Capítulo 17

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Asegúrate de que tu demonio sepa dialecto antiguo al ingresar al edificio de parcas; los idiotas son malos en los idiomas.

Jisung se detuvo repentinamente, notó que Minho se había quedado de pie varios metros atrás con una expresión vacía y los ojos perdidos a la distancia. En el vestíbulo caminaban decenas de personas de piel pálida en traje.

A simple vista parecía una oficina normal, pero, mirando con detenimiento, podría casi palparse el aura oscura y escalofriante de cada uno de los presentes, dejaban un aire gélido a sus rededores.

—¿Qué pasa? —preguntó Jisung, extrañado. Frunció el ceño hacia Minho quien lo miró con aire ausente.

—Choqué con un alma, un alma en fuga, y me pidió ayuda.

Jisung entrecerró los ojos en la misma dirección que el pelirrojo, pero no vio nada entre la marea de ejecutivos cadavéricos, moviéndose de un lado a otro, entrando y saliendo.

—¿Cómo sabes que se está fugando? —Trató de buscar alguna anomalía entre la gente, como un alma que llevaran de la manita o una sombra oscura, pero no había nada.

—Tenía un aura oscura, no como las parcas... o tú después de cagar. Más bien era de... angustia.

—No les recomiendo retrasarse demasiado en su visita. —La espeluznante voz de la parca de seguridad los hizo sobresaltarse, tomándolos desprevenidos cuando se acercó por sus espaldas—. Síganme.

Con miedo, Jisung avanzó primero, tomando a Minho fuertemente de la mano para que caminaran juntos, y continuaron su recorrido por el edificio hasta que llegaron a los ascensores. Ingresaron junto al guardia y varias parcas más.

—¿El piso más alto es el Cielo? —La pregunta se deslizó de los labios de Jisung en cuanto vio que la parca que los guiaba apretaba un botón del panel. Recibió como respuesta un manotazo de parte de Minho.

—Este no es el lugar adecuado para tus preguntas idiotas —susurró el pelirrojo y giró la cabeza hacia los lados en caso de que alguna parca los hubiera escuchado. Sin embargo, todas parecían demasiado ocupadas en lucir aterradoras como para prestarle atención a su insignificante presencia.

Parcas entraban y salían del ascensor conforme iban subiendo. Llegaron a uno de los pisos más altos y la parca de seguridad salió, a lo que ambos se apresuraron a seguirla (casi tropezaron al tratar de hacerlo al mismo tiempo).

Jisung fue el primero en notar que el piso era en realidad una gigantesca oficina, la cual se dividía en sectores. Tan ordinaria como en cualquier empresa, solo que en esta los trabajadores que tecleaban en sus computadoras posiblemente estaban redactando informes sobre la muerte y el discurso funerario de alguien.

Por supuesto, Minho nunca había visitado una oficina elegante en su vida, así que esa fachada era nueva para él.

Al atravesar un par de pasillos, Jisung se dio cuenta de que en cada oficina había un letrero de letras plateadas (tétricamente parecidas a una placa funeraria) que, en lugar de tener fecha o nombre, tenían lo que él creía eran departamentos en dialecto antiguo.

Esta vez la letra se hizo más entendible para él, de alguna forma, quizá porque el formato era menos vago. Estaba trazado de forma firme y fuerte, por lo que rescató palabras como: EQUIPO DE MUERTES INFANTILES, MUERTES DE ANIMALES o MUERTES ACCIDENTALES y lo que pareció algo como MUERTE DE RATAS OBESAS, aunque tal vez leyó mal esa última debido a que se detuvieron repentinamente en la puerta de una oficina. La parca entró, dejándolos afuera.

—¿Tú también leíste «muerte de ratas obesas»?

—¿Ah? —Minho entrecerró los ojos ante la pregunta de Jisung—. Por supuesto que no, imbécil, ahí claramente decía «muerte de venados cola blanca.»

Wrong Devil | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora