Leo y Nando por fin estaban caminando en dirección a puebla en el camino Nando le contaba como es que entró en el ejercito a cambio de que dejaran la panadería en paz, Leo le contaba sus aventuras en Xochimilco y Guanajuato claro está que Nando se lo tomaba un poco a broma.
En el camino encontraron a una gitana que estaba combinado la rueda de su carrosa Nando le ofreció o bueno le propuso que ellos le ayudarán acambio ella los dejaba serca de puebla, está se negó, Leo le dijo que no los llevará a ningún lado pero que los dejara ayudarla, la gitana acepto el trato y le dijo que si querían podía leerles la mano, Nando se negó y se fue Leo por atrás parte acepto por curiosidad.
-Mi niño es que acaso has visitado el más allá?
-Como sabe eso?
-Como no saberlo? tienes dos líneas de la vida
-Y eso es malo?
-Obio que si! Una larga y llena de luz pero la otra es corta y oscura, vete a casa y no pares hasta llegar pero sobre todo nunca vuelvas a cruzar al más allá, si lo haces será tu fin
Leo observo su mano viendo que aquella línea oscura que comenzaba a crecer provocándole dolor.
Cuando se encontró con Nando este lo regaño por "aserce el niño bueno" Leo lo miro con cara de deja de joder y siguieron su camino, para cuándo callo la noche ambos hermanos llegaron a un pueblo (no recuerdo cómo se llama) en la entrada Nando y Leo empezaron a pelear, Nando hechando le en cara que se fue para jugar al caza fantasmas y Leo se defendía con la verdad.
-Cres que yo quiere irme?!!
-No, no lo creo te fuiste, nos dejaste a Elena a la abuela y a mí cuando vas a entender que nosotros somos tú familia no esos amigos imaginarios!
-Tu hermano tiene razos muchacho, nada es más importante que la familia, mira me a mi una vez fui joven y fuerte, creí que no necesitaba a mi familia y mírala ahora soy solo un viejo inútil - ambos hermanos voltearon a ver de quién se trataba se encontraron con un hombre de edad avanzada.
-Bueno señor nosotros ya nos vamos - dijo Nando
-Buenas noches señor - Dijo con respeto Leo
Ambos se fueron en dirección del pueblo sin ser verdaderamente consientes de quién era aquel hombre. No llegaron ni al mercado cuando escucharon un grito desesperado, Leo por instinto corrió asia el lugar, mientras Nando lo seguía refunfuñando y maldiciendo su suerte.
Al llegar vieron a aquel anciano de la entrada, un hombre de unos 40 o 45 años, junto a una joven de no más de 14 años.
-No por favor! - rogó el hombre
-Quien es usted?! - grito la joven
-Que nunca te contó tu padre? Nunca te contó de aquel trato? - Pregunto el mayor
-Mi padre nunca a hecho ningún trato... Que no sea por vino - dijo la joven
-Jajaja - el hombre dio una tremenda carcajada y el charro negro volvió a su forma original.
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