capítulo 20

48 16 15
                                    




Jaymes Young, Happiest Year


Jayden

Mi cabeza estaba hirviendo, sentía que iba a desmayarme, no podía ver bien, todo me daba vueltas, era como si estuviese flotando en un mar de dolor.

Millones de recuerdos y pensamientos pasaban por mi mente.

Tenía que ser fuerte por Kate, ya estábamos en la carretera no faltaba mucho.

Sentí que me acariciaron mi mejilla pero no podía escuchar nada, me dolía tanto que era todo inaudible. Hice un gran esfuerzo para abrir los ojos y la logré ver, mi pequeño cristal, temblando de miedo pero siento fuerte por nosotros.

Sentí que todo se desvanecía y de repente estaba viendo a un niño en su cama, ese niño era yo...

Estaba con uno de mis libros escondidos debajo de la cama con una linterna. No quería escuchar los gritos que venían de afuera, eran de mi madre y hombres que habían venido en busca de mi padre. Mi madre siempre me decía...

—Ve mi amor, escóndete debajo de tu cama y lee hasta que te sumerjas en el mundo del libro, hasta que no escuches nada—. Me daba un beso en la mejilla y yo corría hacer lo que me indicaba.

No me gustó escuchar sus gritos, pero era muy pequeño para defenderla, no podría hacer nada. Mi padre siempre hacía lo mismo, consumía demasiada droga que le daban en fin que al día siguiente se la pagaba pero él lo único que hacía era huir para no ser atrapado, como el cobarde que era. Nosotros, con mi madre, estuvimos todo el tiempo aterrados de que vengan y nos maltraten hasta que nos lastimen y se vallan. Siempre ocurría lo mismo.

Mi vida se basaba siempre en lo mismo, el miedo siempre vivía en mí. Tenía miedo que nos hagan tanto daño hasta que ya no podamos respirar.

Con mi madre eran todos los días una pesadilla, menos los lunes y viernes, esos días donde íbamos a la casa de Kate. Mi madre y la de ella se habían hecho muy cercanas, ya que mi padre tenía ciertos negocios con ellos, pero ellas nos recibieron con tanto amor que el miedo se esfumaba.

Aquella niña tan dulce e inocente que me esperaba emocionada en el porche de su casa, recuerdo que cuando apenas llegaba corría a mis brazos y ere aroma a fresa que tanto me encantaba empernaba toda mi ropa. Ella no sabía nada al respecto, en cambio yo siempre lo supe, sus padres fingían todo el tiempo una vida feliz, no voy a mentir que en eso siempre le tuve un poco de envidia, yo también no quería saber nada, seria todo más fácil.

Todo era tan hermoso hasta que una tarde del viernes fuimos a merendar con ellas, yo tenía un gran moretón en el ojo porque los hombres había ido a casa la noche anterior, mi mama estaba muy triste y a la pequeñita Kate no le gustó nada ver eso.

Como todos los días me espero en el porche de su casa con su sonrisa tan encantadora, pero cuando nos vio llegar su cara se tornó miedo y preocupación, corrió hacia mí y me abrazo.

—Jy, ¿Te encuentras bien? ¿Quién te hizo eso?

—Estoy bien, princesa—No quería quitarle su felicidad, su sonrisa, sus tan inocentes pensamientos—Solo me tropecé con mis juguetes y me golpee.

Siempre le tuve  que mentir, fingir, lo podía hacer con cualquier persona pero con ella no quería hacerlo, no me gustaba.

Recuerdo que le sacaba a su abuela hojas para pintar porque tenía miedo de que su padre la rete, no le gustaba que pinte, decía que no la iba a llevar a ningún lado y ella solo tenía seis años y yo ocho.

—Jy, sabes lo que me dijo mi abuela el día que me vio tomar sus hojas, me dijo que el miedo es como una nube gris, con el tiempo se esfuma. ¿Tú lo crees?

—No lo sé, princesa.

—Yo creo que nunca se ira, nunca puedo enfrentarme a él, es como que me duele cada vez que lo miro, me siento pequeñita.

—Kate, tú te ves muy frágil pero eres muy fuerte no lo dudes.

Ella tenía una cajita de cristal en su mesita.

—Mira eres como esto, te ves frágil pero no lo eres.

—¿Soy como una caja de cristal?

—Claro, eres una pequeñita cajita de cristal.

Kate

Brenda había llegado tan rápido que no lo podía creer, subimos a Jayden en el auto y fuimos directo a su casa.

El camino no fue muy rápido ni tampoco muy lento ya que tratamos de ir por otro camino ya que teníamos miedo de que nos sigan algunos de los hombres de Michel.

Cuando llegamos su madre nos estaba esperado con todo lo necesario para curarlo, lo bajamos lo más rápido posible y cuando vi a su madre, quede inmóvil, la recordaba muy bien, su pelo morocho, sus ojos miel, me sentí como una niña. Pero esa mujer había cambiado estaba mucho más flaca, tenía enormes ojeras y apenas se podía mantener de pie.

—KATE, ¡¡¡¡VAMOS!!!!—Me dijo Brenda y volví a la realidad.

Llevamos a Jayden a una de las habitaciones, lo colocamos sobre la cama y ellas empezaron a sacarle la tela para curarlo.

—Kate, mejor ve a la cocina o su habitación, donde prefieras, no vas a querer estar aquí cuando empecemos a sacar la bala.

—Okey

—Va a estar bien

Salí del cuarto y di un vistazo a la casa, quería distraerme, el saber que Jayden estaba ahí adentro con su pulso débil, no me tranquilizaba en lo absoluto.

Llegue a una puerta que supuse que era de él, por el gran banner de los Beatles que tenía colgado.

Cuando entre su aroma llego de repente, su cama se encontraba al final de la habitación, había un gran librero junto a ella, ya no cabía ni un libro más, había un escritorio con muchos papeles y un cofre pequeño.

En la tapa estaba mi inicial, eso fue lo que más intriga me dio, decidí abrirlo, no sabría si Jayden se iba a molestar pero no pude más y lo abrí.

Había muchos dibujos, demasiados y cada uno abajo tenia escrito K.J y al fondo del cofre había una carta que decía Kate con una hermosa caligrafía.

Kate:

Ya han pasado 2 meses desde aquel ultimo dibujo que compartimos, te extraño muchísimo, me haces mucha falta, esa sonrisa que alegraba mis días ahora es solo un recuerdo, ojalá algún día pueda volver a encontrarte mi frágil pero fuerte cristal. Te quiero

Jy

Entonces, descubrí que él era el niño de mis sueños, aquel niño que me ayudaba a salir de la gran oscuridad que me perseguía.

Escuche pasos que veían de afuera de la habitación y voltee.

Era la madre de Jayden.

En sus ojos había un gran mar de lágrimas, se acercó a mí y me abrazo tan fuerte que sentí que volví a casa.

...

.Gracias por leer la pequeña cajita de cristal, aqui les dejo mi cuenta para mas info.

_sofi_abril_ <3

La pequeña cajita de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora