Wrong Devil | Minsung

Capítulo 6

Cuida bien a tu demonio, los idiotas tienen huesos débiles:

—¿Cuánto tiempo estarás pegado a la ventana? —Minho sorbió sus fideos, observando con aburrimiento cómo el de mejillas abultadas había estado pegado a la ventana desde hace cuarenta minutos. Apenas parpadeaba—. Pareces un lagarto.

—¿Existen los animales en el infierno? —Empezó con sus preguntas estúpidas—. Y estaré aquí hasta que Binnieamordemivida se vaya, los sábados siempre se va y no vuelve hasta el anochecer, he querido seguirlo para saber a dónde va, pero siempre le pierdo el rastro.

—Por supuesto que existen, maldito idiota, de hecho, son iguales a los de aquí... Excepto las vacas, esas son rojas.

—¿Producen leche de fresa? —inquirió Jisung con ojos brillantes.

El diablillo quiso darse un cabezazo contra la mesa.

—Vuelve a la ventana; necesito largarme —dijo hostil.

—Oye... —Por el contrario, Jisung hizo caso omiso a todo lo que decía, como siempre, y llevó la mirada a su receptor—. Siempre quise preguntarte esto, pero temía que te robaras mi alma, me rostizaras, o algo así, pero ya qué sé que no sirves para nada. Quiero preguntarlo...

Minho entrecerró los ojos a la defensiva, sin embargo, no hizo ningún gesto como para detener a Han, así que, con los pelos del anoerizados, Jisung tragó saliva y continuó:

—¿Tienes padres? Digo, no naciste de la nada, ¿o sí? Dijiste que naciste en el infierno, así que supongo que tus padres son lo mismo que tú. —Regresó la vista a la ventana con la intención de evadir una posible mala mirada.

—Ellos me abandonaron —dijo con indiferencia. El tema no parecía tener relevancia para él, o era demasiado bueno ocultando sus emociones— en una caja de juguetes sexuales. Eso es muy común entre los diablillos. Nunca he conocido a nadie de mi especie que tenga familia, desde niños trabajamos y eso es todo... Hasta que nos cogemos a alguien y el ciclo se repite.

Jisung parpadeó.

—Entiendo. Entonces ¿por qué quieres regresar allí si ni siquiera tienes a alguien que te espere?

—Tengo a Seungmin.

—Él ni te topa.

—Ese tipo raro a ti menos.

Asintió con la cabeza. El hijo de su perra demonia madre tenía razón.

—Una cosa negra está saliendo de la casa —murmuró Minho, lo que capturó su atención.

Desvió la mirada del flemático hacia la ventana, no entendía cómo el tipo lo había notado si ni siquiera había alzado la vista de su tazón de fideos.

—¡Trae la mochila!

Minho juró hasta escuchar un sonido sordo cuando el castaño despegó el cuerpo de la ventana, dejando su silueta marcada sobre la superficie transparente.

—Espera, espera —dijo a regañadientes.Dejó el tazón vacío en la mesa y ubicó los palillos a un lado antes de ponerse de pie de un salto—. ¿No dijiste que el tipo vivía con alguien? ¿Y si esa persona está ahí?

—Oh, la chica. —Recordó—. No la he visto salir ni entrar estos últimos días, quizá no estáen casa. No creo que sea un problema. Apresúrate.

El pelirrojo arrugó la nariz mientras pensaba que de todos los diablillos inservibles que pudieron escoger, él fue el único desgraciado.

—Vamos, vamos, no sé cuánto tiempo tendremos, pero dudo mucho que nos abrace si descubre que allanamos su casa.