Felix giró su mirada hacia la mesita de noche y en esta pudo ver el libro, o más bien dicho el diario de Hyunjin.
Sin pensarlo dos veces corrió hacia este tomándolo entre sus manos y lo abrió. Ahí estaba la foto, aquel chico de labios gruesos y con el cabello por encima de los hombros, ese chico que ahora significaba todo para él no podía ser solo un sueño.
Nuevamente sintió aquellas lágrimas caer por su rostro, ¿ya no iba a volver a verle? no podía ser posible, necesitaba encontrarle, quería estar con él sin importar que.
Felix se levantó con el libro aún en sus manos dispuesto a buscar respuestas.
Salió de su casa apresurado pensando a donde ir, hasta que de un momento a otro la campana de la biblioteca sonó. Sin saber cómo al final había llegado a ese lugar, su lugar seguro, donde había encontrado el diario.
Al entrar todo estaba tan vacío como siempre, pero esta vez ni si quiera la anciana se encontraba en el mostrador. El chico pensó que tal vez estaría en la parte de arriba ordenando los libros por lo que decidió subir.
Caminó por los largos pasillos del lugar pero no había ni rastro de ella, hasta que a lo lejos en uno de estos pudo ver a alguien. Se acercó dispuesto a preguntarle si había visto a la señora, pero paró en seco al estar cerca de aquella persona. ¿Podía ser eso posible?
—¿Hyunjin?— soltó el menor casi en un susurro, observando cómo el chico se giraba encontrándose cara a cara con él.
—Felix.. estás aquí— el mayor extendió su mano y tomó el diario que se encontraba en las manos del chico.
Sus ojos brillaban, y Felix podía notar como contenía las lágrimas. No entendía nada.
El menor se sentía confundido, el rostro de Hyunjin era exactamente igual a como lo recordaba, el más bonito que había visto jamás.
El más bajo llevó su mano hacia el rostro ajeno acariciando este, quería comprobar si era real.
Hyunjin cerró los ojos disfrutando del contacto de la mano de su pequeño, puede que para Felix hubieran pasado solo horas, pero para Hyunjin fueron años.
Rápidamente lo atrajo hacia él rodeándole con sus brazos, no se imagina cuando le había extrañado.
Felix correspondió al abrazo y se acurrucó en los brazos del chico, sintiendo su dulce olor. Lo mismo pasaba con Hyunjin, tener nuevamente al menor entre sus brazos era como un sueño.
Pero el más bajo aún se preguntaba qué es lo que había ocurrido, y que estaba sucediendo en esos momentos.
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slumber ; hyunlix
Randomslumber : into the book Felix iba todos los sábados a aquella biblioteca donde podía encontrar libros de segunda mano, le fascinaba la idea de poder leer un libro que hubiera estado en manos de alguna otra persona. Muchas veces cuando se encontrab...