para secar su sudor mientras que el contrario empezaba a beber algunos tragos.
Fue en ese momento que la peli(t/c) miró al techo pensativa y sin pensarlo dos veces, soltó lo que tenía en mente.
— Ayer Yuko me dijo que te gustaba, ¿no es loco e— ? ¡Oi! ¿Estás bien? .— al ojiverde se le había ido el agua por el otro lado al escuchar a su superior, y empezó a toser.
Ella fue a socorrerlo y comenzó a darle algunas palmadas en la espalda para que se le pasara la tos, esperando a que se calmara.
— P-perdón .— se disculpó avergonzado por hacer el ridículo, sintiendo sus mejillas calentarse. No tardó ni dos segundos en darle la espalda para que no se percatara de su rostro tomate, y por si fuera poco, trató de esconderse más disimulando que se secaba el sudor con el cuello de su camiseta.
— Fue por lo que dije, ¿cierto? .— se rascó la nuca para soltar una carcajada nerviosa —. Debió ser incómodo haber comentado eso.
Hajime se volteó un poco para mirarla, viendo que estaba por tomar su cantimplora.
— (T/-(T/a)-senpai .— la llamó con dificultad, haciendo que cruzara miradas con él —. Necesito decirte algo .— ¿de verdad ese era el momento para declararse? —. Lo de Ito-senpai... .— ¿no sería muy precipitado? —. Desde secundaria y—.
La melodía de un teléfono empezó a sonar.
El corazón del pelimarrón paró de palpitar, ¿realmente estaba a punto de confesar sus sentimientos hacia ella? ¿En qué pensaba?
(T/n) se volteó al banco donde estaba su celular —. Perdón, es el mío .— inmediatamente lo cogió y una mirada cansada se mostró en su rostro al leer el nombre en la pantalla, cosa que el ojiverde se percató —. ¿Qué quieres ahora, Kaito?
¿Kaito? Iwaizumi levantó las cejas al escuchar ese nombre.
¿Kaito no era su capitán de Volleyball en la escuela anterior?
— Te dije que no, estoy muy ocupada, otro día quizás .— dio una breve pausa —. No lo sé, puede que esté libre la semana que viene .— otra pausa —. Sí, te prometo que te avisaré, adiós .— colgó antes de suspirar con pesadez.
