Alpha Love (Nueva Versión)

CAPÍTULO 3.

Imploro paciencia una y mil veces para no lanzarme encima de Mia y estrangularla y mi loba no ayuda mucho lo único que hace es burlarse de mí.

«Sigues así y te doy todo el control para que tú lidies con ella.—Amenazo con fastidio.

«No hay que llegar hasta esos extremos.—Se aleja moviendo su cola con tranquilidad.

—Mia vuelves a hacerme mover está mesa de aquí por octava vez en el día y te juro que tu rostro quedará pegada en ella.—Gruño con enojo.

Ella levanta sus manos en señal de rendición.

—Sabes si justo ahí queda bien.—Asiento—Aunque cerca de la puerta.–La volteo a ver gruñendo —No ahí está perfecta —

Me alejo a grandes sacadas de allí, veo la luz camino más rápido cuando mi madre me intercepta.

—¿Podrías cazar algo? .—Me hace un puchero—Quieres irte, ve, pero caza algo.—Asiento, todo es mejor que estar aquí calándome todo esto.

Al salir al patio retiro mi ropa quedándome completamente desnuda dejando salir a Emil, mis huesos suenan, al abrir mis ojos me encuentro en cuatro patas.

Bajo la vista viendo mis patas blancas como la misma nieve, mi pelaje se ondea con la brisa.

Aullamos con emoción cuando escuchamos el aullido de nuestro padre avisando que no nos ataquen.

Sin esperar mucho salimos corriendo en busca de una buena presa.

Me acerco camuflandome con mi entorno, intentando ser lo menos ruidosa posible, al estar en una posición perfecta, salto agarrando por el cuello al siervo, entierro con fuerza mis caninos sintiendo como intenta zafarse.

Con una de mis patas bajo la parte trasera con fuerza encajando mis garras, hasta que la vida lo deja.

Aulló con fuerza.

Miro a mi presa contenta, escucho unas ramas quebrarse, mi pulso se dispara, mi pelaje se eriza.

Mueve el siervo colocándome en posición de ataque.

Los movimientos cesan, más no me tranquilizó, me muevo hacia el lado izquierdo justo cuando me rosa unos colmillos.

Rasgo el suelo gruñendo, mi cuerpo por completo se eriza mostrando mi dominio.

—Están muy lejos de sus territorios.—Hablo en su mente ganándome un gruñido de su parte.

Su olor es a destierro.

Ellos se mueven analizando cada movimiento de mi parte.

Su mente es un caos, se han perdido.

Un lobo sin manada, sin conexión con otro ser es un lobo perdido en la oscuridad de su mente.

Pocos rogues logran salir de ese poso si encuentran un mate otro al unir hilos, al hacer conexión con otro no se pierden.

Si es que logran encontrar otro lobo sin estar en la misma oscuridad.

Un rogué es un lobo sin manada, desterrado.

Ambos me gruñen, sus ojos amarillos desorientados, llenos de locura y absoluta oscuridad me dan un escalofrío.

Ellos no miden nada, matan a cualquiera que se cruce en su camino.

—Yo no haría nada si fuera ustedes.—Ambos mueven su cabeza de un lado a otro erizando su pelaje.

Sin dejar de observar al otro nos movemos, Emil gruñe impaciente.

«Contrala los impulsos loba tonta —